Se quedó mirando al geranio, sorprendido, tratando de entender lo que estaba viendo. Era de noche y, a la luz de la vela, las flores eran azules durante el día que estaba viendo rojas. Cuando aquel fenómeno sorprendente comenzó a mostrarse a los que le rodean, sin embargo, se quedó aún más sorprendido: nadie veía el cambio de color, excepto los hermanos.
“Esta observación demostraba que mi visión no era la misma que la de las demás personas”, escribió John Dalton en Extraordinary facts relating to the vision of colours, publicado en 1794. De hecho, a pesar de su teoría atómica, su trabajo con gases, etc. se hizo famoso, el primer trabajo científico de John Dalton se centró en la perturbación que hoy conocemos como daltonismo.
En ese trabajo se investigó a sí mismo. “Siempre pensé, aunque no lo decía muchas veces, que algunos colores no estaban bien asignados”, dice al principio del trabajo. “En mi dedicación a la ciencia la óptica me llamó la atención y aprendí muy bien las teorías de la luz y los colores, sin darme cuenta de que mi visión tenía peculiaridades. Pero no presté especial atención a la discriminación práctica de los colores, ya que pensaba que el problema estaba en su confusa nomenclatura”.
Empezó a estudiar botánica en 1790 y se dio cuenta de que tenía problemas para distinguir varios colores: “Muchas veces preguntaba a la gente, en serio, que una flor era rosa o azul, pero pensaban que estaba tomando el pelo”, escribió. “Pero no estuve seguro de la singularidad de mi visión hasta que en el otoño de 1792, por casualidad, vi las flores del zonal Geranium a la luz de la vela. Las flores eran rosas, de hecho, pero yo las veía tan azules como el cielo a la luz del día, y a la luz de la vela cambiaba sorprendentemente, pero nada del azul, su color era el que yo llamaba rojo, un color que contrasta mucho con el azul”.
Al ver que esto sólo le ocurría a su hermano y a él, pensó que iba a tratarse de una alteración hereditaria y comenzó a investigar el tema. Para empezar, pidió a un amigo teñidor una cinta de seda de varios colores y pudo comparar su percepción de colores con la de los demás.
“Para mí la sangre no es diferente de lo que se llama verde botella. Y es difícil distinguir si los calcetines están manchados de sangre o barro”, describió. “Tengo el ejemplo de mi verde desde el oído. Para mí no es muy diferente del rojo. La hoja del laurel coincide con el lacre rojo. De este modo se puede concluir inmediatamente que veo verde o rojo diferente al resto, o ambos”.
Describió con detalle cómo veía el espectro de colores. “Yo sólo veo dos o como máximo tres colores, los que llamaría amarillo y azul, o amarillo, azul y morado. En mi amarillo entran el rojo, el naranja, el amarillo y el verde de los demás, y mi azul y el morado coinciden con los demás. Lo que otros llaman rojo es para mí como una sombra o una falta de luz. El naranja, el amarillo y el verde lo veo como colores que van de la vida a la baja, o como matices diferentes del amarillo, diría yo”.
Además de su hermano, encontró más gente que veía diferentes colores. “Una vez que les explicé el tema a mis 25 alumnos, dos se dieron cuenta de que les pasaba como a mí. Y otra vez sucedió lo mismo con otro [...] No he encontrado ningún caso que ocurra a la vez en padres y niños […] Es importante destacar que no he encontrado casos de mujeres con esta especificidad”.
Al final, Dalton concluyó que el humor vítreo de sus ojos estaba teñido de azul. Y para confirmarlo, pidió a su discípulo y amigo el Dr. Joseph Ransome que, cuando murió, extraiera los ojos y los estudiara. Así lo hizo Ransom en 1844. Abrió uno de los ojos de Dalton y derramó su contenido en una lupa. El humor vítreo era normal, transparente y sin color. Con el segundo ojo hizo otra prueba: detrás hizo un agujero y desde allí miró para comprobar si veía verde y rojo como Dalton. Pero vio verde verde y rojo rojo.
Hoy sabemos que el daltonismo es consecuencia de una serie de errores genéticos que afectan a las células fotosensibles llamadas conos de la retina. 200 años después de que Dalton describiera la rebeldía, en 1995, investigadores de la Universidad de Londres volvieron a analizar sus ojos. En este caso se realizó un estudio de ADN. Y vieron que tenía deuteranopía, es decir, que a los conos de Dalton les faltaban fotopigments sensibles al color verde (longitudes de onda medias).
EMERY, A. R. (1988): “John Dalton (1766-1844)”. Journal of Medical Genetics 25(6) 422-426.
HUNT, D. M.; DULAI, K. S.; BOWMAKER, J. C.; MOLLON, J.D. (1995): “The chemistry of John Dalton’s color blindness”. Science 267, 5200, 984-988.
THE COLLEGE OF OPTOMETRISTS. “John Dalton – A Visual Error”