Caballos de mar en peligro de extinción

Bengoa Ruigómez, Mª Victoria

Biologian doktorea

Getxo Aquarium

Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha creado leyendas alrededor de los caballos marinos, a los que, en muchos casos, les han dado características mágicas. Historias sobre caballos gigantes que cabalgaban sobre las olas crearon leyendas de dragones. Los habitantes de la polinesia pensaron que los europeos eran dioses cuando los vieron sobre los caballos; al no conocer los caballos terrestres, concluyeron que debían ser los dioses que dieron patas a los caballos marinos. En la mitología se han relacionado con sirenas, serpientes y unicornios, y Neptuno y otros dioses marinos se han representado en carros llevados por caballos de dos patas con cola de pescado.
Caballos de mar en peligro de extinción
01/05/2008 | Santiago Usabiaga, Eduardo; Bengoa Ruigómez, Mª Victoria | Getxo Aquarium; Doctor en Biología/Getxo Aquarium

(Foto: M. Planas)
Los caballos de mar se clasifican en la familia Syngnathidae --es decir, mandíbulas fusionadas- junto con dragones marinos, peces pipa y caballos de pipa. Para clasificar estos peces, los científicos tienen grandes quebraderos de cabeza, ya que tienen gran facilidad para cambiar de color y mezclarse con el entorno a través del desarrollo de los filamentos. Sin embargo, según los últimos estudios, hay 33 especies.

El nombre de caballos de mar se debe, como es obvio, a su similitud con los caballos de tierra. De hecho, tienen un rostro con forma de caballo de cuatro patas y un extremo. Pero ahí terminan las similitudes.

Particularidades

Entre las características anatómicas del caballo marino destacan el extremo circular y los ojos que se mueven por sí mismos. Con cuerpo estrecho y esqueleto cutáneo de anillos oscópicos, su arcilla amasadora es muy útil para unirse entre las algas, de manera que las fluctuaciones de las olas y las corrientes marinas no pueden dejar el caballo marino a la deriva. Los caballos de mar no tienen aletas caudal ni anales. Se mueven horizontalmente gracias a las aletas dorsal y pectoral, dotándolas de estabilidad, dirección y movimiento vertical tanto la vejiga natatoria como la aleta pectoral. Y para sobrevivir, la estrategia de los caballos marinos es el camuflaje: se mimetizan perfectamente entre las algas gracias a su facilidad para cambiar de color y a su capacidad de producir filamentos.

Los caballos marinos son muy apreciados en varios países asiáticos.
(Foto: http://www.flickr.com/ photos/mindfire/316194683/)

Los caballos marinos habitan en regiones biológicas concretas, pero al mismo tiempo se encuentran en aguas tranquilas de los mares tropicales, subtropicales y templados del mundo. En campos de algas, manglares, cantos coralinos y estuarios encuentran un lugar ideal para vivir.

En el Cantábrico sólo viven dos especies, Hippocampus hippocampus (caballo de mar común) e Hippocampus guttulatus (caballo de mar con rayas). Son muy similares, pero tienen distinto pico -- H. guttulatus es menor - y apéndices de cabeza y espalda --en este caso, H. guttulatus son mayores -. Dependiendo de dónde vivan pueden ser negros, marrones o amarillos y pueden alcanzar una longitud de 14 cm. Los campos de algas de nuestra costa, que no dependen mucho del oleaje, son lugares idóneos para contemplar ejemplares de Hippocampus hippocampus e Hippocampus guttulatus, cada vez más escasos.

Los caballos marinos dedican casi todo el día a la alimentación. Y son cofinos. Los peces que crecen cautivos comen comida muerta o pienso, pero los caballos de mar sólo comen comida viva. Copépodos, artemias y misescriteos, pequeños crustáceos, son buena parte de su alimentación. Cuando uno de estos crustáceos se coloca al lado, lo absorben desde el pico pequeño con un golpe de cabeza rápido. Al no tener dientes, las presas son devoradas en su totalidad, y al no tener el vientre muy desarrollado, tienen que tomar mucha comida para igualar una digestión rápida e ineficaz.

Los caballos marinos se encuentran en peligro de extinción, con una población que ha disminuido un 75% en los últimos años.
(Foto: www.flickr.com/ photos/r0b1/2125936711/sisies/l/)

Sin embargo, las características de estos peces no son las que se han mencionado hasta ahora. Lo más curioso es la reproducción. En la época de la equiparación, los caballos marinos realizan una espectacular danza nupcial: el macho y la hembra se unen por la cola y bailan hasta que los huevos que lleva la hembra se dejan en la bolsa de incubación del macho. En esta bolsa se produce una fecundación donde crían las crías. Según la especie, las crías que pasen entre 3 y 5 semanas en la bolsa. De allí salen con un aspecto similar al adulto, miniaturas de caballos marinos. Por lo tanto, se puede decir que en estos peces “embarazadas” el macho es un hecho espectacular en el mundo animal. Cabe destacar también que los caballos marinos forman parejas para toda la vida.

En peligro

Estos delicados seres están en peligro de extinción desde los mares. Los caballos de mar se pescan en Asia, principalmente en Filipinas, Tailandia, India y Vietnam. En estas tierras son muy apreciadas para comer, pero la mayoría de las capturas se utilizan en la medicina tradicional china. El caballo marino seco es el componente básico de casi todos los supuestos remedios: cura asma, arteroesclerosis e impotencia, alteraciones del tiroides y problemas cardiacos. ¡También dicen que es afrodisíaco! La ciencia todavía no ha demostrado que los caballos marinos sean efectivos en medicina, pero da igual. Tan apreciados, en Hong Kong se paga medio kilo a 550 dólares.

