Altura, reflejo de la época

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

“¡Los jóvenes de hoy son largos! Será consecuencia del consumo de tantos yogures y zumos de naranja”. Podemos poner estas palabras en boca de cualquiera, porque es evidente que las de la última generación son más altas que las anteriores. Parece que la alimentación y la calidad de vida tienen una gran influencia en este estiramiento. Así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud, que la altura es un indicador del nivel de bienestar.

El análisis de la evolución de la altura a lo largo de la historia arroja datos llamativos. Por ejemplo, los hombres y mujeres del Paleolítico eran muy altos, más altos de lo que muchos esperaban. Y es que, según la tendencia de los últimos años, parece que la altura ha ido creciendo de forma constante.

Pero no es así, hace tiempo la gente era casi más alta que ahora. Y si la altura y el estilo de vida están relacionados, ¿qué significa eso? ¿Que el Paleolítico vivía mejor que después?

Los primeros antepasados de la población europea llegaron al continente hace unos 40.000 años. Venían de África y, según las huellas, eran largas y esbeltas, sobre todo hombres. Su longitud media era de 176 cm y su peso estimado es de 67 kg. Las mujeres, por su parte, eran más pequeñas y anchas, con 158 cm de altura y 54 kg de peso.

En el paleolítico el dimorfismo sexual es muy evidente.

No parece que aquellos seres humanos tuvieran una vida fácil. Tuvieron que hacer frente a un clima muy frío, sobre todo hace unos 18.000 años, cuando las temperaturas más bajas fueron. Sin embargo, lograron reemplazar a los Neanderthal, hombres extendidos desde hace tiempo en Europa.

Al finalizar la glaciación, el clima se templó mucho. Por ejemplo, a. C. En los años 5.400 a 3.000 el ambiente era aún más templado que ahora. Al templar, el ecosistema cambió: lo que antes era una estepa se llenó de abedules y pinos, y más tarde, en las Edades de Bronce y Hierro, se extendieron robledales y hayedos. Al mismo tiempo, los mamíferos aumentaron.

Al cambiar el clima y el ecosistema, el hombre perdió altura. Los hombres de fin de neolítico tenían una media de 16 cm por debajo de los del Paleolítico Superior. Asimismo, tras el estudio de los esqueletos, los expertos han observado cambios morfológicos durante este periodo. Por ejemplo, en el Paleolítico Superior los dos sexos eran muy diferentes morfológicamente y con el tiempo el dimorfismo fue disminuyendo. Por otro lado, la proporción de extremidades y cráneo varía con el tronco.

Luces y sombras de la agricultura

Sin embargo, la disminución no se debió al temple climático. En la misma época, el ser humano dejó de ser cazador-recolector y aprendió a labrar la tierra y a crecer los animales. Está claro que la conversión en sedentario y campesino tuvo una gran influencia en la alimentación y en la vida. Y eso se reflejó en altura.

En el Mesolítico el hombre pudo comer plantas que antes no existían.
Universidad de Cincinnati

Los alimentos que consumían en el paleolítico estaban bien adaptados al aparato digestivo del hombre y a las necesidades energéticas de la época. Estos alimentos eran ricos en proteínas y fibra y no tomaban carbohidratos refinados. Al final de la Glaciación se introdujeron en la dieta una gran variedad de alimentos, como por ejemplo el Mesolítico, en el que se consumían abundantes peces, e incluso plantas que antes no existían. Sin embargo, en el Neolítico la dieta se empobrece.

Además, durante la época entre el Paleolítico y el Neolítico, la densidad de las poblaciones aumentó, al tiempo que aumentaron las enfermedades y las luchas.

En el Neolítico las poblaciones eran aún más densas, 10-50 veces más densas que en el Paleolítico. Para que haya comida para todos, plantaban cereal en amplias zonas y crecían ganado. Sin embargo, comían entre un 10-20% menos de carne que en el Paleolítico Superior.

