Real Seminario de Bergara

Es una historia larga, fructífera y, sin duda, interesante. Los hermanos Elhuyar, por ejemplo, que han dado nombre a la revista, impartieron sus clases allí y aislaron allí el wolframio. Sin embargo, en los últimos años este bello edificio ha estado casi oculto. Hace unos años se dieron cuenta de que había cientos de piezas de gran valor abandonadas. En los últimos cuatro años se han dedicado a la recuperación, limpieza y clasificación de piezas y ahora está en marcha el proyecto de construcción del museo. Tendrán que pasar unos años para conseguir ese objetivo, pero a nosotros, si quieres que nos diga la verdad, nos ha parecido que lo que hemos visto en Bergara no tiene nada que ver.
Es una enorme colección de piezas del Real Seminario de Bergara. Consta de 2.029 piezas, de las que 250 son instrumentos científicos.
U. Urkizu

En 1593 los jesuitas fundaron una escuela en este bello edificio de la plaza San Martín de Agirre de Bergara; la primera escuela fundada por los jesuitas en Gipuzkoa estaba en Oñati, pero debido a que tuvieron que cerrarla, vinieron a Bergara. Inicialmente las clases se impartían en domicilios particulares, hasta la finalización del edificio definitivo.

XVII. A mediados del siglo XX se derribó la antigua iglesia y se construyó la nueva, con un estilo especial de los jesuitas. Los jesuitas fundaron en su casa contigua las “Primeras Letras” (educación básica) y la “Escuela de Humanidades” (educación secundaria).

En 1767 Carlos III expulsó a los jesuitas del reino y el edificio quedó vacío. En esa época, por otra parte, la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País acababa de fundarse y, tras largas negociaciones, consiguió hacerse con la casa. Su principal objetivo era crear en él un potente centro educativo, al que denominaron: Real Seminario Patriótico Vascongado. Es en este momento cuando se inicia la etapa más famosa y gloriosa del edificio. Uno de los objetivos de la RSVAPS era impulsar áreas técnicas de conocimiento poco extendidas: Mineralogía, Física y Química. En esta época se estaban dando los primeros pasos de la Química moderna, ya que los científicos comenzaron a superar la alquimia. En París había un movimiento muy importante al respecto y los científicos de aquí se encargaron de traer todas estas novedades aquí. Asimismo, los físicos y químicos más prestigiosos de París y otros lugares de Europa fueron “fichados” y acudieron a dar clases e investigar (Proust, Chabaneau y Tumborg, entre otros). Como se ha mencionado anteriormente, los hermanos Elhuyar también estuvieron aquí como profesores e investigadores.

En uno de ellos se produjo el descubrimiento del nombre y prestigio de los hermanos Elhuyar en todo el mundo: el aislamiento del wolframio.

Bajo los efectos de las guerras

En la imagen se pueden ver dos de las 7 piezas que componen la colección de anatomía humana, el ojo y el oído.
U. Urkizu

En 1794, con motivo de la Guerra de la Convención, llegó el ejército francés y todos los programas de estudios se interrumpieron. Desde entonces ha sido un trabajo difícil poder recuperar la fuerza de entonces. XIX. En el siglo XVIII se produjeron grandes cambios históricos que dieron nombre al centro educativo. En la primera Guerra Carlista también funcionó como hospital. En 1840 se retomaron los trabajos de reparación con el fin de recuperar el centro educativo; se compró con profusión (sobre todo en París) los equipos de reconstrucción de laboratorios.

El Real Seminario es el primer instituto que tuvimos en Gipuzkoa y el único de la época. Durante la Segunda Guerra Carlista se cerraron de nuevo las puertas del Seminario y el instituto se trasladó a San Sebastián. En 1880 la casa quedó en manos de los dominicos, donde se instaló una escuela secundaria con importantes colecciones.

Hasta 1975 fueron los dominicos y ese año el edificio se dividió en dos partes. Al fondo se asienta la ikastola de Bergara y al frente la UNED. En algunas salas se podían ver los aparatos por doquier, pero al no estar bajo la responsabilidad de nadie se fueron perdiendo todos. Algunos bergareses consiguieron organizar una exposición permanente con el material que había a mediados de la década de los 80. Pero la exposición no era para las continuas visitas, poco a poco fue perdiendo.

Recuperar esfuerzos de los últimos años

En 1992 el Ayuntamiento convocó un puesto de trabajo para el Museo, quedando a disposición de Xabier Aramburu. El objetivo principal era gestionar la colección existente en ese momento, pero Aramburu no era posible gestionar nada en ese contexto tan complicado como la ausencia de medidas de seguridad, el estado de conservación lamentable, las piezas metálicas erdoilizadas por la humedad, los animales disecados, dañados o rotos por hongos, etc., largo y lamentable.

