Los siete elementos básicos que deben tener nuestros alumnos para diseñar sus proyectos son:
Reto: El proyecto debe responder a un problema o cuestión que hay que resolver. ¡Atención! El nivel de dificultad debe ser adecuado, ni demasiado fácil ni demasiado difícil.
Proceso de investigación: El alumnado debe comprometerse a realizar preguntas, localizar recursos y aplicar información en un proceso riguroso y amplio.
Autenticidad: el proyecto debe responder a las inquietudes, intereses o problemas personales de la vida de los alumnos, pero sin ser el primero en pensar.
Opinión y elección de los alumnos: los alumnos deben tomar decisiones sobre el proyecto, cómo trabajarán y qué crearán. A mayor experiencia, mayor libertad de decisión.
Reflexión: alumnos y profesores deben reflexionar. Por ejemplo, sobre el aprendizaje, sobre la eficacia de las actividades de investigación y los proyectos, sobre la calidad del trabajo del alumnado, sobre las barreras que surgen y sobre las estrategias para superarlas.
Crítica y revisión: los alumnos darán feedback, recibirán y aplicarán para mejorar sus procesos y productos. El feedback es el instrumento más importante que tiene el profesor, pero debe ser preciso e inmediato.
Presentación de resultados: los alumnos deben presentar su proyecto a un público concreto, fuera del aula, ajustando el discurso a la naturaleza del público.