En Francia hace unos meses algunos alimentos dietéticos fueron retirados de las tiendas debido a la inadecuada concentración de carnitina de las autoridades sanitarias. La carnitina o vitamina BT (L-3-hidroxi-4-trimetilamonio-butirato) procede de dos ácidos aminos, la lisina y la metionina.
La carnitina es importante en el metabolismo de las grasas, ya que transporta ácidos grasos en las mitocondrias celulares. En 1955 se dieron cuenta de este papel de la carnitina, pero fuera de la mitocondria también influye la carnitina.
Para comprender la influencia de la carnitina se realizaron interesantes ensayos con gemelos que desde la infancia tenían “calambres” en los músculos. Estos dolores se acentuaban con ayuno, con dieta rica en grasas o con ejercicio físico. Todo el metabolismo parecía normal, salvo la oxidación de los ácidos grasos, que carecían de carnitina.
Por lo tanto, los alimentos que contenían carnitina fueron aceptados, pero no debían superar ciertas proporciones: en los lácteos para niños no debían superar los 15,5 miligramos por día y en el resto de productos no superaban las mil calorías y los 100 miligramos por día.
Sin embargo, los alimentos que contenían carnitina tuvieron un gran éxito injustificado. Por un lado, la gente empezó a creer que la carnitina aportaba mucha energía en las células y, por otro lado, le pareció que adelgaza. Por ello, en algunos productos dietéticos la proporción de carnitina aumentó hasta 231 gramos por mil calorías y en algunos alimentos para deportistas hasta 343 gramos.
Sin embargo, los responsables sanitarios han analizado 276 alimentos dietéticos y han retirado nueve por su ilegalidad. En los productos para deportistas se han analizado 130 y se han retirado 33.
Es cierto que la escasez de carnitina provoca problemas en el metabolismo, pero el abuso no está demostrado en absoluto, y mucho menos en el que la persona adelgaza.
Ocasionalmente surgen mitos sasizientíficos de este tipo en el campo de la alimentación y la solución puede ser la que lleva en Estados Unidos la FDA (Food and Drug Administration). De hecho, productos químicos, vitaminas, minerales, extractos vegetales, etc. que dicen tener virtudes mágicas. ha sido muy estudiado para comprobar estos beneficios promulgados por los fabricantes. Hay productos que, según la propaganda, curan el cáncer, la obesidad, la hipertensión, las infecciones, la esterilidad, etc., pero no hay más remedio que castigar a los codiciosos fabricantes cuando lo dicho en la propaganda es pura mentira.