Miedo al agujero de ozono en Chile

Sabemos que en los últimos años la capa de ozono se debilita mucho en la atmósfera del Polo Sur durante los meses de septiembre y octubre. Por ello, las enfermedades de los ojos, los cánceres y las foces en las ovejas, los conches y las vacas situadas en el sur de Chile se extendieron y se extendió la psicosis del agujero de ozono.

El núcleo de población más cercano al Polo Sur es el sur de Chile. Por ello, cuando la gente vio lo que estaba sucediendo en los animales, la culpa de las enfermedades se atribuyó a que los rayos ultravioleta llegaran con más fuerza. Los periódicos, las radios y las televisiones difundieron las noticias en esta línea, extendiendo así el miedo a la sociedad.

Pero recientemente, un grupo de investigadores del Instituto John Hopkins de Baltimore ha afirmado que los animales enfermaron por una enfermedad que no afectó al hombre.

El informe publicado por el Centro de Protección del Medio Ambiente de los EE.UU. señala que no se ha detectado afección al ser humano, pero que al mismo tiempo no pueden decir nada sobre los efectos a largo plazo.

Según los investigadores, durante los días de septiembre y octubre del año pasado, cuando se produce el agujero de ozono (adelgazamiento de la capa) en el Polo Sur, la población de Punta Arenas en Chile sufrió el doble de radiación ultravioleta de lo normal. Por supuesto, el exceso de radiación ultravioleta puede causar cáncer de piel, cataratas y otras enfermedades.

A pesar de que en algunos días la cantidad de rayos ultravioleta terrestre es el doble de la normal, calculando la media en septiembre, la cantidad de rayos ultravioleta caída en la tierra sólo creció un 9% y el crecimiento medio en todo el año no alcanzó el 1%.

Según estudios realizados en humanos, no se encontraron relaciones entre el agujero de ozono y las enfermedades oculares. Tampoco en el caso de los pastores o pescadores, aunque éstos pasen más tiempo fuera de casa que el resto de la población.

Aunque los pastores estaban sanos, las ovejas no. En algunos caseríos, dos tercios de las ovejas analizadas presentaban conjuntivitis y un 13% cataratas. Sin embargo, ninguna de las ovejas estudiadas se quedó ciega, por lo que los cataratas estudiados por los investigadores no provocan ceguera.

Se detectó la presencia de numerosas conjuntivitis y cataratas entre vacas, liebres y conejos estudiados en un caserío, pero según los investigadores, un patógeno convencional fue el causante de las infecciones.

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