Utilizando el modelo matemático, se ha comprobado que las mismas características que hacen fuerte la red son también puntos de debilidad. Si los nodos de Internet empezaran a deteriorarse aleatoriamente, el 18% del sistema desaparecería, pero la red no se rompería. Sin embargo, si los ataques se produjeran en los nodos más importantes, la red se rompería en tramos aislados y dejaría de funcionar.
Existen dos tipos de redes: una de ellas, en la que todos los nodos son de la misma importancia y tienen el mismo número de enlaces; la segunda, en la que la mayoría de los nodos tienen unas pocas uniones y la tercera, en la que hay pocas, muchas conexiones. Internet es de este último tipo.
En el modelo matemático se ha observado que cuando se producen errores aleatorios en la red primaria, la funcionalidad de la red se reduce rápidamente. En el otro, dado que la mayor parte de los nodos no tienen gran importancia, la incidencia de fallos aleatorios es menor. Pero si se estropean nodos importantes, la red se fragmentaría y pararía. En la red con nodos de la misma importancia es más difícil que esto ocurra.
Sin embargo, los que fabrican sistemas como Internet saben qué nodos son importantes y, por tanto, pueden protegerlos correctamente.