En los años 60 se vivieron ambientes y aires especiales e irrepetibles alrededor de la exploración espacial. La apertura de un mundo nuevo y desconocido a través de la instalación de satélites en el espacio, primero por la rivalidad encendida entre las dos grandes potencias, puso los ojos de la gente menor hacia el cielo. La culminación más brillante de este proceso se produjo cuando los norteamericanos posaban al hombre en la Luna.
Después, el ambiente se fue templando y finalmente se convirtió en frío y lejos. Las noticias del espacio se centraron en las páginas científicas desde las primeras páginas del periódico. La gente corriente le dio la espalda a la exploración espacial y, entre otras cosas, se preguntó si los fondos utilizados no se estaban malgastando. Antes no se ponía límite al dinero que se gastaba, ni se pensaba poner. Después, pocos de los círculos científicos defendieron esta idea.
Pero, como ocurre a menudo, la astronáutica ha dado sus frutos en los años en los que ha sufrido los mayores problemas económicos, al menos en los EEUU: Las sondas Viking y Fobos Martitz; las sondas Venera Venus cubiertas por nieblas; los Pioneer y Voyager, planetas gigantes exteriores; el cometa Vega y Giotto k Halley; transbordadores espaciales; estaciones espaciales; laboratorio espacial; IRAS, etc.
La década de los 90 comienza una nueva era en la exploración espacial. Por un lado, la exploración de Martitz, que ha despertado en la sociedad el interés y la curiosidad por el espacio, se retomará con fuerza con el objetivo de poner al hombre en Marte.
Por otro lado, la mayor parte de las misiones se llevarán a cabo gracias a la colaboración entre los diferentes Estados. Es algo que consideramos absolutamente importante. Y es que, al margen de la desconfianza y el clima competitivo de antaño, la colaboración será la llave de los grandes proyectos y la garantía de viabilidad. Los costes de la exploración espacial son excesivos para que un único Estado pueda asumirlos.
Además, la cooperación puede extenderse no sólo al ámbito espacial, sino también a otros ambientes, ayudando sin labios a conocer a los distintos pueblos del mundo y a relajar sus tensiones.
Estas son algunas de las misiones previstas. Algunas de ellas, probablemente, no se celebrarán en la fecha anunciada y pueden no realizarse nunca. Pero tomando plenamente todas estas misiones, responderán a muchas preguntas sobre nuestro sistema y el Universo, al mismo tiempo que plantearán nuevas máquinas. Por lo tanto, la próxima década será muy interesante.
Elhuyar. Intentaremos daros a conocer la Ciencia y la Técnica en nuestra revista.