La hoja de una planta, una pequeña parte de un vivo, permite reflexionar sobre la ciencia. Así lo propone el biólogo estadounidense Steven Vogel, de la Universidad Duke. La hoja se convierte en un ejemplo de ciencia en el libro. Es decir, aunque el título sea La vida de una hoja, no es un libro sobre biología de hojas (o plantas).
La hoja es un elemento de la vida cotidiana para la gente o, al menos, un elemento común y conocido. ¿Pero cómo tiene su aspecto? ¿Y por qué juega como lo hace? La hoja, como cualquier otro organismo que nos rodea, interacciona con el "mundo físico". La hoja es el resultado de esta interacción. Así explica Vogel el planteamiento del libro en el prólogo.
La hoja busca la luz. Transporte de gases. Absorbe y filtra el agua. Intercambio de sustancias con el aire. Controla la temperatura. Vigila la limpieza de la piel. Evita la congelación. Mantiene la rigidez. Sobrevive en tormentas. Y otras muchas actividades. Vogel dedica un capítulo a cada uno de ellos.
Presenta la física del tema del capítulo, especificando las características relacionadas con la hoja. En el capítulo dedicado a la luz, por ejemplo, habla de "tipos de luz" (es decir, presenta el espectro electromagnético) y luego habla de la fotosíntesis y de la luz que refleja o rechaza las hojas. A la hora de explicar las cosas, Vogel busca un equilibrio entre lo profano en el tema y los planteamientos habituales de los físicos. Y de vez en cuando propone experimentos para que cada uno pueda hacerlo en su casa.
Por ello, algunos consideran que el libro de Vogel no sólo es apropiado para leer sobre ciencia, sino también para enseñar ciencia.