Tener la boca seca no es nada agradable y menos que esa sequedad se convierta en una enfermedad. Sin embargo, hay más de una enfermedad relacionada con la falta de txistu, como la sicca-sicca y el síndrome de Gougerot-Sjögren.
La investigación sobre estas enfermedades poco frecuentes comenzó a fortalecerse en 1976 con el conocimiento de las nuevas funciones de la molécula de ATP (adenina trifosfato). En ese año, el ATP y sus derivados vieron controlar varios procesos biológicos y el resultado comenzó a investigar en Leioa su relación con el silbido.
Estas investigaciones, sin duda, tenían un interés biológico y médico, por ejemplo, para curar las enfermedades antes mencionadas. De hecho, estas enfermedades que aparecen en las personas de la tercera edad provocan la carencia de txistu y lágrimas.
El síndrome de Goujerot-Sjögren es más tolerado por las mujeres que por los hombres, un 10% más.
Hay que tener en cuenta que la ausencia de txistus y lágrimas es un problema grave, ya que sin el txistu aparece sequedad de boca, dificultad para hablar y tragar comida y, si la lágrima es insuficiente, puede llegar incluso a quedarse ciego.
El txistu protege y limpia la boca, el tubo digestivo y el estómago. Allí se encuentran las proteínas y otras enzimas importantes, así como los FSE (proteínas Epidermal Growth Factor). Las proteínas EGF favorecen el crecimiento de la piel y resuelven constantemente las heridas que produce la comida en la boca y el tubo digestivo.
Dada la importancia del txistu, los estudios se centraron, en primer lugar, en las glándulas que segregaban el txistu, como es el caso de la glándula situada bajo el maxilar. Estas glándulas, con el síndrome de Goujerot-Sjögren, expresan una proteína. Esta proteína contribuye a la proliferación de linfocitos T alrededor de la glándula, quedando ésta rodeada de anticuerpos y proteínas. El síndrome de Goujerot-Sjögren es una enfermedad autoinmune.
De hecho, en el estudio de estas glándulas se observó que la molécula de ATP y sus receptores (receptores purinérgicos) ejercían una gran influencia sobre la silbidos. El ATP se produce cuando se excitan las glándulas de txistu, es decir, cuando comemos o al principio de la digestión.
A la vista de ello, los investigadores, primero, caracterizaron los receptores de ATP presentes en las células y después determinaron los mecanismos internos de las mismas. De este modo, se observó que en enfermedades que conllevan una falta de txistu, el ATP es suficiente para abrir los tubos que desprenden txistu. Lo mismo ocurriría en el ojo, cuando faltan lágrimas, o cuando falten fluidos limpiadores de la tráquea, incluso en pacientes con bronquios colmatados o fibrosis ciística. Por ejemplo, el ATP también influye positivamente en la prevención de trombosis en las placas.
Por tanto, el ATP y sus derivados, al favorecer la fluidez de los fluidos, son una vía alternativa para el desarrollo de medicamentos para estas enfermedades. Las nuevas funciones de la molécula que pocos investigaban pueden ser la cura de muchos pacientes.