Cien años mirando al tiempo

Rementeria Argote, Nagore

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Durante los últimos cien años han sido once los días de fareo, rayo, viento y niebla. Y en el Observatorio Meteorológico de Igeldo siempre ha habido alguien que se ha fijado en esas circunstancias meteorológicas, recogiendo datos. De alguna manera, este observatorio ha visto cómo la meteorología se convierte en ciencia a lo largo de cien años de historia.
Cien años mirando al tiempo
01/01/2006 | Rementeria Argote, Nagore | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: Herrería N)

El Observatorio Meteorológico de Igeldo no surge por casualidad. Las circunstancias meteorológicas siempre han preocupado al hombre. Hace tiempo soñaba con saber qué tiempo iba a hacer al día siguiente, y por ese sueño y por la necesidad, el XVIII. A finales del siglo XIX y principios del XIX se construyeron numerosos observatorios meteorológicos en la mayor parte del mundo. Pero, como decía, la idea de Igeldo no surge por casualidad: detrás de aquella idea había una tragedia.

El sábado santo de 1876, una terrible galerna llevó las vidas de 500 pescadores en Bizkaia y Cantabria. Aquella tragedia conmocionó hasta el fondo a un niño hernaniarra de 12 años, Juan Miguel Orkolaga: Fundador del observatorio de Igeldo.

Al parecer, el interés de Orkolaga por el tiempo se intensificó notablemente después de aquel suceso. Y no se resignó a la costa hasta que se hicieron predicciones meteorológicas y un sistema de alerta para tormentas y tormentas.

Margarita Martín es actualmente la directora del Observatorio Meteorológico de Igeldo.
Herrería N

Gracias a la colaboración de la Diputación Foral de Gipuzkoa que abrió el Observatorio de Meteorología Marítima de Igeldo en 1905, el 8 de noviembre ha cumplido cien años. El mérito de aquel hombre no podía limitarse: en aquella época la meteorología estaba en proceso de convertirse en ciencia, pero todavía predominaban las predicciones y las supersticiones de los pastores, por lo que tenía poco de ciencia.

Pero Orkolaga tenía claro que la base para predecir el tiempo estaba en la ciencia. Para ello, trajo los instrumentos de medida desde el exterior, y también fabricó varios instrumentos a mano --no había sistemas de medida homologados y cada meteorólogo se adaptaba lo máximo posible -.

En un principio el utillaje era bastante pobre: Barógrafo de sistemas de la casa Richard (regalado por el rey Alfonso XIII), cinematógrafo, termómetro de temperatura máxima y mínima y un pluviómetro diferencial de Orkolaga, un microbarógrafo y varios barómetro de mercurio, entre otros. Se trataba de herramientas sencillas, pero imprescindibles para la recogida de datos que definan el tiempo y para hacer predicciones.

En Igeldo las mediciones se realizan con herramientas antiguas y modernas, ambas.
g. Ro

Meteorología en el mundo

Para la época de Orkolaga, la meteorología estaba muy avanzada en el mundo. Durante siglos se inventaron los instrumentos básicos de la meteorología: El barómetro de la presión inventado por Torricelli en 1643, con el que se descubrió que la disminución de la presión del aire indicaba la llegada de una tormenta, en 1667 Robert Hooke inventó un anemómetro para medir la velocidad del viento, en 1714 el termómetro de mercurio Daniel Fahrenheit para medir la temperatura y en 1780 el higrómetro de la humedad del aire Horace de Ssurbe.

Los datos de la atmósfera fueron recogidos por primera vez por Laurent Lavoisier, quien midió la presión, la humedad del aire y la velocidad y dirección del viento en 1765. Lavoisier estaba seguro de que con esa información se podía predecir el tiempo que iba a hacer al día siguiente. Por lo tanto, la predicción meteorológica podía hacerse de forma científica, al margen de las creencias. Pero para ello se necesitaba una herramienta de comunicación rápida que no llegó hasta 1843, cuando Samuel Mors inventó el telégrafo.

Gracias al telégrafo, las predicciones meteorológicas comenzaron a hacerse con regularidad, y fue el origen de la meteorología moderna. Mediante telégrafos, desde diferentes observatorios de un territorio se enviaban datos de carácter puntual que, sumados a los mismos, se situaban en un mapa y conocían la situación en la que se recogieron los datos. A partir del análisis de la evolución de estos mapas se anunciaba lo que iba a pasar en las próximas horas. La verdad es que antes de la invención del telégrafo se hacían recogidas de datos, pero llegaban tarde para hacer predicciones.