Sin la subvención del Ayuntamiento de Bergara y de la Diputación de Gipuzkoa no hubiera podido continuar el proyecto, pero hay que reconocer que el trabajo realizado por muchos es el que se ha conseguido de momento.
U. Urkizu

Ni siquiera había piezas, nadie sabía y el propio Xabier Aramburu nos ha explicado que tuvo que empezar por cero: “No sabíamos qué era lo que teníamos, de qué época eran las piezas, qué importancia tenían... Así, pude poner en marcha un plan cuatrienal con la subvención del Ayuntamiento de Bergara y de la Diputación de Gipuzkoa”. El primer objetivo fue asegurar la continuidad de la colección y el segundo tener un mínimo conocimiento de la misma para poder avanzar. También se empiezan a solucionar los problemas de humedad de la sala, después se limpiaron y trataron las piezas. “Hoy en día se puede asegurar la permanencia de la colección”, afirma Xabier Aramburu. La colección se divide en cinco apartados:

Instrumentos científicos: 250 piezas. Zoología: 1.022 piezas. Anatomía humana: 7 piezas. Mineralogía: 1.181 piezas. Paleontología: 369 piezas.

Posteriormente se procedió a la restauración de la colección y, por otro lado, a la investigación detallada de las piezas. Gracias a ello, ahora podemos conocer la importancia del tesoro que alberga el Real Seminario de Bergara: “La colección cuenta con casi 2.829 piezas de las que hemos analizado el 91% en estos cuatro años. Una vez inventariadas todas las piezas, las tenemos clasificadas y ahora estamos trabajando con el catálogo, investigando detalladamente cada pieza. También hemos empezado a hacer reformas en cada uno de los apartados”, ha dicho Aramburu.

Preparando una colección para el futuro

La responsabilidad de Xabier Aramburu de ocuparse del museo hace cuatro años y a pesar de que el resultado es evidente, todavía se prevé un trabajo de otros seis años para hacer realidad la idea.
U. Urkizu

La primera fase del Plan está finalizada, pero en coherencia con los objetivos fijados en la segunda fase, se debe preparar la colección de la exposición que se instalará en el futuro museo. Este plan tiene un plazo de seis años y, según nos ha dicho Aramburu, habrá que hacer una clasificación para alcanzar ese objetivo: “De las piezas que tenemos, algunas son importantes y otras, sin embargo, son bastante simples, no es importante presentarlas. Algunos tenemos que renovarlos, pero otros no van a ser posibles, porque están muy mal. En el último año hemos diseñado una colección que se puede presentar. Hemos elegido entre las piezas que tenemos, siempre conociendo el valor real de cada pieza” Hay que completar algunos apartados para que tengan coherencia con el tema y, por tanto, tener que conseguir nuevas piezas.

Sin embargo, saben perfectamente cuáles son las piezas que se van a poder ver en la tercera fase, con la apertura del museo: un total de 686. Según el proyecto, durante estos seis años se van a dar los pasos necesarios para conseguir esta colección: renovar las piezas y realizar una investigación exhaustiva que permita dar las explicaciones oportunas: el año exacto, quién las realizó, etc. En definitiva, se trata de conocer a fondo cada pieza. En ese momento estarán preparados para afrontar la tercera fase: encontrar la sala adecuada para la exposición y abrir el museo. Pero la sala actual tiene menos de 200 m2 y, como nos dijo Aramburu, difícilmente se podrá hacer allí el museo.

Ya saben que el futuro museo tendrá 686 piezas del actual Real Seminario de Bergara.
U. Urkizu

Las obras de reforma han avanzado gracias al sudor de mucha gente. En la primera fase han trabajado un zoólogo, un químico y un geólogo. Dirige y coordina Xabier Aramburu.

La mayoría de las piezas científicas son el XIX. Son del siglo XX, muchos de ellos adquiridos en París; es una colección muy importante, ya que en Euskal Herria no hay nada parecido. Los museos de ciencias del País Vasco presentan piezas de campos muy concretos, mientras que el museo que se creará del Real Seminario de Bergara podrá mostrar piezas multidisciplinares. Además, no habrá una selección de exposiciones que surjan de cero, sino que el nuevo museo del Aitaponte tendrá una historia de siglos.

No sabemos cuándo abrirá sus puertas el nuevo museo; puede que pasen bastantes años. Pero cuando llegue ese momento, no hay duda de que nos ofrecerá una colección hermosa e interesante.

Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila