Detección genética de nuevos virus patógenos

Basaras, Miren

Mikrobiologiako Irakasle Titularra

Todos tenemos el riesgo de sufrir alguna transfusión de sangre de vez en cuando. Siempre esperamos que esa sangre sea “limpia”, es decir, sin microorganismos. En los últimos años se están identificando cada vez más nuevos microorganismos, algunos de los cuales se transportan con relativa facilidad gracias a la sangre. En ellos hay algunos que producen hepatitis, como el virus de la hepatitis C (CHB), el virus de la hepatitis G (GHB) y el recién descubierto TTV o “Transfusion-Transmitted virus”, virus perjudiciales o patógenos para el ser humano.

Por otro lado, estos virus, además de las transfusiones de sangre, pueden ser introducidos en el interior del ser humano y transmitidos de forma humana por medios relacionados con la vía parenteral: jeringuillas compartidas, aparatos comunes utilizados en la realización de diálisis, equipos quirúrgicos, etc. Algunas de estas vías son, por tanto, las que pueden estar dentro del hospital, y se dice que la gente que se contagia así es la que capta las infecciones nosocomiales, ya que han incluido la infección dentro del hospital y además por la misma vía. Por otro lado, también es posible la transmisión sexual y la transmisión de la madre a su hijo (la llamada transmisión vertical). Conocer cuál es el mecanismo de transmisión es, por tanto, muy importante para cortar o eliminar esta vía lo antes posible.

En cuanto a los métodos de detección, en el caso del CHB, su identificación se puede realizar mediante pruebas serológicas, es decir, mediante la aparición o no de anticuerpos, pero esta información no nos indica completamente el estado de dicho virus, si se encuentra replicado activamente. En el caso de los otros dos virus mencionados, en la actualidad no hay pruebas serológicas o la única que existe (en el caso del GHB) no es del todo fiable. Por tanto, es necesario buscar métodos ágiles y eficaces para identificar estos virus. En la actualidad la vía más rápida son los métodos que detectan el propio genoma. Para ello, mediante la técnica de reacción encadenada de la polimerasa (PCR) se amplifica una parte del genoma y, posteriormente, se puede visualizar la secuencia de nucleótidos de esta parte utilizando el secuenciador automático.

El secuenciador nos permite leer el mismo genoma y analizar los genotipos que aparecen en cada virus. Asimismo, la secuenciación nos permite detectar cambios o mutaciones en el genoma. De esta forma se puede comprobar si los mencionados virus se mutan o cambian cuando están dentro del paciente o medir la variabilidad de un paciente a otro. Estos cambios dan lugar a la llamada distancia genética entre virus internos de los pacientes. Mediante el uso de programas de ordenador se pueden construir árboles genéticos que formen estas distancias genéticas, observando de forma enfermiza la igualdad entre los virus. Cuanto más cerca esté el paciente en dos árboles genéticos, más parecidos serán los virus que se encuentran en su interior y lo que puede deducirse es si la vía de transmisión o contaminación ha sido la misma, por ejemplo si la infección nosocomial se ha producido a través de un aparato o si se ha utilizado la misma jeringa en los pacientes para administrar anestesia, etc.

Nuestro equipo de trabajo, por tanto, pretende desarrollar métodos de identificación ágiles de los virus CHB, GHB y TTV, y analizar diferentes grupos de población (donantes de sangre, drogadictos intravenosos, hemodializados, con hepatitis). Una vez definidas las tasas de prevalencia de los tres virus mencionados en estos grupos de nuestro territorio y determinados sus genotipos, detectaremos la variabilidad genética de los virus de forma enferma. Si comparamos los resultados en nuestro territorio con otros lugares internacionales, se puede determinar que existe un genotipo diferente geográficamente y mucho más importante, clínicamente, para poder buscar una relación entre genotipo y clínica. Con todos ellos se pretende comprobar cuáles son las vías de transmisión o transmisión de los virus y confirmar la existencia de infección nosocomial. Esta información servirá a los médicos y autoridades hospitalarias para tomar las medidas preventivas necesarias y eliminar estas vías de contaminación.

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