Tras un largo proceso, el Gobierno ha decidido dónde va a realizar el depósito de residuos nucleares. Las centrales de José Cabrera y Trillo, situadas en Guadalajara, han elegido un pueblo de Cuenca, Villar de Cañas, a 100-155 km. Estas dos centrales son las únicas que se encuentran en España con los residuos almacenados en superficie y en tierra, mientras que el resto se encuentran en las lagunas de inactivación. Sin embargo, estos no son suficientes para almacenar a medio y largo plazo los residuos radiactivos que generan las centrales y, con el fin de solucionar este problema, se va a proceder a un nuevo depósito en Villar de Cañas.
Por tanto, este almacén recogerá y almacenará los residuos de alta radiactividad generados en las centrales españolas. A este tipo de almacenes se le denomina ATC o almacenamiento temporal centralizado, que tiene una duración temporal de 60 años, por tratarse de un edificio pasivo y centralizado por concentrar los residuos de las centrales españolas en un único emplazamiento.
Hasta la fecha, el único almacén centralizado en España es el de El Cabril (Córdoba). En ella se almacenan residuos de mediano y bajo nivel de radiactividad, tanto procedentes de centrales como de hospitales, centros de investigación e industria. Sin embargo, el principal material radiactivo que se genera en las centrales es el combustible utilizado, con un alto grado de radiactividad.
De hecho, el combustible de las centrales es óxido de uranio y, tras su uso, además del calor, emite radiaciones alfa, beta y gamma (radiación ionizante).
Por lo tanto, el depósito de Villar de Cañas almacenará unas 7.000 toneladas de combustible utilizado y otros materiales que se irán quedando a medida que se vayan cerrando las centrales. Enresa es el responsable de la gestión de los residuos y de la ejecución del almacén, según el cual, para evitar los vertidos de radiación, el almacén dispondrá de paredes de hormigón de 1,5 m de espesor y las tuberías de evacuación de calor generadas alcanzarán una altura de 45 m.
Enresa ha destacado que se trata de una instalación totalmente segura debido a la estabilidad geológica del entorno en el que se ubica. Sin embargo, las organizaciones ecologistas y algunos agentes han puesto en duda la seguridad del lugar, no por su inestabilidad geológica, sino porque consideran que el transporte de los residuos desde las centrales puede suponer un riesgo, ya que Villar de Cañas no tiene ferrocarril y, por tanto, el transporte deberá realizarse por carretera.
Otros aspectos del almacén y de la ubicación también han suscitado el debate entre los partidarios y los contrarios, pero la decisión del Gobierno español es definitiva y si todo sale como está previsto, para 2015 la primera fase de ejecución del almacén estará finalizada.
Para entonces, las lagunas de Ascó 1 y 2 (se llenarán para 2013 según Enresa), y las de otras centrales también estarán bastante llenas. Además, los residuos de la central Vandellós 1, por el momento, están almacenados en Francia bajo la responsabilidad de la empresa Areva, pero el plazo acordado ya ha finalizado y serán devueltos en breve. Algo parecido ocurre con los residuos de Garoña que tienen almacenados en Gran Bretaña.
Mientras tanto, en Francia se están dando pasos para hacer un almacenamiento geológico profundo. Este depósito cubriría los residuos de nivel medio y alto de radiactividad y los almacenaría en el subsuelo a largo plazo. El lugar elegido se encuentra en el departamento de Meuse, al este de Francia. Sin embargo, la normativa francesa exige que los residuos puedan recuperarse en un plazo de cien años.