Para finalizar la serie de artículos sobre Txingudi, es necesario analizar el agente más importante de toda la marisma y estuario (el río Bidasoa), ya que es el origen de los materiales y el agua dulce que forman las balsas de la marisma (en el dique de las balsas, los limos, es decir, los suelos húmedos de los ríos). Además, no hay que olvidar que el Bidasoa es el último río salmón de Hego Euskal Herria, debido a la escasa industrialización de los pueblos de sus orillas.
Sin embargo, la zona fluvial que discurre por Gipuzkoa es la más afectada por la marisma. No por razones políticas (esta parte es la frontera entre Navarra, Gipuzkoa y Lapurdi), sino por una serie de bases físicas, químicas y biológicas:
En cuanto a la zona baja del río Bidasoa, es conveniente que antes de pasar a las determinaciones del río Bidasoa, se explique lo más genérico posible de la zona.
En este espacio fluvial, ecológicamente conocido como “Potamón”, además de suavizar la pendiente, el río produce grandes meandros con el fin de evitar la ralentización de la velocidad que provoca este pulido de cuestas. Estos factores, junto con la gran cantidad de agua que transporta el río en estos núcleos, hacen que haya canales anchos y profundos de agua lenta.
En cuanto a la granulometría de los materiales aportados por el río, está compuesta mayoritariamente por gravas, si bien en las zonas más lentas se inicia la acumulación de áridos cuanto más cerca del estuario, mayor es la acumulación.
En los factores físico-químicos también se producen cambios significativos:
Vegetación rica. Abundan el aliso (Alnus glutinosa) y el sauce cuando la influencia humana no es excesiva.
En estas zonas, al abrirse el valle y aumentar la velocidad del agua, los materiales ricos en nutrientes se acumulan mediante la aparición de los ríos. En estas zonas aparece una aliseda en el lugar más cercano al agua, con presencia frecuente de mimbre blanco (Salix Alba) en las zonas de expansión del río. La investigación de estos bosques tiene especial interés por algunas características ecológicas de los alisos. Es importante la simbiosis que produce con ciertos hongos y bacterias. Gracias a esta simbiosis, el aliso es capaz de obtener nitrógeno atmosférico. Esto tiene dos consecuencias principales:
Además, como ya se ha mencionado anteriormente, la sombra que las alisedas dan al río no sólo reduce las pérdidas de oxígeno del agua en verano, sino que la temperatura del agua no sube demasiado. De esta forma se protege la vida de animales y plantas inadaptados para soportar cambios bruscos de temperatura.
En las zonas de ampliación del valle, detrás de las alisedas, de fresno (Fraxinus Excelsior), de abrasión (Corylus avellana) y a veces de olmo (Ulmus sp.) Aparecía un bosque formado, pero en la actualidad los suelos de estas zonas son ricos y se destinan a usos agropecuarios. De estos bellos e importantes bosques, sólo se ha conservado una pequeña línea de aliso junto al río.
Sin embargo, la importancia de la vegetación no se agota en los árboles, sino que también los arbustos y prados tienen mucho que ver con estos temas de ecosis. Entre los arbustos es sorprendente la abundancia de boj común (Buxus sempervirens) en este valle silíceo que suele aparecer en suelos calizos y climas más templados. Junto a ella abundan el sauce oscuro (Salix atrocinerea), el mimbre rojo (Salix purpurea), las zarzas (Rubus sp.) y sambucus nigra.
La riqueza de plantas trepadoras en este ecosistema también merece una mención especial. Los más abundantes son el Aihen Blanco (Clematis vitalba), el Achicera (Lonicera peryclinemum) y la Hiedra Común (Hedera helix).
A esta riqueza arbórea y arbustiva habría que añadir una abundante capa herbácea compuesta por briofito (musgo), pteridófito (helechos) y angiospermo (plantas con semillas y flores), pero dado que una descripción detallada sería demasiado larga, la dejaremos ahí sin profundizar más.
Este ecosistema de abundante vegetación ofrece a la fauna numerosos rincones ecológicos. La riqueza de los alrededores es evidente, y si la relación entre ríos y márgenes ha quedado clara en el caso de la vegetación, es más evidente en la mayoría de los grupos de animales que se encuentran en estos lugares. Por lo tanto, queda demostrado que la recuperación y conservación de los ríos requiere la recuperación y conservación de las márgenes.
El arrebato de esta riqueza es la capacidad de la fauna de este ecosistema para obtener energía de sus plantas. En los ecosistemas terrestres, los rebaños de campo contienen una gran cantidad de lignina no útil para los animales y son pocos los insectos capaces de digerir esta sustancia debido a su adicción al agua de sus larvas. En los tiempos de las ecosis en las orillas, por un lado, se aprecia la abundancia de insectos (ya que en estos eco-sistemas el agua no es un factor limitante) y, por otro, de las algas que se encuentran en la urea, los animales obtienen un mayor rendimiento debido a la ausencia de lignina.
Por tanto, teniendo en cuenta la importante función de los vertebrados de estos ecosistemas, lo lógico es empezar a describir la fauna con ellos. Dentro de los invertebrados, los artrópodos son los más abundantes, pero conviene dividirlos en dos grupos; unos en el agua, mientras que otros viven en fase larvaria, otros permanecen en ella toda su vida.
Las primeras son aquellas que, una vez maduras, van a obtener un gran rendimiento del ecosistema de borde, entre las que destacan el orden de los tricópteros que construyen tubos en estado larvario, el orden de los dipteros que forman el grupo de moscas y mosquitos y el orden de los odonatos que forman el grupo de los rejoneadores.
