Las amenazas del Permafrost se descongelan debido al cambio climático

Etxebeste Aduriz, Egoitz

Elhuyar Zientzia

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Incendio de 30 km de extensión en el Ártico. Ed. Adrià Descals

En 2019 y 2020 se produjeron muchos más incendios de los habituales en el Ártico. Esto es especialmente preocupante debido a la presencia en la zona de grandes turberas en el permafrado, en capas subterráneas que hasta ahora han estado congeladas. En estas turberas se acumula mucho carbono que es emitido por los incendios. Pues bien, un trabajo publicado en la revista Science pone de manifiesto que el aumento de los incendios en el permafrost no es algo aleatorio, sino que está directamente relacionado con el cambio de clima: A medida que aumentan las temperaturas del Ártico, aumentan exponencialmente los incendios.

Los investigadores han analizado los datos obtenidos vía satélite durante el periodo comprendido entre el año 1999 y 2020. El verano de 2020 fue el más cálido en cuatro décadas y la superficie quemada entre 2019 y 2020 no tiene precedentes: Se quemaron 4,7 millones de hectáreas y se emitieron 412,7 millones de toneladas de CO2. Además, en 2020 por encima del paralelo 72 al norte se produjeron incendios, a 600 km al norte del círculo polar ártico, en una zona en la que los incendios son muy poco frecuentes. Los investigadores consideran que las tormentas secas y los rayos son el principal causante de los incendios, aunque ven la necesidad de hacer más investigación para conocer el impacto de las actividades humanas.

Los factores de riesgo como las condiciones atmosféricas más secas, los veranos más largos y el aumento de la vegetación han aumentado considerablemente. Todos estos factores están directamente relacionados con el aumento de temperatura. Además, los investigadores han anunciado que estas condiciones serán absolutamente habituales para finales de siglo.

Permafrost, sepulcro de patógenos

Los incendios y las emisiones de carbono no son la única amenaza que supone el deshielo del permafrost. Los científicos llevan años alertando sobre la amenaza de bacterias y virus congelados en el permafrost. Un reciente estudio realizado en un lago helado del Ártico ha llegado a la conclusión de que el cambio climático podría provocar la aparición de virus congelados hasta ahora. Han advertido que durante millones de años la tumba de los patógenos se está descongelando y que podría convertirse en una tierra fértil de las nuevas pandemias.

En Siberia, en 2016, hubo unos 20 casos de antrax en las personas. Y las investigaciones mostraron que el antrax vino del descongelado permafrost. La viruela y la plaga bubónica también están congeladas en Siberia y se han encontrado fragmentos de ARN del virus de la gripe de 1918 en los cadáveres enterrados en las fosas comunes de Alaska. Y no saber qué más puede haber. En otro estudio del año pasado, en las muestras de hielo de la meseta tibetana se encontró el material genético de 33 virus, de los cuales 28 eran nuevos y se calculó que tenían unos 15.000 años.

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