Los investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi han analizado las huellas expuestas. Según ellos, está claro que en aquella época la carne era la base de la dieta.

La vida de los campesinos no era más tierna que cuando el hombre tenía que salir a cazar y a recoger frutos. Las labores agrícolas eran duras y dependían de la cosecha: cuando se perdía la cosecha sufrían el hambre y tenían que buscar alternativas para conseguir comida.

La vida era especialmente dura para las mujeres. La primera menstruación se producía en edades más tempranas que en el Paleolítico, por lo que antes se comenzaba a tener descendencia, con menor diferencia entre un embarazo y el siguiente. Como consecuencia de todo ello, las mujeres morían más temprano que los hombres. Sin embargo, los hombres tampoco vivían más tiempo que los paleolíticos.

Incidencias históricas

En otras épocas también se produjeron importantes descensos en altura media. Por ejemplo, desde el primer siglo hasta el segundo después de Cristo se produjo un gran descenso, aunque a muchos les pareció que la época del Imperio romano debía ser buena. Sin embargo, en algunos aspectos, no era una época tan dulce. Hay que tener en cuenta que entonces las guerras eran frecuentes, las ciudades eran poco saludables y las plagas se extendieron. Todo ello se reflejó en altura, entre otros.

Los tiempos del Imperio romano no fueron tan buenos como muchos pensaban.

Tras el hundimiento del imperio, V y VI. durante siglos, los hombres y mujeres de Europa eran más largos que los de los siglos anteriores. Los expertos no saben muy bien por qué sucedió, pero parece que gracias a las migraciones se consiguieron nuevas técnicas agrícolas y, ayudados por un clima suave, el ganado crecía rápido y las cosechas eran buenas. También disminuyó la densidad de las poblaciones. Todo parece indicar que tenían una buena salud, y por eso eran tan altos. VII. Los habitantes del siglo XX eran menores que los anteriores.

Después, además, el clima se enfrió y comenzó la llamada Pequeña Edad de Hielo. La humedad, la falta de higiene, la alta densidad de los pueblos... todos fueron beneficiosos para la aparición y propagación de enfermedades. La peste negra fue especialmente dura en el siglo XIV. En el siglo XX se calcula que, por ejemplo, en Italia mató a la mitad de la población y en toda Europa a un tercio. En Asia también se extendió mucho.

América tampoco se libró de las plagas. Las bacterias, parásitos y virus llevados por los conquistadores europeos causaron miles de muertes en el continente. Sin embargo, las enfermedades no eran unidireccionales, sino que llegaron a Europa no sólo de América, sino también de lejos de Asia, con los conquistadores que volvían a casa.

A los esclavos les daban bien para comer, con el fin de conseguir un buen precio en la venta. Gracias a ello, eran más altos que muchos blancos de la época.
Universidad Brown

Las guerras, las enfermedades y las bajas producciones agrícolas afectaron a la altura media de la población y, por ejemplo, al XVII. En el siglo XVIII la media descendió notablemente. De hecho, las temperaturas de la época fueron muy bajas, muchos países europeos entraron en la Guerra de los Treinta Años y se extendieron enfermedades contagiosas. La situación no mejoró mucho después, de manera que el hombre de la revolución industrial no era más alto que 2.000 años antes.

Cabe destacar que cuanto más alejado vivía de las ciudades en aquellos tiempos, mayor era la posibilidad de que una de ellas llegara a una altura determinada por la genética. Y eso era así en Viena, Londres y también en Tokio. Aunque en la actualidad existe una relación directa entre la altura y la renta per cápita en general, antes no era así. Antes de la revolución industrial y durante los primeros años de la revolución, la vida cerca del lugar donde se producía la comida o la autoproducción de alimentos era un beneficio nutricional.

