Desconfianza hacia la CIA, Bin Laden y vacunas

Etxebeste Aduriz, Egoitz

Elhuyar Zientzia

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Ed. Manu Ortega Santos/CC BY-NC-ND

El 2 de mayo de 2011, a las afueras de la ciudad de Abbottabad (Pakistán), decenas de soldados de élite entraron en una residencia rodeada de murallas de hormigón estadounidense. Allí mataron a Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda. Dos semanas antes, el médico Shakil Afridi llamó a la puerta de la muralla, anunciando que se iba a vacunar a los niños de la casa con motivo de una campaña contra la hepatitis B.

Esta campaña de vacunación fue organizada por la agencia de inteligencia estadounidense CIA. El pasado verano, un mensajero de Al-­Qaeda, Abu Ahmad al-Kuwaiti, continuó hasta allí. Espían por satélite y por una casa cercana. Y sospechaban que Bin Laden estaba escondido en aquella casa. Pero antes de iniciar una peligrosa operación, necesitaban otra prueba.

Entonces se les ocurrió la campaña de vacunación. El objetivo era saber si había algún niño en la residencia en Bin Laden. Para ello, se tomarían muestras de ADN a partir de jeringuillas con las que se aplicarían las vacunas. Y esas muestras, en comparación con el ADN de la hermana de Bin Laden, fallecida en Boston el año pasado, sabrían si había descendientes de Bin Laden en esa casa.

Los agentes de la CIA contactaron con el médico pakistaní Shakil Afridi a través del cual pusieron en marcha la campaña de vacunación. Se colocaron posters en toda la ciudad y se comenzaron a vacunar por el barrio más pobre. Cuando Bin Laden llegó a la casa donde se escondía, no está nada claro lo que pasó, pero la mayoría de las fuentes apuntan al fracaso de la operación y a la falta de muestras.

Nunca se ha revelado hasta qué punto Afridi sabía cuál era el verdadero objetivo de esta operación. Y hay quien dice que todo esto tuvo una cobertura, es decir, que Afridi y la de la campaña de vacunación prepararon para proteger a otro médico topo que consiguió llegar realmente hasta Bin Laden.

De todas formas, lo que sí está claro es que esta operación influyó en la sociedad pakistaní y durante muchos años.

El periodista pakistaní Saeed Shah publicó en julio de 2011 en The Guardian que la CIA utilizó una falsa campaña de vacunación para capturar a Bin Laden. Y esto rompió con las teorías y desconfianzas contra las vacunas. Los talibanes ya tenían una postura contraria a estos “medicamentos occidentales”. Pero desde la noticia de esta operación, todas las campañas de vacunación comenzaron a conectar con las actividades de la CIA y los espías americanos.

Los atentados contra estos supuestos espías han sido también habituales desde entonces. Entre 2012 y 2014, 60 personas que estaban trabajando en estas campañas de vacunación fueron asesinadas. En enero de 2024, el primer día de la campaña de vacunación de 44 millones de niños, una bomba mató a 5 policías que apoyaban la campaña.

Esta operación de la CIA levantó polvos a nivel internacional. Y en enero de 2013, en EEUU, los decanos de 12 facultades de Salud Pública enviaron una carta a Obama, condenando el uso de una campaña de vacunación, algo tan importante para la salud pública. En respuesta a esta carta, en mayo de 2014 el Gobierno de los Estados Unidos prometió que la CIA no utilizaría más campañas de vacunación para sus operaciones.

La campaña de la CIA no es la única causa de los problemas de vacunación en Pakistán, ya que ya existía una actitud anti vacunas. Pero, sin duda, esto refuerza esta actitud. De repente tenían evidencias reales de que detrás de las vacunas había espías americanas.

Ed. Manu Ortega Santos/CC BY-NC-ND

Esto influyó en la disminución de las tasas de inmunización frente a diversas enfermedades. Así lo demostró un trabajo de investigación publicado en el Journal of the European Economic Association en 2021. En este estudio se analizó si 18.795 niños paquistaníes nacidos entre 2010 y 2012 recibieron vacunas contra la difteria, el tétanos, el polio, la tos ferina y el sarampión. Y comprobaron que la tasa de vacunación en las zonas donde la disposición talibana era fuerte descendió entre un 23% y un 39% más que en las zonas menos favorecidas.

Además, observaron que la tasa de vacunación disminuyó más en las chicas. Esto podía deberse a un rumor muy extendido: las vacunas eran una estrategia de esterilización occidental de las mujeres musulmanas.

También se analizó el efecto de la tasa de vacunación y se comprobó que en las zonas favorables a los talibanes había 1,66 veces más casos de polio.

De hecho, es especialmente destacable el aumento de los casos de polio desde entonces. A principios de siglo, como en casi todo el mundo, el virus del polio estuvo a punto de desaparecer en Pakistán, pero a partir de 2012 comenzaron a aparecer cada vez más casos. En 2014 alcanzó su máximo con 346 casos.

El Gobierno Pakistaní ha hecho todo lo posible para cambiar la actitud anti vacunas y acabar con el polio. Por ejemplo, en 2015 el Gobierno afirmó que la vacuna antipolar no era haram (el islam no lo prohíbe) y que no tenía hormonas que esterilicen a los niños. Sin embargo, la desconfianza y los rumores hacia las vacunas continúan.

Hoy en día, el virus salvaje del polio está desaparecido en todo el mundo, excepto en dos países. Ambos están juntos: Afganistán y Pakistán.

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