Mientras estudiaba enfermería, Ainitze Labaka Etxeberria pretendía trabajar con los pacientes. Entonces, ni siquiera imaginaba que iba a trabajar en un laboratorio, investigando. Sin embargo, el fin de los estudios coincidió con la época de crisis y no tuvo oportunidad de incorporarse a la enfermería. Además, reconoce que siempre le prestó atención en la carrera cuando hablaban de la parte biopsicosocial de la persona, "aunque no entendía muy bien el concepto", reconoce.
Así, comenzó a analizar qué másteres podía realizar y encontró en la UPV/EHU a una de las optativas que ofrecía Psicobiología. Era el máster de la Facultad de Psicología y decidió realizarlo: "Entre las líneas de investigación se encontraban el estrés y la depresión, el estrés y el cáncer, lo que me atrajo mucho. Y es que cuando trato con los pacientes me di cuenta de que muchas veces asociaban la enfermedad a una situación difícil o mala de la vida. Y todos sabemos que el estrés es malo para la salud, pero no sabemos bien qué hace y cómo. Eso me pareció muy interesante".
Por lo tanto, realizó el máster y, por supuesto, optó por este opcional y realizó el trabajo fin de máster con sus profesores. Este trabajo fue el inicio de la tesis. La tesis titulada Estrés de inestabilidad social crónica en ratones hembras, cambios inmunitarios, neuroquímicos y cambios de comportamiento, ha destacado dos cosas: "Por un lado, el objetivo es analizar los mecanismos fisiológicos a través de los cuales el estrés puede producir una depresión y, por otro, su presencia en las hembras. ¿Por qué en las hembras? Pues porque la mayoría de las investigaciones preclínicas se hacen con los machos".
Ha explicado que "a pesar de haber creído mucho tiempo, las células de las hembras son iguales, excepto las del aparato genital. Entonces, la mayoría o casi todas las investigaciones se realizan en la atención, y luego se generaliza, pero hoy sabemos que eso no es así, por ejemplo, una neurona, sea macho o hembra, procesa los neurotransmisores de una u otra manera. Piensa qué hueco hay en la ciencia".
A pesar de haber disfrutado durante la realización de la tesis, no quiere ocultar los contras, especialmente las malas condiciones laborales: "La competencia para obtener una subvención es enorme y el salario que se recibe a cambio no es digno. Además, una vez realizada la tesis, aquí es muy difícil ser investigador al 100%; normalmente, para tener un trabajo fijo, los investigadores tenemos que compaginar el trabajo con la docencia, lo que ralentiza la investigación". Sin embargo, ha reconocido que le gusta enseñar y que para el profesorado es también una forma de innovar el conocimiento.
Ahora está en ello: da clases y sigue profundizando en la línea de investigación de la tesis. En concreto, se ha demostrado que este modelo de estrés es el adecuado, por lo que ahora se va a aplicar en ratones machos y hembras para luego comparar ambos grupos. "Hay que ver, por supuesto, hasta qué punto esto es igual o similar en los seres humanos. Hay que tener mucho cuidado en la interpretación".
Labaka considera que las conclusiones del estudio pueden servir para mejorar los tratamientos contra el cáncer y ayudar a los pacientes. En el futuro desearía analizar cómo afecta la emisión de género a los profesionales sanitarios. Tiene claro que quiere seguir investigando, pero cerca de los pacientes, aunque no trabaja directamente con ellos.