Las segundas, sin embargo, al permanecer en el agua durante toda su vida, tienen mucho que ver con las dietas de vertebrados acuáticos y aves. Los más abundantes serían el orden de los coleópteros (escarabajos) y algunos de los sustos acuáticos de la zona verde de los hemípteros (mariposas).
Para finalizar este pequeño estudio de los invertebrados, en estos ecosistemas debemos mencionar a algunos de los representantes de los anélidos y moluscos, imprescindibles en las cadenas de alimentación de estas zonas (tanto en el control del crecimiento de las algas como en la elaboración de dietas de otros animales). Entre los anélidos se encuentran, además de un par de especies de la clase Hirudineo (plagas), representantes del orden de tubifícidos y quironomías de la clase oligoquética. En cuanto a los moluscos, los más abundantes son planorbis, physa y limna.
Para analizar el apartado de los vertebrados, conviene dejar al final el más conocido del rico patrimonio del río Bidasoa, la ictiofauna, que merece una mención especial.
Sin embargo, además de los peces, el río Bidasoa y sus márgenes son ricos en el resto de los grupos vertebrados. Una vez aquí, cabe destacar que en el río Bidasoa en Gipuzkoa sólo existe un caso de nutria (Lutra lutra).
En cualquier caso, la nutria no es el único mamífero que podemos encontrar en el Bidasoa, sino que además de la rata de agua oriental y occidental (Arvicola terrestris y Arvicola sapidus) se ha observado el turón (Putorius putorius).
En cuanto a la herpetofauna, merece especial mención el sapo corredor (Bufo calamita) que habita en Txingudi, ya que es la única población de esta especie en toda Gipuzkoa. Otras especies de anfibios y reptiles que se adjuntan son la rana silvestre roja (Rana temporaria), la rana verde (Rana perezi), el tritón palmatado (Triturus helveticus), el arrabio arrun-ta (Salamandra salamandra), la culebra víspera (Natrmaura) y la culebra corvada (Natrix Atrix Natratratrix).
Antes de empezar a estudiar las aves, debemos recordar que Txingudi se encuentra en un importante eje migratorio. Así, la riqueza avícola de esta comarca es evidente. Aunque la mayor parte de las aves permanecen en marisma y estuario durante las migraciones, algunas especies de aves con hábitos alimenticios diferentes suben por el río, descubriendo los alrededores para satisfacer sus necesidades. Por ello, al final del río Bidasoa, además de la mar-tin pescadora de los ríos (Alcedo Atthis), el aguijón (Cinclus cinclus) y la mostaza amarilla y blanca (Motacilla cinerea y Motacilla alba), es frecuente encontrar el aguijón pequeño (Tringa hypoleucos), el chiris pequeño y el aguijón.
Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, una de las riquezas más importantes del río Bidasoa es su rica ictiofauna, ya que el Bidasoa y su afluente Endara son los únicos ríos de Hego Euskal Herria que arrastran salmones aguas arriba. Esto se debe a la baja industrialización de los pueblos del valle del Bidasoa, lo que permite una calidad del agua bastante buena. No obstante, cabe destacar la proliferación de vertidos industriales y orgánicos en los últimos años en Irun, Hondarribia, Bera y Lesaka, así como la disminución de los caudales y el aumento de la temperatura del agua provocados por las centrales hidroeléctricas y los efectos nocivos sobre la población piscícola del río Bidasoa. En este punto destaca el proyecto que el Gobierno de Navarra lleva a cabo en la piscifactoría de Oronoz-Mugaire para evitar la pérdida del salmón del río Bidasoa en los últimos años. Por ello, hay que decir, sin miedo, que existe una relación directa entre la abundancia de salmón que ha habido este año y el trabajo realizado en este centro, que está realizando una reconversión y trabajo serio.
No obstante, para el estudio de la ictiofauna del río Bidasoa hay que tener en cuenta que el salmón (Salmo salar) no es el único representante de este grupo, sino la trucha fluvial (Salmo trutta fario), la trucha marina (Salmo trutta trutta), la concha desespinosa (Noemacheilus barbatulus) y la anguila (Anguilla).
Este último, al igual que el salmón, tiene un gran atractivo para los biólogos por su ciclo de vida migratorio. Sin embargo, existe una gran diferencia entre ambos, mientras que el salmón es anadromo (se reproduce en el río), el congrio es el catadromo (se reproduce en el mar).
No quisiera dar por finalizado este artículo sin hacer un pequeño estudio actual del río Bidasoa, aunque nadie puede pensar que en comparación con el resto de los ríos del País Vasco se encuentra en una situación óptima, la verdad es totalmente distinta.
A los daños producidos por las centrales hidroeléctricas y vertidos industriales y orgánicos anteriormente mencionados, tanto en Gipuzkoa como en Navarra, hay que añadir numerosos proyectos que pueden dejar el río canalizado. La modificación de la primera fase de la terminal de transporte ZAISA en Irun y los nuevos proyectos en el río (Gipuzkoa, 2. Con las fases 4 y 5, mientras que Puntxas, Alunda y Lastaola quieren ocupar los terrenos, en Navarra quieren construir un polígono industrial en el Alquaiaga de Bera), la vida en el río Bidasoa puede llegar a terribles ríos.
En este momento en el que se habla de recuperación de ríos, sería triste, como consecuencia de una evolución salvaje mal planificada, destruir el único río bien conservado hasta ahora. Muchas veces el desconocimiento ha sido el responsable de estas matanzas. Tratemos, por tanto, de conocer mejor nuestro patrimonio ecológico, uno de los aspectos más importantes de nuestra historia.