Los investigadores del MIT han creado un guante que sirve para identificar e informar sobre objetos mediante el tacto artificial. Puede ser de gran utilidad para la fabricación de manos protésicas y robóticas, entre otras.
Las personas tenemos la capacidad de coger y sentir objetos gracias al tacto. El aprendizaje automático ha permitido progresar mucho en visión y oído en los últimos años, pero no en el tacto. De hecho, actualmente en robótica se aplica la visión artificial para la recepción y manipulación de objetos. Esta diferencia sensorial se debe en gran medida a la disponibilidad de datos. Tenemos muchos datos de imágenes y sonidos de los que las máquinas pueden aprender. La recogida de datos táctiles sigue siendo un reto.
Los guantes que han creado en el MIT pueden cambiarlo. Guantes con 64 hilos conductores en la palma, 32 en una dirección y 32 en dirección perpendicular. Y cada uno de los 548 puntos en los que se cruzan los hilos es un sensor de fuerza. De esta forma se han obtenido los mapas de presión que se generan en la manipulación de 26 objetos comunes. Y aplicando a esta información un aprendizaje automático han conseguido identificar los 26 objetos. También han conseguido calcular el peso en el objeto y detectar las diferentes posturas de la mano. Se ha dado a conocer en la revista Nature.
Puede ser un gran paso para que en el futuro las manos protésicas y robóticas se tiren. Y, a más corto plazo, servirá para crear grandes conjuntos de datos táctiles e investigar en el tacto artificial. Además, es utilizable en cualquier laboratorio, ya que es fácil de hacer y barato (unos 10 euros).