La superficie oceánica más antigua del mundo se encuentra en el Mediterráneo, entre Chipre, Creta y Egipto, y puede rondar los 340 millones de años, según un reciente trabajo publicado en la revista Nature Geoscience.
La superficie oceánica se renueva constantemente, formando dorsales y desapareciendo en zonas de subducción. De esta forma se alcanza un máximo de 200 millones de años. La excepción la han encontrado en la cuenca mediterránea de Herodotus. Para calcular la edad de su superficie se han analizado los datos geo-magnéticos. Cuando en los dorsales oceánicos se extrae y enfría el magma que originará la nueva superficie, los minerales se orientan en función del campo magnético terrestre. Y como a lo largo del tiempo cambia la dirección del campo magnético, queda un mapa del tiempo en el fondo de los océanos. Con la lectura de este mapa se calcula que la superficie de la Cuenca de Herodotus puede tener entre 315-365 años. Los investigadores han sugerido que este trozo de superficie podría formar parte del mar Tetis de la época del supercontinente de Pangea.