El PVC ha sido objeto de numerosas controversias desde que Greenpeace calificó de contaminante. El debate no es nuevo, ya que los argumentos de la peligrosidad se empezaron a lanzar desde hace mucho tiempo por parte de los grupos ecologistas. La industria del plástico siempre ha respondido con dureza a estos argumentos, haciendo todos los esfuerzos para demostrar la tesis contraria.
Greenpeace afirma que el PVC es contaminante. Desde el principio hasta el final, desde la producción hasta la eliminación, en la transformación o en el uso, la organización ecologista afirma que el PVC amenaza el medio ambiente y nuestra salud. Según ellos, la incineración de los residuos de PVC supone la emisión de cloro a la atmósfera, lo que supone, entre otras cosas, la destrucción de la capa de ozono.
Por otra parte, el PVC contiene ftalatos, dioxinas y similares que actúan como plastificantes y estabilizadores. Se cree que estos aditivos son cancerígenos y hay estudios que demuestran que son sustancias capaces de migrar de plástico a alimentos, bebidas y medio ambiente en general. Por ejemplo, para beber agua embotellada sin ningún aditivo, hay que tener en cuenta estas migraciones. Este riesgo aumenta a medida que aumenta la temperatura.
Por tanto, los residuos de PVC cuando se queman en plantas incineradoras se encuentran ante el mismo problema, ya que las altas temperaturas facilitan la liberación de estas sustancias. No obstante, la industria del plástico asegura que en las plantas de incineración de residuos actuales existen recursos para evitar estas emisiones tóxicas. De hecho, en las instalaciones de incineración de residuos de París, Hamburgo, Milán, Ámsterdam y Pittsfield (Massachussets) se han realizado diversos ensayos, comprobando que la generación de dioxinas es independiente de la presencia o no de PVC en los residuos sólidos.
Cada vez hay más residuos y todavía hay muchas dificultades para reciclar los plásticos. (Foto: Sistema Duales).En construcción este plástico es el más utilizado por su bajo coste. Sin embargo, Greenpeace considera que el precio no incluye el impacto ambiental del PVC. Como alternativa proponen otros materiales. Los ecologistas coinciden en la necesidad de utilizar productos locales más naturales utilizando la imaginación y el diseño.
Además, en algunas aplicaciones, sobre todo como sustituto del PVC, se propone la utilización del polímero PET. En palabras de la industria, sin embargo, no hay razón para descartar el PVC si en su producción, uso y eliminación se cumplen las condiciones de manipulación necesarias.
En definitiva, la vida cotidiana también tiene sus riesgos. Sin embargo, se ha reducido el uso de PVC en varias aplicaciones.
El PVC (cloruro de polivinilo) se obtiene por polimerización de un gas incoloro y de aroma dulce, cloruro de vinilo. Concentraciones elevadas pueden provocar mareo, pérdida de conocimiento y muerte. Por inhalación prolongada a bajas concentraciones puede producir dolor en el sistema nervioso y cáncer de hígado. La mayoría de los plásticos están compuestos principalmente por carbono e hidrógeno. El PVC, por el contrario, además de estos dos, contiene cloro, por lo que es especial. La presencia de cloro confiere al polímero polaridad y permite la entrada de aditivos químicos.
El PVC se utiliza desde hace tiempo. La síntesis del monómero cloruro de vinilo fue propuesta por primera vez por Renault en 1835. Años después, concretamente en 1872, el químico alemán Baumann logró sintetizar el PVC. Sin embargo, este primer PVC obtenido no tenía las propiedades adecuadas. De hecho, al calentarse o a la luz de los rayos solares, los científicos descubrieron que se rompían los enlaces entre las moléculas y se liberaba un gas ácido. Así, se vio la necesidad de añadir algunos componentes químicos, con los que el PVC se convirtió en resistente y estable a la luz y al calor.
También se han prohibido algunos juguetes.El primer PVC comercial fue adquirido en 1920 en Estados Unidos. Y en la actualidad, tras el polietileno, es uno de los plásticos más conocidos, usados y cómodos del mundo. Por tanto, a pesar de la polémica existente sobre el uso de este plástico, todavía no se ha descartado ni prohibido del todo. Y siguen produciendo botellas de agua de PVC. Eso sí, unos pocos, como en 2002 se produjeron en España 1.000 toneladas de PVC y 82.344 toneladas de PET.
El PVC o cloruro de polivinilo es un material versátil. Tiene múltiples y variadas aplicaciones: botellas de agua, contenedores, láminas de recogida de alimentos, tarjetas de crédito, juguetes, ventanas, persianas, bolígrafos, materiales de aislamiento de cables, diversos aparatos hospitalarios, piezas de automóviles, etc.
Estas y otras muchas aplicaciones dependen de las propiedades del PVC. De hecho, en función de los usos que vaya a tener este PVC, se añaden determinados aditivos u otros en el proceso productivo.
El PVC es un material versátil.Los aditivos o aditivos más importantes son los plastificantes, estabilizadores, cargas, colorantes y lubricantes, cuyo objetivo es mejorar las propiedades físicas del PVC. Los plastificantes son líquidos como el aceite, y confieren al PVC rígido flexibilidad, naturaleza plástica. Por tanto, puede decirse que no existe una composición química concreta del PVC, ya que son muchas las composiciones posibles.
A pesar de su gusto, el PVC se ha convertido en un material imprescindible en la sociedad actual. Es evidente que los ecologistas seguirán realizando campañas contra el PVC y que la polémica persistirá. Finalmente, y mientras la ley no lo prohíba, el consumidor podrá elegir cuál.
El poliéster principal utilizado como sustituto del PVC en botellas y contenedores es el polietilentereftalato (PET). El PET se sintetiza mediante la reacción del ácido tereftálico y el etileno glicol, utilizándose principalmente para la formación de fibras. El proceso de polimerización del PET y del PVC es diferente, la polimerización por etapas o por condensación y la polimerización radical, respectivamente. Por ello, las síntesis de ambos materiales implican diferentes riesgos y/o consecuencias.
(Foto: Sistema Duales).Entre los elementos originales del PET se encuentran los ftalatos, que, al igual que muchas moléculas orgánicas formadas por anillos aromáticos, se consideran cancerígenos. Además, se han encontrado grandes cantidades de ftalatos en diferentes análisis realizados en botellas de agua. Por lo tanto, aunque en varias ocasiones el PET no tiene aditivos peligrosos, ¿hasta qué punto se puede asegurar que es más inocente que el PVC?
El PET puede ser interesante para mantener líquidos carbónicos como los refrescos. Estos no pueden almacenarse en botellas de PVC, ya que al ser el PVC permeable a CO 2 pierden presión. El PET es capaz de mantener el CO 2. Sin embargo, el almacenamiento de agua, por ejemplo, no supone ningún problema para el uso del PVC, por lo que resulta dudosa la competitividad que se ha generado entre el PVC y el PET en lo que respecta a las botellas de agua. El PET es más caro que el PVC. ¿El debate no se parece más a la competencia entre industrias?
En las tiendas se pueden distinguir dos tipos de botellas por su color. Las de PVC son azuladas y duras, mientras que las de PET son transparentes y blandas.