El hombre actual minusvalora los valores de la naturaleza, según un estudio publicado en la revista Nature. Su percepción de la naturaleza es limitada y distorsionada, y los científicos creen que puede ser la que ha llevado al planeta a una emergencia ambiental global. Se ha identificado una profunda crisis de valores en la sociedad a la que se han atribuido problemas como la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad, la desertificación y la contaminación. Y es que esta actitud de menospreciar los valores de la naturaleza se refleja no sólo en las decisiones personales, sino también en las decisiones políticas y económicas importantes.
Los investigadores han estudiado 50.000 artículos científicos, documentos políticos y fuentes de conocimiento tradicionales para conocer las creencias, conocimientos y principios morales que se manifiestan sobre la naturaleza. Los resultados indican que se concede una importancia desproporcionada a los valores económicos que refleja el mercado, quedando al margen otros valores, menos comerciales, pero tan importantes, o incluso más importantes, como que la naturaleza alimenta la identidad cultural de los seres humanos, promueve el bienestar mental y social, y que el cuidado de la naturaleza puede proteger del cambio climático.
“Estos valores comerciales se van convirtiendo en valores hegemónicos”, afirma Unai Pascual García de Azilu, autor principal del artículo e investigadores vascos de BC3 e Ikerbasque. “Estos valores hegemónicos están menospreciando y, en algunos casos, desapareciendo los valores relacionados con la conservación de la naturaleza. El materialismo y el individualismo se están fortaleciendo, sobre todo en las sociedades modernas de nuestro occidente”.
Poniendo nombre a los valores de la naturaleza
Los científicos, sin embargo, reconocen a la naturaleza valores muy diversos: por un lado, los valores instrumentales, que tienen una gran fuerza en nuestra sociedad. La naturaleza ofrece a la humanidad alimentos, agua, minerales y otros productos de alto valor económico. Pero también tiene otros valores instrumentales que están fuera del mercado: regula el ciclo de la materia y los procesos generales de la vida, estabiliza el clima…
Por otro lado, reconocen valores de relación a la naturaleza. Entre otras cosas, la naturaleza y el paisaje contribuyen a crear la identidad cultural de las personas, a sentirse parte de una comunidad y dan sentido a la vida. Estar en la naturaleza mejora el bienestar mental, porque la fertilidad y la prosperidad de la naturaleza nos refuerza, generando en nosotros una sensación de prosperidad. Es más, el cuidado de la naturaleza nos satisface. De hecho, Pascual realizó en 2021 un estudio sobre la relación entre el euskera y los valores relacionales.
Por último, y no por eso de poco valor, de valor intrínseco. Más allá de las aportaciones de la naturaleza a la sociedad, la naturaleza tiene un apreciado valor intrínseco por existir, incluso si no existiéramos. Las legislaciones de algunos países ya han comenzado a recoger los derechos de la naturaleza.
Asimetría y hegemonía de poder
En los centros de decisión política y económica no se tienen en cuenta todos los valores de la naturaleza. “En la sociedad existen relaciones de poder”, dice Pascual. “Los actores con más poder consiguen establecer los valores que ellos mismos priorizan, quedando continuamente fuera los valores de determinados colectivos sociales”. En la toma de decisiones se deslegitima otros sistemas de conocimiento más allá de la ciencia (por ejemplo, el conocimiento tradicional), como la población local y los Pueblos Indígenas, las mujeres y los colectivos que perjudican las decisiones. Para los científicos de Nature, es urgente que los que toman decisiones políticas entiendan cómo y por qué menosprecian a la naturaleza y a los colectivos y encuentren soluciones justas.
Los investigadores consideran que es necesario introducir cambios estructurales para dar respuesta a una emergencia climática y de biodiversidad encadenada. Es imprescindible poner en valor todas las aportaciones que realiza la naturaleza e integrar todos los valores cuando se toman decisiones políticas y económicas.
Conflictos sociales, testigos de la crisis
La consideración de todos los valores implica, además de la concepción hegemónica occidental, la puesta en valor de las diferentes concepciones de la naturaleza. Así como la realización de procesos participativos e inclusivos. Los científicos creen que esto evitaría muchos conflictos. Serían decisiones más justas, aumentarían la legitimidad de las decisiones, se apoderaría a la sociedad y se agilizarían las injusticias. En definitiva, dicen que facilitaría la toma de decisiones.
Serviría para evitar conflictos en Euskal Herria. “Tenemos infraestructuras gigantes conflictivas: tren de alta velocidad, parques eólicos, embalse de Itoiz... Los responsables políticos apuestan por unos valores y no quieren tener en cuenta otros valores que aparecen en la sociedad aprovechando la asimetría de poder”, dice Pascual.
“A pequeña escala, igual. Ahora, en muchas ciudades y barrios, se están talando árboles. Por ejemplo, en Pamplona, porque quieren construir un parking subterráneo. Y la gente sale a la calle protestando. Surge un conflicto de valores: el Ayuntamiento considera que una forma de mejorar el bienestar de la gente de Pamplona es que cada uno pueda usar su coche para ir al centro, lo que estimularía el sector comercial de Pamplona. No se dan cuenta de que estos árboles pueden tener otros valores para los pamploneses”.
Según los investigadores, todos estos valores son medibles: la ciencia ha desarrollado metodologías que cuantifican los valores económicos, sociales y ecológicos de la naturaleza. Los científicos han reivindicado la importancia de integrar estas metodologías en los procesos de toma de decisiones políticas y económicas de los gobiernos.
Soluciones ante la doble emergencia de biodiversidad y clima
Por todo ello, los investigadores han identificado cuatro acciones que serían eficaces para hacer frente a la pérdida de biodiversidad y la emergencia climática: el reconocimiento de los múltiples valores de la naturaleza, la toma en consideración de todos estos valores en la toma de decisiones, utilizando metodologías desarrolladas por la ciencia, el impulso de profundos cambios políticos e institucionales para que sean procesos participativos e inclusivos, teniendo en cuenta estos múltiples valores, y el arraigo social de valores acordes con la sostenibilidad.
¿Cuándo y cómo surge la crisis de valor?
También sería interesante analizar cómo se ha producido la crisis de valores. De hecho, la relación entre el hombre y la naturaleza ha ido esculpiendo durante miles de años. ¿Por qué ha surgido la crisis de valores en esta época de la historia? Según Pascual, el tema es complejo y puede haber diferentes orígenes históricos detrás de la crisis de valor. Pero es posible que estos valores hegemónicos sean impuestos por el patriarcado, el capitalismo y el neoliberalismo. No excluye la crisis de los valores de la naturaleza con ellos.
“Estos valores hegemónicos nos han llevado a entender el bienestar de forma muy materialista e individualista, y vemos la realidad distorsionada en la sociedad occidental. Es hora de entender el bienestar y el desarrollo de otra forma más saludable”.