La NASA ha descubierto los agujeros negros supermasivos que buscaba. Para ello, han aunado los datos recogidos por el telescopio espacial Hubble, el observatorio de rayos Chandra X y el del telescopio espacial Spitzer.
Utilizando Hubble y Chandra, se detectaron unas 200 zonas que podían ser agujeros negros supermasivos, y con las imágenes de ondas infrarrojas recogidas con Spitzer han determinado la naturaleza de cada una de ellas. Algunos de estos agujeros negros se encuentran a unos 13 mil millones de años-luz, que parecen corresponder a dos o cinco mil millones de años.