¿Social networks killed the RSS star?

Leturia Azkarate, Igor

Informatikaria eta ikertzailea

Elhuyar Hizkuntza eta Teknologia

Una de las claves del éxito de la web 2.0 fueron los RSS: una tecnología que facilita la continuidad de numerosos medios de comunicación, blogs y webs, que permite crear una fuente de información personalizada sobre temas de su agrado. Sin embargo, el número de usuarios que subieron a esta ola fue escaso si lo comparamos con las personas que circulan por las redes sociales. Por eso, muchos han tocado las campanas de los RSS hace tiempo, pero siguen vivas. Y está por ver si las redes sociales perdurarían si no existieran RSS.
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Ed. Imagen: © Timur Druzhynin/350RF

Al principio, Tim Berners-Lee hizo la web. Esta web no era tan útil: tener una web sólo estaba en manos de empresas o instituciones y personas con conocimientos informáticos. La información era muy estática. Y la tecnología dijo: "sea interactividad". Y así fue. Y la gente descubrió que la interactividad era buena y la diferenció de la web inicial: llamó a la noticia Web 2.0 y a la anterior Web 1.0. (Génesis, 1:1)

A pesar de la broma de los paralelismos con la Biblia, es innegable que la Web 2.0 supuso un gran cambio respecto a lo anterior: las webs eran mucho más interactivas, podían realizarse sin conocimientos de informática, mucha gente empezó a tener webs y blogs... Pero, sin duda, uno de los cambios más importantes fueron los RSS.

A pesar de que muchas webs y blogs comenzaron a actualizarse en muchas ocasiones, no era fácil hacer un seguimiento de lo que les gustaba: tener que entrar en todas de una en una, a menudo para no encontrar cambios, o para no recordar la última que leíamos. Sin embargo, estas webs empezaron a publicar también una versión RSS, un formato para la publicación de nuevas noticias o artículos que expresaba con una estructura bien definida cada uno de los campos de la noticia (título, autor, fecha, contenido, enlace...). Esto permitió crear programas y servicios que leían los RSS de nuestros sitios web y blogs favoritos y que nos avisaban cuando había algo nuevo. De esta forma se creó la posibilidad de realizar el seguimiento de muchas fuentes de información desde un único punto central. Hablamos de los RSS cuando hablamos de la web semántica en el segundo artículo de Mundo digital.

Para muchos, incluido yo, fue una gran revolución, hasta el punto de cambiar la vida. Yo no sé qué haría si desaparecieran los RSS o los lectores de rss. Gracias a ellos, hago un seguimiento sencillo de cientos de sitios que publican temas que me gustan, tanto personales como profesionales. De alguna manera tengo mi medio de comunicación personalizado en mi lector de rss. Y pensaba que todo el mundo iba a pasar antes o después. Pero el tiempo ha pasado y eso no ha sucedido. Sólo la utiliza personas sordas o algo tecnociosas.

Red social

Sin embargo, desde hace dos o tres años, todo el mundo está entrando en las redes sociales. El uso de Twitter, Facebook y demás ha sido masivo. No se puede negar que el número de usuarios ha superado ampliamente los RSS.

Ed. © ARROW/350RF

Y a muchos fieles seguidores de RSS les resulta incomprensible. Mira lo que dice Marshall Kirkpatrick, coeditor del blog sobre tecnología Web del ReadWrite: "La no utilización del software de lectura de RSS es uno de los acontecimientos que peor habla de la humanidad en la historia de la tecnología reciente. Es decepcionante que un repositorio personalizado y centralizado para actualizar los canales dinámicos de información de fuentes fiables y libres que se publican democráticamente en todo el mundo se haya sustituido tecnológicamente por los presidentes de juego Flash de Facebook, tan decepcionante como cuando se rompió en pedazos los sueños de la educación pública, convirtiéndose en una realidad promesa de la televisión. (...) Es increíble. Se puede recoger todo y ir a casa."

Bueno, estoy de acuerdo con muchas cosas que él mismo dice, pero no lo tomo tan mal. En definitiva, el cibermundo no es más que un reflejo del mundo real. Y hay mucha más gente que se dedica a los bares que a leer los periódicos, porque son principalmente las redes sociales, un lugar para estar con la gente. Por otro lado, las redes sociales no son sólo juegos flash, sino que también son una forma de estar informados, pero no a través de los medios de comunicación favoritos, sino también a través de los amigos de las redes sociales, que hoy en día están todos en ellas.

A mí me preocupa más otro efecto de las redes sociales: el contenido que se genera en ellas es a menudo ágil (sus contenidos están limitados en longitud y los temas suelen ser más informales), muy efímero (no se puede recuperar o encontrar contenido antiguo) y no abierto (muchos contenidos son exclusivos para las personas), pero su dedicación activa requiere mucho tiempo y menos tiempo para crear contenido de calidad en blogs o webs personales. Yo tengo la impresión de que desde que hay redes sociales se escribe menos en blogs, y eso puede ser preocupante para lenguas tan pequeñas como el euskera. Además, si de nuevo queda en manos de los medios de comunicación profesionales la creación de contenido, la democratización de la creación que trajo consigo la Web 2.0.

En cualquier caso, el hecho de que las redes sociales tengan muchos más usuarios no significa que los RSS estén muertos, a pesar de que lo han anunciado desde hace muchos años. Video killed the radio star del grupo The Buggles anunció la muerte de la radio en 1981 y 30 años después miró.

Es porque las muertes hacen titulares más llamativos o porque hay que matar al viejo rey para reivindicar la noticia. Pero no siempre tiene por qué haber un vencedor; la convivencia también es posible, y en este caso también es necesario. Y es que yo estoy convencido de que las redes sociales se alimentan en gran medida de las personas usuarias de los RSS en el primer paso. Estos usuarios conocen la información y la comparten en las redes sociales. De ahí comienza la difusión de la información. Sin ellos, quizá habría mucho menos contenido en las redes sociales y no sería tan interesante.

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