Producción de materiales de enseñanza

Mujika, Alfontso

Elhuyar Fundazioa

Al igual que en otras áreas de la industria vasca, en la producción de material didáctico parece que le ha tocado abrirse paso a Elhuyar. Una de las peleas de Elhuyar ha sido la de conseguir materiales adecuados para que los niños, y sobre todo los jóvenes que han elaborado y terminado la OHO en euskera, sigan aprendiendo euskera. Durante muchos años ha trabajado en esta tarea; en torno a 1976-77 son los primeros libros de texto de Elhuyar: matemáticos, químicos y físicos. Anteriormente también se prepararon algunos apuntes. Los videos y el software comenzaron a elaborarse a mediados de la década de los 80 y finalmente los CD-ROM desde 1993.

Los primeros textos fueron dirigidos a la ikastola y a la educación primaria. Sin embargo, a principios de la década de los 80, Elhuyar tomó una decisión estratégica: dejar a un lado la enseñanza primaria y reforzar la preparación de materiales para la enseñanza secundaria. Se consideró especialmente importante la creación y publicación de materiales para la Formación Profesional, ya que existía un riesgo significativo de que la atomización de especialidades fuera del proceso de euskaldunización de la Formación Profesional. El futuro ha demostrado que teníamos mucho por qué el reto de la Formación Profesional en euskera.

Lurdes Ansa.

También pertenecen a la misma época los primeros libros preparados para la universidad, que tuvieron lugar en colaboración con la UEU.

Elhuyar fue pionera en la producción de textos. Sus ventajas, como el reconocimiento social, y las desventajas, como el reducido mercado, han sido sufridas. Ahora la situación es diferente: hemos pasado de ser casi únicos a estar rodeados de competidores con más recursos que nosotros. Esto nos ha llevado a una situación incómoda tanto por la influencia de estos competidores como por nuestras debilidades y carencias. Hay que reconocer que la producción de libros de texto no tiene su gran peso en el seno de Elhuyar y que, poco a poco, será más pequeña en el futuro.

Por otro lado, la situación de los autores de textos vascos no es sencilla. Cuando se ha hecho un mercado en la enseñanza en euskera, las editoriales que han venido de fuera (directamente o a través de sus filiales vascas) nos han hecho un gran daño, debido a los menores costes de producción y a los materiales amortizados en castellano. Además, como nosotros, han contado con el apoyo de las instituciones.

Las editoriales vascas deberemos saber adaptarse a esta situación, siendo más efectivas, entre otras cosas, pero esto no será suficiente, especialmente si nos centramos en la atomización de la enseñanza secundaria. Si se quiere que desde Euskal Herria se cree material didáctico para Euskal Herria, si se quiere que los alumnos y las alumnas observen el mundo desde la perspectiva vasca, es absolutamente necesario que se pongan medios para fortalecer y fortalecer las editoriales vascas. Las instituciones tienen mucho que decir a la hora de evitar que los estudiantes vascos caigan en el colonialismo cultural. Se necesitan ayudas más amplias y específicas que las actuales.

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