La oxigenación del planeta fue clave para que la Tierra asumiera la vida que conocemos. Fue imprescindible para la creación de animales, por ejemplo. Pero no está claro cómo se produjo el propio proceso de oxigenación. Según un modelo matemático publicado por la revista Science, este complejo proceso de oxigenación del planeta sólo necesitó cianobacterias fotosintéticas simples. No fue necesaria ninguna revolución tectónica ni biológica, como se ha sugerido hasta ahora.
El registro geológico muestra que el proceso de oxigenación de la Tierra, en lugar de ser lineal, se llevó a cabo en tres grandes pasos. Además, se sumaron al desarrollo de formas más complejas de la vida: en el primer paso, hace 2,4-2,2 billones de años, el nivel de oxígeno atmosférico apenas se elevó a 10-5 del actual O2. A partir de ese momento, el O2 atmosférico siguió una continua progresión y empezó a oxigenarse la superficie del mar, a pesar de que las aguas profundas seguían en anoxia. En ella surgieron los primeros eucariotas. En un segundo paso, hace entre 800 y 540 millones de años, el nivel de oxígeno atmosférico alcanzó casi la mitad de la concentración actual y se produjo la oxigenación del fondo marino, aunque todavía no era estable en el tiempo ni en el espacio. Como consecuencia, se diversificaron los eucariotas y aparecieron los primeros animales, convirtiéndose en los principales ecosistemas marinos. En un último paso de oxigenación, ya en el Paleozoico, los oxígenos atmosféricos y oceánicos alcanzaron los niveles actuales y se estabilizaron hace 450-400 millones de años. A partir de ese momento se incrementó el tamaño y la diversificación de los animales, con la especialización de predadores y la evolución de las plantas vasculares terrestres.
La notoriedad de estos tres pasos de oxigenación ha llevado a los científicos a inferir que las formas de vida desarrolladas y la evolución tectónica de la Tierra tuvieron una influencia fundamental en el proceso de oxigenación del planeta. Sin embargo, el nuevo modelo de la Universidad inglesa de Leeds, teniendo en cuenta el mero desarrollo de las cianobacterias fotosintéticas, ha conseguido repetir el mismo patrón de tres pasos que se ve en el registro geológico sin necesidad de más sorpresas. Por tanto, ha puesto en cuestión las principales hipótesis planteadas hasta el momento.