En la actualidad, los buques pesqueros cuentan con modernos sistemas de comunicación, pero la previsión meteorológica es tan necesaria como hace cien años.
Herrería N

Gracias al telégrafo y a la necesidad, la meteorología avanzó. Y en este caso también hay una tragedia detrás de todo. Lo cierto es que en 1854 una tormenta hundió un barco de guerra y 38 buques de carga en el puerto de Balaklava en Crimea. Revisando los registros de los días anteriores, comprobaron que la tormenta surgió dos días antes y recorrió Europa.

Si se recogieron los datos meteorológicos y se interpretaba a tiempo, se pudo predecir aquella tormenta. Así, Francia puso en marcha el servicio de alertas de tormentas. Y ese es el suceso que se concibe como el origen de la meteorología moderna. Gracias al telégrafo, el Observatorio de París comenzó a elaborar mapas meteorológicos, que fue seguido en 1872 por la Oficina Británica de Meteorología.

Sin embargo, el principal avance en materia de predicciones meteorológicas se produjo durante la Primera Guerra Mundial. Para entonces ya se había aprobado la teoría de Vilhelm Bjerknes; XX. Según esta teoría, publicada en la primera década del siglo XX, la interacción entre masas de aire templadas y frías tenía una gran influencia en el tiempo. Y se impuso la idea de que el tiempo se ajustaba a las leyes de la física, lo que permitía estudiar la meteorología de forma científica.

En la actualidad, las predicciones meteorológicas se realizan con datos recogidos vía satélite, pero todavía son necesarios observatorios meteorológicos para la predicción de un lugar concreto.
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En la punta de la meteorología

Durante la Primera Guerra Mundial, las previsiones meteorológicas fueron fundamentales para que los vuelos de los aviones, etc. fueran seguros. Y a partir de entonces la meteorología tuvo un avance constante. Cuando Orkolaga presidió el observatorio de Igeldo, la meteorología avanzaba mucho, como se ve. De hecho, Orkolaga no supuso un gran avance en la investigación, pero su identidad continuó tras su muerte. En los primeros años, los familiares y amigos del entorno de Orkolaga mantuvieron la labor del observatorio. Y así llegó la época dorada del observatorio: A la época de Doporto.

Mariano Doporto era un importante meteorólogo, que más tarde llegó a ser director del Servicio de Meteorología de Irlanda, y conocía los últimos avances en meteorología y escribía artículos especializados. En 1927 llega a Doporto Igeldo al trabajo tras superar las oposiciones. Con ella llegó la época de los meteorólogos profesionales, lo que permitió a Igeldo entrar en la Red Mundial de Observación.

Las observaciones meteorológicas eran diarias y de calidad, y las predicciones meteorológicas se hacían con datos locales y de la Red Mundial de Observación.

Para medir la fuerza y dirección del viento, entre otros, se encuentra este anemómetro en la torre del observatorio de Igeldo.
G. Roa

Desde entonces, las vicisitudes políticas han sido numerosas: cambios de gobierno, guerras... y, sin embargo, el observatorio se ha mantenido. Y lo más importante: Se conservan los datos desde 1928 hasta la actualidad.

El tiempo no ha pasado en vano

En este largo siglo, el observatorio ha estado presidido por Carlos Santamaría y Usabiaga, entre otros. Actualmente el observatorio está dirigido por Margarita Martín. Han pasado once personas, once meteorólogos y observadores. Se han producido avances, pero se trabaja en gran medida como hace cien años. En la actualidad, los observadores reciben los datos de forma rigurosa y ordenada cada tres horas --a partir de ahora los recibirán cada hora–.

Los datos recogidos por los observadores son de gran utilidad para predecir el tiempo, así como para analizar las variaciones del clima mundial. La serie climática desde 1928 hasta hoy es un verdadero tesoro para los climatólogos. En definitiva, es una serie muy fiable: desde entonces se han utilizado las mismas herramientas para realizar las mediciones, y el entorno apenas ha cambiado (muchos observatorios han comido los centros urbanos y la serie no es útil), la residencia de Igeldo sigue en el mismo lugar, en el medio rural, como hace cien años.

Por ello, Igeldo forma parte de la Red Básica Internacional y, según Margarita Martín, "es sin duda uno de los observatorios más importantes de la Organización Meteorológica Mundial". Pero está un poco deteriorada: el edificio tiene una gran humedad y es necesario renovarlo. Además, su patrimonio científico y su patrimonio histórico son únicos y, por ello, es un lugar privilegiado para abrir un museo dedicado a la meteorología. No faltan intenciones y ganas.

Otros
Nacido para ver todo
Han pasado cien años, más de 36.500 días, recogiendo datos meteorológicos en el observatorio de Igeldo. El observatorio ha visto infinidad de luces, lluvias, ventosas, sin viento... Las efemérides del Observatorio de Igeldo son:
El día más caluroso
No olvidaremos de inmediato el verano de 2003. Los meses de julio y agosto fueron más calurosos y el 4 de agosto el termómetro de Igeldo midió 38,6 ºC. ¡Cuando no se fundió!
El día más frío
(Foto: observatorio meteorológico de Igeldo)
Febrero es muy frío, con frecuencia se echa hielo. Pues bien, en 1956, la media de febrero no superó los cero grados en toda la costa vasca. La temperatura más baja se midió el 3 de febrero: -12,1 ºC.
Tormenta más lluviosa
El 1 de julio de 1997 se produjo una inundación que no es de extrañar, ya que llovió durante todo el día. El pluviómetro de Igeldo recogió 193 l/m 2 en dos horas, 104 litros en una hora.
Viento fuerte
Probablemente el viento más fuerte en Igeldo fue el 6 de noviembre de 1982, pero al registrarse la aguja salió del gráfico y no quedó registrada. Para entonces el aparato tenía una velocidad medida de 184 km/h. Por ello, oficialmente el 15 de enero de 1975 es el mayor soplo de viento registrado en Igeldo: 187 km/h.
Padre Orkolaga (1864-1914)
Orkolaga era de familia campesina, autodidacta en meteorología. Nacido en Hernani, Juan Miguel Orkolaga era vicario de Zarautz.
Sabemos que el primer anuncio que acertó lo hizo en 1900, el 15 de noviembre. Probablemente no fue la primera, pero fue la primera que se extendió por telégrafo a las Diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia. Para entonces Orkolaga trabajaba en Igeldo, pero no en la actual sede del observatorio. Hasta 1905 no llegó el dinero de la Diputación Foral de Gipuzkoa para adquirir la residencia y la apertura oficial se hizo el 8 de noviembre.
De hecho, hasta entonces Orkolaga era subvencionada por ambas diputaciones: Desde Gipuzkoa y Bizkaia. Pero rechazó la oferta de construir un observatorio en el cabo Matxitxako y la Diputación de Bizkaia le quitó la ayuda.
En el nuevo observatorio de Igeldo se puso en marcha un sistema de aviso de enbata. Desgraciadamente no pudo evitar una tragedia: El 12 de agosto de 1912, la tormenta arrastró a 145 pescadores (115 de ellos en Bermeo), muertos todos en Bizkaia. Orkolaga hizo el anuncio correctamente y desde Galicia hasta Burdeos había enviado el aviso de una enba a todos los puertos.
(Foto: observatorio meteorológico de Igeldo)
Esforzado meteorólogo sin estudios
Orkolaga tenía claro que para predecir el tiempo era necesario hacer observaciones largas: el predictor del tiempo debía conocer las peculiaridades de un lugar determinado. Según el propio Orkolaga, "en la meteorología son necesarios genios inventores que descubran por sí mismos lo que los profesores no pueden enseñar".
Por otro lado, las previsiones meteorológicas las emitía en la prensa diaria y la radio de Donostia. Hasta entonces hubo sesiones similares, pero parece ser que las predicciones basadas en la ciencia eran la primera vez que se emitían en prensa en el Estado español y una de las primeras por radio. Así, gracias a Orkolaga comenzaron a ser habituales los términos meteorológicos, como la borrasca, la vórtice... --la palabra frente se difundió más tarde -.
Según Margarita Martín, actual directora del observatorio, Orkolaga tenía las características de un buen meteorólogo: "capacidad de observación, capacidad de análisis relacional, capacidad crítica y capacidad de decisión".
Rementeria Argote, Nagore
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