Independientemente de su característica biométrica, el sistema debe disponer de un sensor adecuado para leer el dato biométrico. Pero igual de importante es contar con una herramienta de comparación entre lo medido y lo guardado. Es decir, disponer de una base de datos adecuada. Para repetir las sesiones y comparar los resultados de varios algoritmos es necesario utilizar una rica base de datos. También es importante que los sensores sean capaces de detectar esfuerzos de falsificación.
Ante la necesidad de una base de datos biométrica, el Departamento de Electrónica y Telecomunicaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao inició hace unos años el desarrollo de una base de datos que recogiera las características biométricas de cientos de personas, entre otras muchas de España
junto con la universidad. En la actualidad, para completar esta base de datos se está trabajando especialmente en el estudio de la voz, las firmas y la escritura.
En cuanto a la voz, las técnicas habituales utilizan, en general, características segmentales para diferenciar a las personas. Uno de ellos es el llamado timbre de la voz, que puede mejorarse a pesar de los buenos resultados. Precisamente, los investigadores de la UPV quieren mejorar este sistema midiendo el ritmo de la voz y la entonación, entre otros. Su intención es integrar todas estas características en la base de datos. De hecho, se ha comprobado que cuando se combinan varios sistemas biométricos o se suman algunos parámetros de una misma característica biométrica, el error medio siempre es menor que el de cada sistema independiente.
Además de la voz, quieren incluir la firma en esta base de datos. El conocimiento automático de las firmas se puede dividir en dos grandes áreas según la forma de recogida de datos: firmas on line y off line.
En la firma o escritura offline se toma un documento del pasado y se escanea para el procesamiento de la imagen. Todas las características de la firma serán derivadas de su apariencia espacial. Por tanto, la falsificación es más sencilla, ya que el falsificador sólo tiene que imitar el aspecto de la firma.
En el caso de la firma on line o la escritura, sin embargo, no sólo analizan el aspecto espacial de la firma, sino también su información dinámica. Utilizan una tabla de digitalización y un lápiz de digitalización que recogen en todo momento la trayectoria del lápiz, la presión o fuerza que se ejerce al escribir, la inclinación del lápiz, etc. En el momento de acceder a los datos on-line, el firmante debe estar presente, ya que los movimientos del lápiz se miden a medida que se van firmando o escribiendo.
Pero, ¿cómo se desarrolla la base de datos? Cada usuario de la base de datos de firmas debe realizar su propia firma y la imitación de la firma de otros usuarios para formar de alguna manera el sistema.
Un sistema seguro de reconocimiento biométrico no tendría que hacer ninguna mala aceptación ni negación, pero en la mayoría de los casos ocurre así. El error en el conocimiento online de firmas es aproximadamente del 4%. Es decir, se descartan un 4% de firmas reales y otras tantas falsificaciones aceptadas. En cuanto al conocimiento off line, esta cifra es bastante superior (20%).
En el caso de la voz se ha producido un error relativamente pequeño. No obstante, son resultados provisionales. De hecho, en la actualidad se están combinando diferentes parámetros de la voz para obtener resultados más precisos.