Acuarios diseñados en Vigo para acoger caballos reproductores marinos en las mejores condiciones.
M. Planas

No sólo para la medicina, en el mundo se pescan cada año miles y miles de caballos marinos para acuarios. Se exportan principalmente a Norteamérica, Europa, Japón y Taiwán. En cierta medida es comprensible la expectación que generan estos peces, pero hay que tener en cuenta que los caballos marinos mueren cautivos, por un lado porque son muy delicados y por otro porque es difícil reproducirse en cautividad. Estos dos usos son las principales amenazas a los caballos marinos, pero no los únicos: son cada vez más utilizados como adornos y artesanía, y están deteriorando el hábitat.

Si se añaden amenazas a la debilidad de los caballos marinos, el resultado es que el número de caballos marinos ha disminuido un 75% en los últimos años. Y como consecuencia de este preocupante dato, CITES (Convención sobre el comercio internacional de fauna y flora silvestres amenazada) incluyó en noviembre de 2002 todo el género Hippocampus en el segundo anexo del convenio para la protección de especies. Gracias a ello, está rigurosamente regulada la compraventa de ejemplares vivos, de ejemplares muertos y de productos derivados de los mismos.

Protegiendo a nuestros caballos marinos

También en nuestra costa se puso en marcha en 2005 el proyecto Hippocampus para proteger a los caballos marinos. El proyecto tiene varios objetivos, pero se pueden resumir en dos: la recuperación de poblaciones naturales y la reproducción en cautividad de los caballos marinos de la especie Hippocampus guttulatus.

Huevos de caballos de mar. Las hembras las deposita en la bolsa de incubación del macho, donde crecen.
M. Planas

Sin embargo, el primer trabajo ha consistido en enriquecer la escasa documentación científica sobre esta especie, ya que antes de repoblar los territorios naturales era necesario investigar la biología y el medio ambiente de las poblaciones salvajes. Así, decidieron investigar dos regiones: Costa gallega e islas Canarias. Paralelamente, para poder llevar a cabo futuras repoblaciones era necesario desarrollar técnicas de cautiverio de crías, decidir dónde se llevarían a cabo dichas repoblaciones y desarrollar un programa piloto de repoblación para investigar si es posible la recuperación de poblaciones mediante la introducción de ejemplares que han crecido en cautividad en un medio natural.

Para el desarrollo de un proyecto tan ambicioso y complejo han participado centros de investigación, importantes acuarios y empresas de acuarofilia. Y el esfuerzo realizado ha comenzado a dar sus frutos, algunos de los objetivos del proyecto ya se han cumplido.

Por un lado, en la Universidad de Santiago se ha creado una biblioteca genética de Hippocampus guttulatus, para colaborar en la evaluación de los recursos genéticos naturales y genéticos cultivados en esta especie. Esta herramienta permitirá disponer de stocks de reproductores crecidos en cautividad y mantener la diversidad genética minimizando la fraternidad entre reproductores.

Embrión en cautividad (izquierda) y cría dentro del proyecto Hippocampus.
(Foto: M. Planas; J. Socorro)

Por su parte, el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo ha diseñado unos acuarios especiales para que los reproductores de H. guttulatus se encuentren en las mejores condiciones posibles. Estos nuevos acuarios incorporan filtros mecánicos, químicos y biológicos, sistemas de bombeo y refrigeración de agua y sistemas de iluminación. Los prototipos fueron probados en 2005-2006 con caballos salvajes marinos allí recogidos y han funcionado correctamente. Los caballos marinos se adaptaron rápidamente a la nueva casa, prueba de este éxito son los continuos cortejos y las crías conseguidas. El trabajo que se está llevando a cabo en Vigo servirá no sólo para conseguir grupos de reproductores, sino también para conocer las características biológicas de las especies.

Por su parte, el Grupo de Investigación en Acuicultura, el Instituto de Ciencias Marinas de Canarias y la Universidad de Gran Canaria han llevado a cabo una extensa investigación de las poblaciones silvestres de caballos marinos de sus costas. Concretamente, han trabajado con H. hippocampus, donde no hay H. guttulatus, y han visto que hay diferencias significativas entre ambas especies. Estas diferencias hacen que H. hippocampus parezca más fácil reproducirse en cautividad. En el Instituto de Ciencias Marinas de Canarias se han conseguido varias generaciones de caballos marinos en cautividad y algunos ejemplares pueden verse en el Getxo Aquarium, en el acurio, junto con otros caballos marinos de la misma especie.

Uno de los objetivos es, por tanto, que los caballos marinos se reproduzcan en cautividad. Pero no hay que olvidar que este objetivo es también un paso dentro del segundo objetivo, ya que el principal objetivo es repoblar el mar, es decir, el medio natural, utilizando individuos criados en cautividad. Y para ello se han desarrollado más herramientas.

La Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo han desarrollado herramientas para la identificación de los caballos marinos. Y es que la identificación física y genética es necesaria para que los cruces se ajusten a las características genéticas. Entre las técnicas desarrolladas destacan el uso de collares con etiqueta Alpha TAG y el análisis genético de muestras tomadas de filamentos o aleta dorsal, técnicas que no dañan a los caballos marinos.

Este tipo de proyectos promueven la conservación de la biodiversidad marina, en este caso de los caballos de mar, pero en la conservación del planeta, sin grandes esfuerzos, puede participar toda la sociedad. En el caso de los caballos de mar, basta con que no haya caballos de mar en el acuario de la casa o que no compren caballos secos para su uso ornamental. Con estas pequeñas acciones contribuiremos a eliminar un negocio tácito que mata cada año a cientos de miles de caballos marinos.

Santiago Usabiaga, Eduardo; Bengoa Ruigómez, Mª Victoria
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