Así, la población rural era, en la mayoría de los casos, más alta que la de los ciudadanos, y gozaba de una mejor nutrición que la desarrollada en territorios poco desarrollados. Por ejemplo, los campesinos irlandeses tenían más y mejores alimentos que los habitantes de las ciudades inglesas de los inicios de la revolución industrial. En Norteamérica, los de los estados del sur tenían mejor salud que los del norte, y en 1830, por ejemplo, los campesinos norteamericanos eran más altos que los trabajadores profesionales de la ciudad.

Medida del bienestar

Los tiempos iniciales de la revolución industrial fueron realmente duros. Entonces los campesinos vivían mejor que los ciudadanos.
MEC

Estos ejemplos demuestran la relación directa entre calidad de vida y altura. Para conocer la altura de los antiguos humanos, los investigadores han medido los huesos de las tumbas. No es necesario un esqueleto completo, basta con el fémur.

Afortunadamente, el fémur es uno de los huesos que mejor se conserva de los esqueletos, es el hueso más largo del cuerpo y mide aproximadamente la cuarta parte de la persona. Investigadores XVI y XVII. También se han utilizado armaduras de caballeros de siglos para calcular su altura.

En épocas posteriores, las listas de reclutamiento del ejército son una importante fuente de datos. En ellas se aprecia claramente la relación entre altura y estilo de vida a lo largo del tiempo. Además, en los puestos de mando cabían los hijos de las familias ricas, y es evidente que eran más altos que los ciudadanos pobres. Desgraciadamente, en estas listas sólo se recogen datos de hombres.

Estas investigaciones se han llevado a cabo principalmente a nivel europeo. Pero también se han realizado en EEUU, donde los datos de la compraventa de esclavos han servido para analizar la relación entre altura y calidad de vida. Al parecer, los esclavos sufrían la falta de alimentos de pequeño, y antes de venderlos les daban bien comer para que tuvieran mejor apariencia y salud y obtuvieran mejor precio en la venta. En consecuencia, los esclavos norteamericanos eran más altos que los de África, y muchos blancos de aquella época. De hecho, eran de media tan altos como los señores de Europa.

A partir de ahí, XVIII y XIX. Durante siglos, la población norteamericana se alargó más que la europea. En el Nuevo Mundo había abundante tierra y riqueza para explotar. Por el contrario, en el viejo continente, las diferencias entre las clases eran enormes y los niveles inferiores de la sociedad pasaban un gran hambre. Así, los jóvenes de alto nivel que entraban en el ejército americano eran 19 centímetros más altos que los de los bajos de Londres.

En la actualidad, los más altos son los holandeses y los escandinavos.

Desde el siglo pasado, tanto en Norteamérica como en Europa la población ha ido creciendo. En los últimos años en EE.UU. este alargamiento ha disminuido y en Europa las de las nuevas generaciones siguen siendo más altas que las anteriores.

Hoy en día, los más altos son holandeses y escandinavos, pero los del sur de Europa se están alargando más rápido. Por ejemplo, aunque ahora los holandeses son 10,5 centímetros más largos que los portugueses, según los expertos, los portugueses van a ser capturados dentro de unos años.

¿Cuánto más se alargará el hombre? ¿Dónde está el límite? Los investigadores están viendo cómo las diferencias raciales se reducen drásticamente si comparamos los estados de salud y nutrición.

Sin embargo, hay un límite genético y es cierto que ser muy alto afecta negativamente a la salud; los problemas de la columna, por ejemplo, son habituales entre personas altas. Esto se debe en parte a que el mobiliario, las casas o los vehículos están diseñados para personas de altura media. Por tanto, arquitectos y diseñadores deberían tener en cuenta que la gente está alargando y alargando. ¡Quién sabe hasta qué punto!

