Flor limpiadora: alcachofa

Griegos y romanos descubrieron sus propiedades culinarias y curativas. Pero fueron los árabes, que durante la Edad Media provocaron mejoras en el cultivo de la alcachofa y la extendieron por Europa Occidental.

La alcachofa es el conjunto de pequeñas flores unidas por una flor o un tallo de un tipo de cardo. Las piezas comestibles de esta flor son su corazón y las partes más carnosas de sus hojas protectoras.

La alcachofa tiene 47 kcal por cada 100 gramos, el 84,9% de agua, apenas contiene aceite (0,150%), pero las cantidades de hidratos de carbono (5,11%) y proteínas (3,27%) tampoco son despreciables. También es rica en algunas sales minerales (magnesio, hierro, potasio) y vitaminas, especialmente folatos. Pero lo más destacable de su composición son las siguientes sustancias, presentes en cantidades muy pequeñas pero con múltiples efectos fisiológicos:

* Cinarina, con múltiples propiedades, actúa sobre diferentes células del cuerpo:

  • Cuando afecta a células del hígado llamadas hepatocitos, éstas aumentan la producción de bilis. El bilis que fluye después de comer las alcachofas es más ligero y alivia o desaparece la congestión hepática. Esto aumenta la función de desintoxicación hepática. Por ello, la alcachofa se considera protectora del hígado y es muy recomendable en cualquier problema o enfermedad hepática (hepatitis A y B, cirrosis, hepatitis alcohólica, intoxicaciones por medicamentos, etc.). La desintoxicación hepática tiene un efecto de lavado corporal, por lo que las dermatitis, alergias y eczemas de la piel también mejoran o desaparecen después de ingerir muchas alcachofas.
  • La cinarina de la alcachofa también aumenta la diurosis (producción urinaria) y la concentración urinaria. Por cualquier problema renal (infección, inflamación, etc.) se produce una enfermedad renal, aumentando el nivel de urea sanguínea. En cualquier caso se recomienda aumentar el consumo de alcachofa, ya que los riñones facilitan la eliminación de la urea y, por tanto, desintoxica el cuerpo. También es recomendable en caso de acumulación de líquidos (edema) y oliguria (escasa producción de orina).
  • La cinarina provoca hipoglucemia, por lo que también es recomendable en diabetes. Además, la alcachofa también contiene inulina, que es un carbohidrato que los diabéticos asimilan perfectamente.

* Esteroles (beta-sitosterol y estigmasterol): sustancias de origen vegetal similares a la estructura química del colesterol. Limitan la absorción del colesterol en el intestino, por lo que es muy recomendable para personas que han sufrido colesterol, arteriosclerosis o infarto.

* Hay otras sustancias que todavía se están investigando (pectinas, oligoelementos…): lo que se ve claro es que las propiedades medicinales de la alcachofa no son suministradas por una u otra sustancia, sino por la interacción de todas ellas.

A la vista de todo esto, sólo nos queda recomendar al menos una vez a la semana al lector, alcachofa. En cada caso y dependiendo de la enfermedad, sería de analizar la posibilidad de realizar un tratamiento con alcachofa.

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