Los investigadores del Museo de Ciencias Naturales de España han desarrollado una metodología para medir los efectos de las infraestructuras del transporte sobre las aves y los mamíferos, que ha permitido comprobar que, sin estas infraestructuras, las poblaciones de aves y mamíferos aumentarían un 20% y un 50% respectivamente respecto a las actuales.
El estudio, publicado en la revista científica PNAS, indica que la mitad del territorio europeo no urbanizado se encuentra a 1,5 km de una carretera o ferrocarril y la cuarta a 500 metros. La mayor densidad de infraestructuras de transporte se da en el centro de Europa y la menor en Islandia.
Para medir el área de influencia de las infraestructuras se ha contado fauna cerca de las infraestructuras y en zonas sin carreteras ni ferrocarriles. Para ello, se ha partido de España y se ha comprobado que el impacto de las infraestructuras en los lugares no urbanizados se extiende al 55% de la zona de aves. Las especies más afectadas son el bosquete y el águila solar.
La influencia es aún mayor en el caso de los mamíferos, que alcanzan el 98% de su territorio y cuyos efectos más negativos son los linces y osos.
Los investigadores han advertido que si no se adoptan medidas, la situación podría empeorar en el futuro, 25 millones de kilómetros a una carretera convencional para el año 2050 y 333.500 kilómetros de ferrocarril. Muchas de ellas, además, están previstas en países aún con una gran biodiversidad.