Corriendo con sentido

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

Publicado en Berria el 29 de abril de 2020

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La preocupación de muchos es cómo correr sin aumentar el riesgo de contagio. - Ed.

En muchos países del mundo, en el confinamiento, la población ha tenido la oportunidad de salir a hacer ejercicio. Por supuesto, han tenido que tomar medidas para evitar infecciones, ya sea de forma individual o en grupos reducidos, siempre que impidieran la concentración de mucha gente durante un tiempo y en una zona restringida.

No ha sido así en Hego Euskal Herria, y muchos están muy entusiasmados con dar el permiso para correr o, si no, para salir a caminar. Pero las dudas vienen acompañadas de esta esperanza: ¿qué medidas hay que tomar en la práctica deportiva para no aumentar el riesgo de infección?

Las medidas generales son la práctica al aire libre y en solitario, pero se han llevado a cabo muy pocas investigaciones específicas sobre el deporte. Uno de los pocos que se ha hecho, además, suscitó una gran preocupación, ya que concluyeron que había que dejar una distancia muy superior a los 1,5-2 metros recomendados, tanto en carrera como en bicicleta, 10 metros y 20 en bicicleta.

Este trabajo fue realizado por un equipo de investigadores holandeses y belgas, que al igual que la mayoría de los relacionados con el covid-19, fue publicado antes de que se revisaran investigadores independientes. Sin embargo, cuando los expertos la vieron, la echaron en seguida hacia atrás, ya que presentaba notables errores en la extensión de las gotitas que los deportistas expulsaban de la boca. En definitiva, es en estas gotitas donde se transporta el virus y es fundamental saber cómo se propagan para llegar a otra persona y medir el riesgo de infección del mismo.

Según los expertos, el camino que pueden recorrer los virus al aire libre en el goteo no es muy largo. Por supuesto, el viento va a tener una gran influencia, así como la distancia y la posición entre las personas, y el tiempo que pasan juntos. Es decir, no es lo mismo adaptarse de frente en un momento dado que ir uno tras otro en la dirección que golpea el viento durante una hora. En la investigación se tuvieron en cuenta algunas de las variables pero se simplificaron demasiado, por lo que los resultados no son válidos.

Por tanto, a falta de estudios específicos, los expertos aconsejan actuar con sentido común. En particular, impedir la salida a lugares y horas en los que exista riesgo de concentración de personas. Para ello, las aplicaciones informáticas podrían ser de gran ayuda, pero de momento no lo han puesto a su disposición.

No hay acuerdo sobre el uso de la máscara. Hay quien opina, como en cualquier otra actividad, que la máscara sirve para sujetar las gotitas que cada uno expulsa. Otros dicen que al correr se moja con la respiración y deja de ser eficaz.

El lavado de manos sigue siendo la regla de oro. Normalmente al correr no se toca superficie. Pero al hacer estiramientos o descansar quizá sí, y en esa superficie pueden estar los virus, aunque no es tan fácil como en el interior, porque la radiación solar y el aire seco destruyen. Además, para infectarse es necesario que haya un número mínimo de virus que se introduzcan por la nariz, la boca o los ojos, no por la piel. Por ello, tan importante como el lavado de manos es no tocar la cara, lo que es más difícil, ya que lo hacemos de forma inconsciente, por ejemplo, para quitar el sudor o para poner bien el pelo o las gafas.

Otras medidas que mencionan son razonables: no tirar saliva y tener cuidado de no lesionarse.

Con la adopción de estas medidas, la salida a la práctica de ejercicio no supondrá más que beneficios. Entre otras cosas, ayudará a evitar la obesidad, al funcionamiento de los aparatos de sangre — y digestivo, a los huesos (mediante la vitamina D producida por el sol), a dormir bien, a fortalecer el sistema inmunitario, a suavizar el estrés y la ansiedad, a mantener y mejorar las capacidades cognitivas, a regular el ritmo circadiano (noche y día) y a ayudar a controlar las adicciones.

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