El trabajo… ¿es salud?

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

¿Quién dijo aquello de "trabajo, salud"? Quizás no pensó demasiado, pero ahí nos ha quedado en forma de frase o cliché. Es cierto que trabajar tiene muchos beneficios (tanto para la inteligencia como para la autoestima), pero no todo es bueno, y hay trabajos que hacer más daño que beneficiar a nuestro bienestar.

Muchas de las enfermedades y trastornos que padecemos habitualmente son fruto de nuestro trabajo, digámoslo claramente. "En general", afirma el Dr. Francisco Javier Sánchez Lores, presidente de la Asociación de Especialistas en Medicina del Trabajo, "no se toman las medidas necesarias para evitar que nuestra salud se deteriore mientras trabajamos, ya que normalmente tenemos muy poca información sobre los riesgos derivados del trabajo. Las mujeres en general, y en función de mi experiencia propia, son más prudentes que los hombres y se preocupan más por conocer su ámbito de trabajo. Y por otro lado, cuando se educa en salud laboral responden mejor que los hombres".

Miles de casos

Como es fácil entender, no existe una estadística fiable para conocer el número de personas que padecen un trastorno o una enfermedad derivada de su trabajo, ya que en muchos casos la alteración o el dolor no se atribuyen a la profesión.

Se reconoce, sin embargo, que en la actualidad no existe una categoría profesional u oficial que se libere de ella, y que los ataques son miles en todo el mundo, ya sean arquitectos, carpinteros, médicos, albañiles o mecánicos. Porque determinadas actitudes o posturas, la situación laboral y los movimientos que se repiten constantemente son en muchos casos los causantes de problemas musculares y lesiones que no tienen solución.

Lanbide, en busca del riesgo

Veamos una a una algunas profesiones, resaltando los riesgos a medio o corto plazo que puede suponer su ejercicio.

Oficina

Entre los riesgos laborales en las oficinas hay que destacar los denominados ergonómicos, es decir, aquellos que aparecen por el mal diseño de las herramientas de trabajo: trastornos musculoesqueléticos, dolores de espalda, collares o dolores en muñecas y codos. Si se mantienen sin corrección durante mucho tiempo facilitan la aparición de la artrosis.

Destacan, y cada día más, los trastornos visuales producidos por el uso del ordenador. Los riesgos psicosociales cobran cada vez mayor importancia (aburrimiento por mala organización del trabajo, horario inadecuado, carga, etc.). ). La patología psicosomática suele ser principalmente depresiones (con diferentes grados de gravedad), ansiedad, estrés, alteraciones digestivas, insomnio o insomnio, … Si trabaja en la oficina:

  • Una vez sentado en la silla, hay que llenar u ocupar todo el asiento, manteniendo la espalda recta contra el respaldo de la silla. Un reposapiés te ayudará a mantener mejor tu postura. Para aliviar la presión en la zona del cuello (vértebras cervicales) girar o rotar con la cabeza hacia delante, hacia atrás y hacia los lados.
  • Coge el teléfono con la mano y no entre los hombros y el oído.
  • Cuando estés delante del ordenador, no utilices gafas con cristales oscuros. Limpiar la pantalla con frecuencia ya que las huellas de los dedos pueden producir reflejos de luz. Lo mismo ocurre con una ropa de color blanco o muy claro. La distancia mínima entre los ojos y la pantalla del ordenador será de 50-70 cm.
  • El aire no debería estar demasiado cargado (cuidado por lo tanto con el humo de los cigarrillos), ya que puede provocar irritaciones oculares o trastornos del aparato respiratorio.

Con productos químicos

Entre los riesgos laborales que se generan en las oficinas, cabe destacar los que se manifiestan por el mal diseño de las herramientas de trabajo.

Disolventes, productos químicos, pinturas, etc. en tu profesión. si los usas o estás en algún servicio de limpieza, primero hay que leer las instrucciones e instrucciones que tienen todos los envases. A continuación es imprescindible el uso adecuado de prendas de protección personal, como guantes, mascarillas o anteojos.

Hay productos químicos (no todos, por supuesto) que pueden afectar al sistema nervioso y que pueden ser cancerígenos, como los disolventes. En caso de tener que usarlos frecuentemente, es conveniente protegerlos siempre que sea posible, usando guantes y disfraces. Con esta medida de protección evitarás los efectos más graves de esta sustancia química concreta, así como otros más ligeros como los dermatológicos.

Peluquerías o salones de belleza

Los componentes de algunos productos utilizados por los profesionales de este oficio pueden causar lesiones cutáneas. El uso de guantes es por tanto imprescindible. Por otra parte, y debido a movimientos repetitivos, pueden aparecer dolores persistentes y relativamente fuertes en muñecas y dedos. Si esto ocurre, procura que estas articulaciones descansen de vez en cuando y a ese tiempo realiza pequeños ejercicios de rotación en las muñecas aplicando calor. Siempre que puedas y para evitar sobrecargar tu columna, trabaja sentado y utiliza calzado cómodo.

Supermercados o cadenas de montaje

Normalmente las personas que trabajan en estos lugares pasan muchas horas de pie. Trabajar de pie en posición dinámica, es decir, en marcha, no genera problemas especiales. El daño se debe a que permanece inmóvil durante muchas horas, con lo que se destruye el sistema venoso (sobre todo las venas de la pierna), ya sea hombre o mujer, apareciendo varices, insuficiencia venosa, edemas en los tobillos y a la larga incluso trastornos de la piel (hasta la ulceración). La columna también sufre, sobre todo en la zona lumbar.

¿Cómo oponerse? Realizar paseos puntuales para acelerar la circulación sanguínea. Mientras estés de pie en el trabajo utiliza un reposapiés que le dará descanso a la espalda.

Para los que van por la carretera

A quienes realizan la mayor parte de las horas de trabajo en la carretera se les recomienda, entre otras cosas, realizar paseos en tiempo libre.

Como colofón a un breve repaso por las diferentes profesiones, analizaremos el caso de quienes realizan la mayor parte de sus horas de trabajo en la carretera. Es bien sabido que los conductores profesionales (sean camiones, taxistas u otros chóferes) tienen un especial riesgo de sufrir circulatorios, ataques cardíacos, digestivos, úlceras, estreñimiento y sordera.

Se les recomienda realizar paseos en su tiempo libre, que no lleven siempre la ventana abierta cuando conduzcan y que tengan cuidado con el café, el alcohol y las comidas pesadas y pesadas.

Normas básicas

  • Si notas alguna extremidad dolorida, descansa y aplica calor.
  • Si es posible, utiliza herramientas y útiles ergonómicos adaptados al cuerpo humano.
  • Evita posturas incómodas o violadas y si haces muchos movimientos repetidos, quédate de vez en cuando.
  • Sea cual sea tu profesión, nunca debes mantener los brazos por encima de los
    hombros.
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