Desequilibrios y energías de activación

En una situación normal, un amigo pasa ocho horas al día en su puesto de trabajo. Si la persona trabaja en una industria, en gran parte, realizará entrevistas sobre el trabajo, trabajos técnicos, informes, etc. en castellano. Esta situación se repite diariamente en la mayoría de los talleres de Euskal Herria. Como ya se ha mencionado en esta revista, para hacer frente a esta situación se han puesto en marcha planes especiales en varios talleres.

Hoy en día la lengua no puede situarse sólo en el ámbito cultural. En concreto, en nuestro caso, tanto a nivel económico como industrial, hay que analizar la situación del euskera y luego tomar decisiones. Para ello, además de los planes especiales antes mencionados, nos vemos obligados a utilizar todos los medios que en este momento están a nuestra disposición. Un ejemplo de ello se menciona a continuación.

Hace unos meses, al igual que otros años, con el objetivo de lograr la mejora de los conocimientos de los trabajadores, se han puesto en marcha en Gipuzkoa los programas denominados Hezilan y Hezitek, al amparo del Departamento de Economía de la Diputación Foral. En estos programas, durante el primer semestre, se impartirán 650 cursos en toda Gipuzkoa. Algunas de ellas se impartirán en centros de formación profesional y otras en facultades y centros tecnológicos universitarios. Los temas son muy amplios (gestión de empresas, informática, control, diseño asistido por ordenador, nuevas tecnologías, productividad, cocina, etc.), siendo muy diferentes las complejidades y horas de cada curso.

Muchas veces, y eso también nos pasa a los que nos dedicamos a la tecnología, no nos damos cuenta de que la mejora de los conocimientos de los trabajadores y técnicos se puede relacionar con el euskera. Los cursos anteriormente mencionados no se han realizado en la Diputación sino en centros educativos, facultades y centros tecnológicos. La entidad pública sólo les da apoyo económico. Sin embargo, a pesar de que en la planificación de estos cursos han participado tantas personas y de que los temas que se tratan en los cursos son tan diferentes, parece que a la mayoría no se les ha equivocado (o las dificultades que se han presentado han sido imposibles) que esos cursos se puedan impartir en euskera. El desequilibrio es notable, y probablemente los cursos en euskera no llegarán al 5% (porcentaje muy positivo).

Cada año en este tipo de planes de formación se está utilizando una gran cantidad de dinero y su optimización debe ser analizada desde diferentes puntos de vista. Tal y como se ha mencionado anteriormente, el euskera no puede situarse únicamente en las planificaciones de los departamentos de cultura (y por lo tanto, destinar la cantidad concreta a ello directamente). Los recursos económicos que se están utilizando para actualizar los conocimientos del personal y técnicos de los talleres también pueden facilitar en gran medida el proceso de euskaldunización de las industrias. Para ello, y tal y como está sucediendo en otros ámbitos, las instituciones públicas deberán apoyar e impulsar la formación de estos cursos. Para salir del desequilibrio actual, como se dice en la termodinámica, se necesita una gran energía de activación, y en este momento parece que la sociedad privada no es capaz de hacerlo por sí sola.

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila