Los niños ya se quejan, cada día de casa a la escuela y de nuevo a casa, ya que tienen que transportar muchos kilos de la escuela a casa en la mochila (libros, cuadernos, etc.). ). Y aunque la columna es muy sufrida y aparentemente no se queja, poco a poco se va deteriorando, apareciendo dolores de espalda.
Es cierto que los dolores de espalda no matarán a nadie, y por otra parte es sabido que la mayoría de nosotros hemos tenido dolores de este tipo alguna vez. Por eso pasan como bastante imperceptibles, y la mayoría se acaban. Pero en algunos casos las molestias suelen ser muy fuertes y casi constantes, por lo que nuestra vida se ve alterada.
Como es obvio, la prevención debería empezar antes de que nuestro cuerpo se resiente para que no se produzcan dolores de espalda. Pero la dificultad está ahí, porque si no se nota dolor, los hábitos o las posturas inadecuadas van desapercibidos, y para cuando aparece el dolor, es señal de que algo funciona mal, o que obligamos a una parte de nuestro cuerpo a un esfuerzo que no está preparado. ¡Ojo!
Si desde la infancia aprendemos las normas para proteger nuestra espalda, esta parte importante de nuestro cuerpo se verá más afectada por el paso del tiempo. Los niños están en edad de crecimiento, por lo que tienen especial sensibilidad ante las enfermedades y trastornos de la espalda. En la infancia o adolescencia comienzan a dar sus primeros síntomas, por lo que es importante extender la prevención de la higiene postural en las escuelas que realizan la enseñanza primaria, es decir, enseñar posturas y actitudes adecuadas.
Tomar una postura adecuada, tanto en casa como en la escuela, es imprescindible. Procuraremos que los más pequeños se sientan sin agachar la columna y que además se sientan con la espalda apoyada en la silla o el sillón.
El doctor Eliseo Pascual, jefe del servicio de Reumatología del Hospital General Universitario de Alicante, recomienda el ejercicio físico. "Si no sentamos correctamente al niño, deberíamos conseguir que esté al menos en la forma física adecuada. Si hace ejercicio y tiene buena musculatura, su espalda soportará mejor esas posturas inadecuadas."
Pero más que posturas inadecuadas, para los niños está en el piso que deben llevar el principal enemigo de la espalda. "Las mochilas son beneficiosas –nos dice el Dr. Carlos Algora, que dirige la unidad de la Espalda de Barcelona- porque evitan que se cargue más de un lado del cuerpo que del otro, pero hay que llevarlas bien colocadas, es decir, sobre los dos hombros y nunca colgando de un solo lado.
Otro punto importante es que la carga que lleva el niño no debe superar el 10% de su peso". Esto significa, por ejemplo, que si el niño pesa 35 kilos, nunca debería llevar más de 3,5 kg en la mochila. A partir de ahí, se está obligando a las capacidades de la columna poniendo en peligro diferentes enfermedades (agarrotamientos, problemas musculares, escoliosis, o desvíos de la columna).
Pero llevar la mochila mal y con demasiado peso, además de la espalda, puede causar problemas de cadera y pies si la postura incorrecta se mantiene durante mucho tiempo. Cuando el peso en la mochila es excesivo se pueden utilizar carros o carritos para la compra, ya que así el niño tendrá la espalda libre de cargas. Pero hay que llevar el carro por delante, empujando a los niños y no arrastrando porque llevar tirando por detrás puede causar dolor en cervicales, hombros e incluso espalda.
Las personas adultas no nos preocupamos demasiado por la columna, salvo que tengamos dolor, y aún así dependemos de ella para cualquier cosa. No obstante, algunos consejos a seguir a la hora de tomar pesos o cargas son:
Todo lo anterior ha estado alrededor de cargas o cargas que debes tomar periódicamente, pero hay otra carga que tu cuerpo, y especialmente la columna, debe soportar constantemente: tu peso. Según el reumatólogo Eliseo Pascual, “las mujeres (y no hay que olvidar que este tipo de dolores se dan más en las mujeres, quizás por la constitución o composición de su esqueleto), si tienen problemas de obesidad, podríamos decir casi con certeza que a la larga tendrán problemas de espalda o rodillas. A menudo tienen un sobrepeso de 10-20 kilos, lo que significa llevar encima una bombona de butano vacía durante todo el día. Este sobrepeso puede tener consecuencias muy graves con el tiempo. Si además no hacen ejercicio, ni la musculatura está en buen estado, sus huesos difícilmente aguantarán durante mucho tiempo.”
* El peso de la mochila no superará el 10% del peso del niño. * Los objetos de mayor peso (libros, diccionarios, etc.) se colocarán verticalmente y lo más cerca posible de la espalda.
* Los tirantes de la mochila deben ser anchos y apoyarse sobre los dos hombros, ambos a la misma altura o nivel.
* Las mejores mochilas son aquellas con respaldo duro y ejes laterales.