Dos investigadores que han demostrado ser capaces de convertir células adultas en pluripotentes recibirán este año el Premio Nobel de Fisiología o Medicina: John B. Gurdon and Shinya Yamanaka. Al comunicar los nombres de los premiados, el Instituto Karolinska ha afirmado que sus descubrimientos “han revolucionado la forma de entender el desarrollo de las células y los organismos”. De
hecho, Gurdon demostró en 1962 que la especialización celular es reversible. Durante su investigación, retiró el núcleo de un óculo de una rana y lo sustituyó por el núcleo de una célula intestinal de una rana adulta. De este óculo se desarrolló una rana común que demostró que el ADN de la célula intestinal adulta guardaba la capacidad de convertirse en todo tipo de células.
Yamanaka, por su parte, realizó en 2006 la investigación premiada. Demostró que la célula adulta de los ratones podía convertirse en inmadura, para lo que bastó con introducir cuatro genes en el ADN. Inventó, por decirlo de alguna manera, la fórmula de “rejuvenecer” las células.
La investigación tuvo gran repercusión y, un año después, hicieron lo mismo con las células humanas. Esto permitió superar el problema ético que causaban las células madre extraídas de los embriones.
Así, según el Instituto Karolinska, estas investigaciones cambiaron el enfoque del desarrollo y la especialización celular. Hasta entonces se pensaba que el desarrollo celular se producía en una sola dirección: del óculo fecundado a las células adultas especializadas (neuronas, células musculares, hepáticas, sanguíneas...).
Sin embargo, demostraron la posibilidad de retroceder en ese camino. Cabe destacar, en un principio, que la mayoría de los científicos tomaron con recelo la investigación de Gurdon, que se opuso al dogma de entonces al decir que en el núcleo de una célula adulta había toda la información necesaria para transformar todo tipo de células. Sin embargo, las conclusiones de la investigación
eran indiscutibles. A partir de ahí pasaron muchos años, pero en la actualidad muchos laboratorios de todo el mundo están trabajando en el camino abierto por Yamanaka. De hecho, según informó la revista Nature en agosto, el propio Yamanaka propone crear un banco de células madre para superar los límites éticos y legales que existen en las investigaciones de células madre y, sobre todo, para trasladar el trabajo que se realiza en los laboratorios a las clínicas y hacerlas llegar a los pacientes. Así lo ha comentado en su breve entrevista que acaba de conocer su premio a la Fundación Nobel, la esperanza de trasladar la tecnología de las células madre del laboratorio al campo clínico.