Consiste en seleccionar la realización de mapas en cartografía. El autor debe elegir las características que le serán fieles y las que desfigurará: superficie, ángulo, distancia... Porque no es posible imaginar una esfera en un plano. Leonhard Euler demostró esta incapacidad en 1775 y desde entonces sabemos que todos los mapas son erróneos. En consecuencia, las proyecciones del mundo son siempre aproximaciones a la realidad.
Con este error básico, sin embargo, la cartografía es inusitable para el ser humano. Se trata de elegir bien para qué es el mapa, porque lo mejor será un tipo de proyección u otro. Los objetivos pueden ser prácticos: navegar, calcular rutas, mostrar datos demográficos...; o políticos: imaginar de una manera concreta los territorios y estados que componen el mundo, por ejemplo.
En este número nos hemos acercado al histórico y diario de la cartografía. El matemático Raúl Ibáñez Torres nos ha acotado las estrategias de representación del mundo y sus ventajas y achaques. El geógrafo de Gaindegia Mikel Aiestaran Olano nos habla del caso particular de Euskal Herria. Ellos, según lo que quieren imaginar, no sólo tienen que adaptar la proyección, sino también los datos.
El límite del portal Euskalgeo no es un teorema matemático. La distribución de la información estadística en dos estados y tres administraciones obliga a ello. Además, las proyecciones cartográficas de Francia y España no son las mismas y no siempre representan los datos de la misma manera. Sin embargo, Gaindegia y su portal Euskalgeo buscan superar todos los límites que no son matemáticos. Porque el título del artículo lo indica claramente, los mapas representan el mundo según uno mismo.