El índice de masa corporal (IMC) es una práctica habitual en el diagnóstico de la obesidad. En principio, para un diagnóstico riguroso hay que tener en cuenta muchos factores, pero como el cálculo del IMC es muy sencillo (el peso de la persona en kilogramos dividido por dos metros de altura), se utiliza mucho para saber si una persona tiene un peso adecuado a su altura.
Sin embargo, la investigación realizada en Navarra ha demostrado que la fórmula tiene un margen de error muy alto. En concreto, además del volumen y masa de 6.123 personas, se han medido una serie de parámetros relacionados con la obesidad (sensibilidad a la insulina, perfil lipídico, presión arterial...) y se han dado cuenta de que, teniendo en cuenta estos parámetros y el porcentaje de grasa que contienen, el 29% de estas personas son obesas.
El estudio ha sido publicado en las revistas científicas Obesidad, International Journal of Obesidad y Diabetes Care. Además, junto con el peso y la altura, la Clínica Universitaria de Navarra ha propuesto una fórmula más teniendo en cuenta la edad y el sexo, por entender que aporta resultados más precisos que el IMC. La fórmula, denominada CUN-BAE, está disponible en la web de la Clínica Universitaria de Navarra.