Garoña, lo que viene

Carton Virto, Eider

Elhuyar Zientzia

Garoña ha sido un símbolo. Un símbolo para la industria nuclear española --la segunda central en España y la más grande de Europa occidental en su época - y un símbolo para los vascos, especialmente para los movimientos sociales que no quieren energía nuclear. Ahora está parado y aunque el Gobierno español ha anunciado el cierre, no ha tomado una decisión definitiva.

Al igual que Garoña, en el mundo muchas otras centrales nucleares están llegando al final de su vida útil y 143 reactores ya están cerrados o parados (por seis centésimas totales). Pero con el derribo total, mucho menos: ocho. Y aunque existen protocolos estándar de demolición, es necesario diseñarlos y ejecutarlos en cada caso, propios de cada central. El de Garoña se prepara una vez cerrado. Después se tardará entre 40 y 50 años en demoler completamente, es decir, hasta que se vacíe la zona ocupada por la central.

Puede alargar el plazo, pero es insignificante junto a la duración de los residuos radiactivos. De hecho, el derribo de las centrales no es más que una pequeña parte de todo el proceso. Un desafío enorme, que huye también de la capacidad humana para representar el tiempo, son residuos nucleares de larga duración, como el combustible agotado. Estos residuos serán peligrosos para el medio ambiente y el ser humano durante 100.000 años. Es tanto como toda la historia de nuestra especie, y si nuestra experiencia con los derribos de las centrales nucleares es pequeña, qué decir de ello.

La mejor opción que tenemos entre manos es el sellado en zonas subterráneas profundas, geológicamente estables y la espera de que los depósitos se mantengan durante decenas de miles de años. El documental Into Eternity, del director danés Michael Madsen, recoge muy bien la profundidad de los litigios de esta oportunidad en torno al almacenamiento subterráneo de Onkalo, en construcción en Finlandia. ¿Cómo asegurar la seguridad de las generaciones futuras dejando la menor o ninguna responsabilidad sobre ellas? XXII. Después de haber sido sellados en el siglo XX, Onkalo está olvidado para siempre o tiene que olvidar lo que hay allí para siempre? La responsabilidad es grande y es nuestra.

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