Los grandes cambios geológicos que se produjeron en la Tierra en la Baja Aptiense (hace 120 millones de años) tuvieron un claro reflejo en Aralar, entonces sumergida en el mar. Así lo ha deducido la geóloga María Isabel Millán en su tesis doctoral presentada en la UPV. Además, ha encontrado un registro de sedimentos atípico para el estudio de esta época: en otros lugares del mundo, los grupos de capas de investigación del Aptiense Inferior tienen 20 metros de espesor, mientras que en Aralar se han encontrado hasta 1.000 metros.
En la Baja Edad Aptiense se produjo una brusca disminución del oxígeno del fondo marino, conocido como oae1a. Este fue uno de los principales cambios marinos globales. Millán ha comprobado que este fenómeno también ocurrió en Aralar, ya que ha encontrado piedras que así lo indican entre los sedimentos. Además, ha identificado una reducción de oxígeno similar, algo más tarde del DBO1, que por el momento no se ha encontrado en ninguna otra parte de Aralar.
La crisis de biocalcificación es otro de los indicadores de los cambios en el Aptiense Inferior y Millán ha descubierto en Aralar el reflejo de este fenómeno. En Madoz, al sureste de Aralar, existía una plataforma de arrecifes que podía ser equivalente a la que se encuentra actualmente en Australia. En la misma época en la que se produjo el OAE1, el autor de la tesis ha observado un cambio brusco en la estructura de carbonato de la plataforma, reflejo de la crisis de biocalcificación.