¿Qué es lo que más te ha sorprendido, alterado o fascinado desde que empezaste a trabajar?
La clarificación de la estructura del ADN y la secuenciación posterior del ADN ha sido sin duda un avance fundamental de la biología del siglo pasado. Ha sido clave para entender la base del cáncer y otras patologías. Pero el progreso de la ciencia va acompañado de la tecnología, por lo que el desarrollo de la informática y la capacidad de procesar grandes cantidades de datos han sido fundamentales. Sin embargo, yo destacaría un experimento técnicamente bastante sencillo, que el doctor Gurdon realizó en 1960 con lo que hoy llamamos “células madre”.
Trasplantó el núcleo de una célula cutánea, es decir, de una célula separada a un óculo no fecundado que desarrolló todo un organismo. Con este experimento, Gurdon demostró que el núcleo de las células separadas mantiene la información de la creación de un organismo completo, o lo que es lo mismo, el ADN de un organismo se almacena en todas las células, y que la activación o inhibición de algunos genes hace que se convierta en un tipo u otro de células.
Este experimento y su influencia en la clonación y en la investigación de células madre fueron reconocidos en 2012 por la academia de los Premios Nobel. Para mí es uno de los descubrimientos más importantes del siglo pasado y en el futuro la investigación de células madre tendrá una gran influencia en la medicina regenerativa.
¿Qué le gustaría ser testigo de la revolución o el descubrimiento en su trayectoria?
El mayor reto de la biología es explicar el funcionamiento del cerebro. Me gustaría ver ese trabajo terminado, pero tengo miedo de que no lo podamos conseguir en una sola generación. Actualmente estamos tratando de entender cómo funcionan las neuronas que conectan la retina con el cerebro. Si lo entendiéramos, conseguiríamos curar algunas enfermedades que provocan ceguera, como la provocada por el glaucoma. Sería un paso para entender el funcionamiento de los circuitos neuronales y ver si espero ese descubrimiento.