A lo largo de la historia la altura media de las personas ha ido variando. Al parecer, la altura es un reflejo de la calidad de vida, por lo que existe una relación directa entre bienestar y altura. Para llegar a esta conclusión, los investigadores se han basado sobre todo en las huellas encontradas en Europa y en el Mediterráneo. De hecho, en otros lugares se han realizado pocas investigaciones, pero parece que esta relación se da en todo. Es decir, cuando existe la posibilidad de tener una alimentación adecuada y una buena salud, la población es más alta que en los malos tiempos.
R.W. Kates / investigacion y ciencia

Lourdes Herrasti: “Una generación nos aleja del hambre”

Lourdes Herrasti es investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y nos hemos reunido con ella para conocer la evolución histórica de la altura de los habitantes de Euskal Herria. La charla ha sido realmente interesante y nos hemos quedado fascinados por una frase. Lourdes Herrasti nos ha dicho, entre otras cosas: “ En The silence of the lambs, Hannibal Lecter le dice al personaje que interpreta Jodie Foster: «Una generación te aleja del hambre». Y eso es una verdad redonda”.

En los yacimientos que investigáis, ¿no mediréis la longitud de los huesos? ¿De ahí sacáis conclusiones?
F. Etxeberria / Sociedad de Ciencias Aranzadi

Sí, claro. Siempre que podemos medimos los esqueletos. Sin embargo, no podemos sacar conclusiones absolutas. Uno de los problemas es que en los antiguos yacimientos es difícil encontrar huesos largos, como el fémur, completos, por lo que no siempre es posible calcular la altura.

Si no hay fémur, calculamos a partir de otros huesos largos, como la longitud del humero. Pero, sin duda, el fémur es el más fiable, ya que la longitud de brazos y piernas no siempre es proporcional.

Por otro lado, encontramos pocas pistas. Entonces, ¿hasta qué punto estos pocos representan a todo un grupo? ¿Y los grupos la población de aquellos lugares? De hecho, hay mucha diferencia entre vivir en el monte o en la llanura, ya que en general los de la llanada comen mejor y más. Dos factores principales influyen en la altura de una persona: uno es la genética y el otro la alimentación.

¿Y a lo largo de la historia siempre aparece esta relación entre estilo de vida y altura?
Esqueleto del hombre de 1,88 m de la necrópolis alavesa de San Juan ante Portam Latinam.

Mira: uno de los yacimientos más importantes que hemos estudiado es el de San Juan ante Portam Latinam, en Álava. Se trata de una necrópolis neolítica de hace 5.000 años, en la que hay cadáveres de unas trescientas personas. De ellos, cien son niños menores de siete años, por lo que no sirven para realizar estos cálculos. Se han medido el resto, con una longitud media de 1,66 m para los hombres y 1,60 m para las mujeres.

Hay un caso muy llamativo: era un hombre de 1,88 m de longitud. Pero eso no significa nada. Hoy en día hay una gran diferencia entre unos y otros, pero utilizamos la media para realizar investigaciones. En este caso también sucede lo mismo. Además de este hombre de más de 1,80 m, hay otros de 1,70 m, pero la media es de 1,67 m.

Por lo tanto, eran similares a los encontrados en otros yacimientos europeos. ¿Y en épocas posteriores?
En el yacimiento de San Juan ante Portam Latinam hay más de 300 personas esqueléticas.
C. SAN MILLÁN / Museo arqueológico de Álava

La verdad es que no tenemos demasiados datos. Las necrópolis medievales sólo se utilizaban en aquella época, pero a partir de entonces los cadáveres de personas de distintas épocas se enterraban en el mismo lugar y aparecen mezclados los huesos. Es difícil saber cuándo son exactamente. Por eso no podemos sacar grandes conclusiones. No obstante, aunque haya incidencias, XX. La altura media no varía mucho hasta el siglo XX.

Últimamente, XX. Estamos estudiando los esqueletos de la Guerra Civil del siglo XX en Castilla, Asturias... Y es increíble ver lo pequeño que eran las mujeres. La distancia media era de 1,50m aproximadamente y los hombres también son difíciles de superar 1,65m.

Está claro que la alimentación y el estilo de vida afectan directamente a la altura, y hasta el final de la dictadura y la mejora de la situación económica, las personas no han tenido oportunidad de crecer. Hoy en día, sin embargo, los jóvenes son mucho más altos que sus padres.

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