Necesidad de socialización matemática

Duoandikoetxea Zuazo, Javier

EHUko matematika irakaslea

Se hubiera sorprendido al escuchar que había que celebrar el año de las Matemáticas. Parece que cuando se hacen estas denominaciones internacionales hay que dar a conocer públicamente una situación precaria o poner a la vista los problemas que pasan desapercibidos a la sociedad. ¿Todo esto tiene que ver con la situación actual de las Matemáticas? La Asociación Internacional de Matemáticos consideró que sí cuando convocó un año especial y ahora nos toca a los de oficio llenar de contenido la celebración en los actos que se organizarán en todo el mundo.

Tenemos que mostrar la presencia oculta de las matemáticas. ¿Por qué lo oculto? Nadie niega que la forma de vida actual sea la tecnología, basta con mirar al entorno. ¿Pero cuántas personas se dan cuenta de que la base de esta tecnología es la Matemática? El nivel de la ciencia actual sería impensable si no hubiera sido apoyado por las Matemáticas y, sin embargo, a la hora de reconocer el descubrimiento y el desarrollo, el físico, el ingeniero, el biólogo lleva el honor, ocultando la aportación de las Matemáticas. Tan importante como la invención del microscopio electrónico puede ser el desarrollo de estructuras y herramientas matemáticas, que a veces dan respuesta a un objetivo práctico, otras veces adaptadas a las necesidades de comprensión y sabiduría de los matemáticos. Este es el primer mensaje que queremos ampliar.

Veo con pena que estos profesionales usuarios no se den cuenta en más de una ocasión de la importancia de las Matemáticas. Difícilmente se puede entender el peso de las asignaturas específicas en la elaboración de nuevos planes de estudio en detrimento de la formación básica. De hecho, entre los contenidos básicos, vemos el lugar de las Matemáticas en las carreras científico-técnicas y las horas que se le han quitado el usuario pasan a estar pendientes. Aquí y ahora necesitaríamos la importancia que se otorga a una sólida formación matemática en otros países.

Mientras lo que hoy en día no sabe leer ni escribir se avergüenza, la gente que no sabe hacer cálculos elementales anda tranquilo y no sólo entre los que han tomado poca escuela, también entre los que consideramos de gran cultura. Y si uno de estos males no reivindica orgullosamente su desconocimiento de la ciencia, como mérito. Mi tercer mensaje es que la escuela tiene que dar las bases de esta formación, enseñando el tema y reconociendo la importancia que le corresponde, por un lado, y es evidente que actualmente no cumple con estas funciones. La principal preocupación es el descenso que ha sufrido el nivel de las Matemáticas en la enseñanza primaria y secundaria entre los de oficio. Menos horas y contenidos, falta de precisión (¡dónde y en Matemáticas! ), bajo nivel de exigencia y, además, deficiencias del sistema educativo en general, el conocimiento de los alumnos que vienen a la Universidad ha disminuido considerablemente, al menos en Matemáticas. Si pensamos que los mejores vienen de todos los alumnos, ¡cuál será el bien de los que han quedado en el camino!

No sé si seremos capaces de transmitir nuestros mensajes e inquietudes ante la sociedad. Tenemos un año para actuar.

Javier Duoandikoetxea Doctor en Matemáticas y profesor de la UPV

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