Cada año se implantan 16.000 prótesis de cadera, ya que la prótesis de cadera es la única solución en muchos casos para eliminar el dolor y recuperar la movilidad articular. Tal y como señala el Dr. Ramón Viladot, Jefe del Servicio de Cirugía del Aparato Locomotor en el Hospital de Sant Rafael de Barcelona, “la artrosis provoca dolor, limitaciones a la marcha… A estos pacientes les cuesta caminar y están muy limitados para realizar ciertos movimientos de cadera. Sobre todo con la edad, la cabeza del fémur o fémur puede necrosarse y causar problemas de circulación”.
En la articulación de la cadera intervienen dos huesos: el muslo y la pelvis. La cabeza del fémur es una especie de esfera o de bola, encajada en el hueco o agujero que tiene expresamente para ella la pelvis. Los extremos de los huesos que forman la articulación están recubiertos por un cartílago articular que sirve para ablandar o anular el choque o choque óseo. Sin embargo, este continuo rozamiento tiene efectos nocivos a largo plazo.
La artrosis produce una degeneración o degeneración del cartílago articular que produce erosión. Pero también puede deberse a otras enfermedades (artrisis reumatoide, sobre todo) o a fracturas profundas.
La erosión produce dolor e incluso incapacidad. La dificultad y el dolor en el movimiento hacen que apenas se utilice esta articulación por parte de la persona, por lo que los músculos se debilitan y la movilidad de la articulación se hace más difícil. En estos casos, la única solución posible es sustituir la articulación por una prótesis que cumpla las funciones que la articulación debería realizar por sí misma.
La prótesis consta de tres partes: una cavidad o una especie de agujero, normalmente de plástico, que realiza la función de la cavidad de la cadera o cotilo, una esfera metálica que actúa como sustituto de la cabeza de fémur y, finalmente, una especie de terrón que se adhiere al cuerpo del fémur. Estas prótesis son de acero inoxidable o de aleaciones de cobalto, cromo y titanio. El plástico es de polietileno, resistente y resistente.
La operación se realiza con anestesia general o epidural. En la zona afectada se realiza una incisión y se extrae la cabeza del fémur y la cavidad cotiloide de la pelvis. A continuación se coloca la prótesis y se fija. Por último, se coloca en su lugar los músculos y tendones que se han separado lateralmente y se cierra el corte.
Si el paciente tiene entre 60 y 70 años, la prótesis puede ser no cementada. Este tipo de prótesis se unen al hueso a través de una especie de malla que permite el crecimiento óseo mediante la unión más natural posible de la prótesis. Sin embargo, si el paciente tiene más de 70 años, la prótesis se une al hueso con un cemento especial, ya que la calidad del hueso es peor que en las personas más jóvenes.
El paciente debe permanecer en el hospital alrededor de una semana, pero puede empezar a caminar con los muletas el segundo día después de la operación. Una vez dado de alta, deberá realizar los ejercicios de rehabilitación durante al menos un mes y los auxiliares en casa durante otros 3 meses. En la actualidad la operación tiene muy buenos resultados y el paciente podrá llevar una vida completamente normal. Hay personas que después de la operación pueden jugar o esquiar al tenis. Al desaparecer el dolor y mejorar la movilidad se puede conseguir una vida adecuada y de calidad, siempre en función de la edad del paciente.
El proceso, aunque parezca sencillo, es bastante complejo y en algunos casos pueden aparecer complicaciones:
Las prótesis tienen una duración media de unos quince años, pero, según el doctor Ramón Viladot, “no se puede predecir exactamente”. Depende sobre todo de tres factores: la correcta implantación de la prótesis, el tipo de prótesis elegida y el suceso.
Existen una serie de recomendaciones que deben seguir las personas con prótesis de cadera para evitar la erosión.
Últimas técnicas quirúrgicasExisten técnicas de cirugía mini-invasiva, incluso en implantes de prótesis, que incorporan una serie de mejoras:
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