Los vientos de la zona nocturna de Venus presentan un comportamiento significativamente diferente a los más favorables del día, según un trabajo publicado por investigadores de la UPV junto a otros en la revista Nature Astronomy. Se han encontrado vientos imprevisibles, ondas estacionarias y nubes variables.
En los años 60 se midieron rachas de viento de 360 kilómetros por hora en la zona del día de Venus. Un dato sorprendente, ya que en la Tierra y en Marte, la atmósfera gira a una velocidad similar a la del planeta. En Venus el movimiento de la atmósfera es mucho más rápido: Venus necesita 243 días para dar la vuelta a su eje y su atmósfera sólo tarda cuatro días en dar la vuelta al planeta. Esta rápida rotación atmosférica se conoce como “superrotaciones”. “La atmósfera de Venus sigue siendo un misterio de dónde extrae la energía para tener esa ‘superrotación’”, explica Javier Peralta, miembro de la Agencia Espacial Japonesa. “El problema es que aceptamos que la noche de Venus ocurre lo mismo que el día y estábamos equivocados. Hasta ahora no hemos sido capaces de ver claramente cómo era la superrotación atmosférica en la parte nocturna del planeta”, ha añadido Peralta.
“Las nieblas más altas de Venus se encuentran a 70 kilómetros de altitud, donde se produce la superrotación más fuerte. Estas nieblas se pueden ver por la noche gracias a la emisión térmica, pero en las misiones espaciales hasta la fecha no se consiguieron detalles”, ha señalado el investigador de la UPV Ricardo Hueso. Ahora, gracias a los datos obtenidos en la misión de la ESA Venus Express y a las nuevas técnicas de procesado de imágenes, han visto que las nubes nocturnas y sus movimientos son diferentes a los del día.
“La superrotación también se produce durante la noche, pero tiene una mayor diversidad de movimientos y aparecen diferentes tipos de nieblas que no se han visto hasta ahora, nubes que cambian violentamente de un día para otro de una manera imprevisible”, ha señalado Agustín Sánchez Lavega, director del Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV.
Sin embargo, la mayor sorpresa ha sido encontrar muchas estructuras que no se mueven en las nubes y el grupo ha llegado a la conclusión de que se trata de un tipo de ondas atmosféricas llamadas "estacionarias". Estas ondas son semejantes a una onda estacionaria de miles de kilómetros que la misión espacial japonesa Akatsu ha descubierto recientemente en la atmósfera de Venus. Los que han visto en este trabajo son más pequeños, cientos de kilómetros.