Asociamos el ácido láctico a la actividad física, que no están habituados a la actividad física. Si alguien trabaja más de lo normal, en esos tejidos se le acumula ácido láctico. En general, el ácido láctico tiene un efecto negativo. Científicos de Dinamarca han comprobado en un estudio que el ácido láctico tiene también aspectos positivos y han publicado sus resultados en la revista The Journal of Physiology.
Se ha comprobado que durante actividades físicas prolongadas, el ácido láctico y la adrenalina pueden seguir contrayendo los músculos. Durante actividades físicas prolongadas, los iones potasio salen fuera de las fibras musculares y se rompe el equilibrio iónico que suele estar en condiciones normales. Este desequilibrio hace que la señal eléctrica que provoca la contracción muscular se ralentice y se paralice el músculo. Si en esta situación hay adrenalina y ácido láctico, el sistema de señalización no falla y la capacidad de contracción se mantiene.