En estos tiempos de posverdad, es cada vez más difícil distinguir las noticias y artículos científico-tecnológicos que explican datos y consecuencias reales de las que tienen contenidos falsos. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Scientometrics revela que el porcentaje de artículos rechazados ha aumentado cuatro veces más entre 2000 y 2021. En total, se han retirado miles de personas, de las cuales solo el 16% han sido por error involuntario de sus autores. La mayoría, el 67%, ha sido rechazada por el mal comportamiento de los investigadores, a menudo por la adaptación de imágenes y el plagio, pero en los últimos años la falta de fiabilidad de los datos se está convirtiendo en la principal causa.
A esto hay que añadir una nueva tendencia: Según han informado en la revista Science, las expresiones de incertidumbre están desapareciendo de los artículos científicos. En concreto, en esta misma revista se han analizado los trabajos publicados entre 1997 y 2021, observando que los verbos y términos relacionados con la incertidumbre se han reducido casi un 60% en este periodo de 25 años. Por el contrario, han aumentado las expresiones “sin precedentes” y de este tipo. Esto, por supuesto, no significa que las investigaciones actuales sean más excelentes que las anteriores, sino que la expectacularización y el estilo pomposo han llegado también a la ciencia y a los artículos científicos.
Todo ello dificulta una tarea fundamental de los que trabajamos en la comunicación científica: el trabajo de cribado. Por lo tanto, más que antes, es necesario ser cautos y tener un espíritu crítico bien aguzado. En Elhuyar, además, somos afortunados, ya que contamos con la colaboración de la red de investigadores más cercana para resolver las dudas y garantizar que publicamos información fiable. En el futuro también tendremos su necesidad, y por lo tanto seguiremos estrechando relaciones y trabajando la confianza, que nos dará credibilidad en estos tiempos ruidosos y confusos.