Los investigadores de Johns Hopkins han demostrado que las células madre de los embriones humanos crecen con la ayuda de células especiales de la médula ósea. Mientras las células madre se dividen, estas células especiales son alimentadas.
Hasta ahora, en el crecimiento de las células madre se han utilizado células de ratón para alimentar a las células madre, pero a través de la terapia se teme que más adelante se transmitan enfermedades de origen animal. Por ello, las células de estroma de la médula ósea humana han sido sustituidas por células de ratones y parece que las células madre han conseguido reproducirse evitando la diferenciación.
La principal ventaja de la utilización de células de estroma de la médula ósea es su facilidad de obtención, además de no presentar problemas éticos frente a otros tipos de células.