La madera puede llegar al cauce de muy diversas formas: en nevadas y venteos, debido a la erosión de las laderas de las márgenes o a la caída de árboles ya plantados. La importancia de cada uno de estos procesos depende de su ubicación y del tipo de bosque de ribera; por ejemplo, en las escarpas de los ríos los desprendimientos introducen mucha madera; en las llanuras, las migraciones de los meandros. Una vez que la madera cae al agua, puede quedar retenida o el río puede transportarla hacia abajo. Los troncos suelen formar presas estables de madera en pequeñas regatas, mientras que en los grandes son pilas más móviles.
La madera moldea el aspecto del cauce formando pozos y cascadas. Estos pozos proporcionan cobertura y protección a peces e invertebrados, frenando el agua y los sedimentos. Las truchas se ponen en las gravas que se acumulan en agua lenta. Además de los sedimentos acumulan la hojarasca, una importante fuente de energía de la red forrajera.
Retiene agua, materia orgánica y sedimentos: La madera es la estructura más retenedora del cauce, ya que el 75% de la materia orgánica se acumula en la madera, es decir, la mayor parte del forraje que recibirá el río a lo largo del año. La madera dificulta el agua, disminuyendo la velocidad y aumentando la capacidad de retención. La fuerza del agua en las inundaciones hace que se transporten gran cantidad de alimentos y sedimentos y que la función de la madera sea imprescindible en ese momento.
Estabiliza el cauce y las orillas: Por su influencia en el transporte del sedimento, la madera estabiliza el cauce, se puede decir que es la "columna vertebral" del río. La presencia de la madera evita la erosión tanto de los cauces como de las márgenes en arroyos pequeños y grandes.
Ofrece hábitats importantes: los grandes troncos protegen a los peces de inundaciones y depredadores, creando sombra, pastos, lugares de puesta y crecimiento. Ayudan en la migración de peces adultos, formando aguas tranquilas para el descanso. En sequías duras, profundas charcas ofrecen refugio a los peces.
Ofrece comida: Varias bacterias, hongos y microorganismos crecen en madera muerta. Ofrece Comida Invertebrada : Varias bacterias, hongos y microorganismos crecen en maderas muertas. Algunas especies de invertebrados comen madera.
Mantiene los ciclos vitales de los invertebrados: El ciclo de vida de varias especies de invertebrados está estrechamente ligado a la madera. Como las larvas viven en el agua y los adultos en tierra, les ayuda a expulsarlas del agua.
Es un importante refugio : La mayoría de los animales acuáticos de todos los grupos (invertebrados, peces, anfibios, aves y mamíferos) utilizan presas de madera como refugio y mirador. En época de inundación, los invertebrados se protegen entre gravas o tras troncos.
Mejora la calidad del agua: La madera aumenta la capacidad de retención del río y mantiene más tiempo la materia en reposo. De este modo, los seres vivos del río lo utilizan como alimento y lo hacen depurar. Las presas de madera ayudan a la oxigenación del agua.
Regula la formación de islas: la madera en grandes ríos no es capaz de formar presas, pero los sedimentos que quedan alrededor de los troncos forman islas.
Aunque la madera tiene una gran importancia ecológica en los arroyos, todavía se extrae de los cauces por diversas razones. Por ejemplo, en algunos lugares la madera puede cerrar puentes y causar daños en las inundaciones. Pero la solución no siempre es la extracción de madera, ya que los puentes de diseño adecuado no sufren daños. En algunos casos se han eliminado las presas de madera para facilitar el paso de los peces, sin tener en cuenta que son las presas más adecuadas para proteger a los peces y que, además, rara vez son barreras para la migración de los peces. Por motivos estéticos, para mantener el río "limpio" se quitan a menudo todas las estructuras madereras, olvidando el daño ecológico que ello supone al río.
Como hemos visto, la madera muerta es muy importante para la calidad ecológica de los ríos. Sin embargo, en nuestra sociedad poca gente se da cuenta de ello. Es interesante observar cómo cambia la percepción de la madera muerta de un lugar a otro, lo que puede influir notablemente en la recuperación de los ríos.
Por ejemplo, hace unos años, en 10 países se realizó una encuesta a estudiantes universitarios. Se mostraron fotos de arroyos ricos en madera y sin madera y se les pidió su opinión. En la mayoría de los países, los alumnos preferían ríos sin madera, que les parecían más naturales, bonitos y seguros. En Oregón (EE.UU.), Alemania y Suecia se pensaba en lo contrario, en lugares con abundancia de bosques y en zonas que empiezan a regenerarse ríos. La percepción de la madera está, por tanto, relacionada con el desarrollo sociocultural de la sociedad.
Las sociedades no son, por supuesto, homogéneas. En Polonia se realizó la misma encuesta a estudiantes de geografía, biología e ingeniería del agua. Los estudiantes de geografía y biología, sobre todo de los últimos años, apreciaban la madera muerta de los arroyos, mientras que los ingenieros la consideraban muy peligrosa. Hay mucho que aprender de este tipo de investigaciones para reducir el impacto negativo de la sociedad en el medio ambiente.
En los últimos años se ha puesto cada vez más de manifiesto el papel de la madera muerta en los arroyos. Pero, al mismo tiempo, es evidente que en la mayoría de los ríos y arroyos del mundo hay poca madera, ya que durante siglos se ha extraído de los cauces. Por lo tanto, se han realizado diversos proyectos de restauración que han introducido madera muerta en el río. Por supuesto, no se trata de tirar a ciegas la madera a los arroyos. Hay que analizar bien por qué hay poca madera en el cauce, qué beneficios ecológicos puede aportar en cada caso y, por supuesto, qué daños económicos o sociales pueden producirse. El objetivo debe ser claro: aumentar la población de peces, reducir la erosión y aumentar la adhesión. Es imprescindible analizar los pasos y plazos para cumplir con este objetivo.
Algunos ejemplos de proyectos de restauración que han devuelto la madera al río o arroyo son:
- En Estados Unidos, especialmente en los estados occidentales, tienen reconocido el papel de la madera y está prohibida su salida del cauce. Además, los troncos entran en el agua para aumentar los peces.
- New Forest es una meseta cubierta de turberas inglesa. Hace 150 años se corrigieron y dragaron los ríos, lo que puso en peligro la turbera. En la actualidad se ha procedido a la demolición de la madera en los cauces para que acumule sedimentos y eleve el nivel de las aguas subterráneas para su recuperación.
Investigadores de la Universidad del País Vasco llevan años investigando la función de la madera en los ríos. Los resultados muestran que la presencia de madera en nuestras regatas es escasa debido a las actividades humanas (limpieza de cauces, alteración del bosque de ribera), lo que hace que la complejidad y la adhesión de muchos cauces sea escasa. En un proyecto llevado a cabo entre 1995 y 1998 se procedió a la extracción de madera de los cauces de algunos arroyos. Las conclusiones mostraron la importancia de la madera en el control de la erosión de los sedimentos, la acumulación de materia orgánica y la formación de pozos.
Actualmente se está llevando a cabo un estudio científico reconocido a nivel europeo. La Unión Europea concede proyectos denominados LIFE para apoyar la política medioambiental comunitaria en colaboración con las entidades locales. En la convocatoria de 2005 se presentaron 182 proyectos y se aprobaron 54. Entre ellos, LIFE Aiako Harria quedó sexto. El proyecto, impulsado por la Diputación de Gipuzkoa y los ayuntamientos del Parque Natural de Aiako Harria, tiene entre sus objetivos mejorar el estado de conservación de los ríos y de las especies que los habitan.
El Parque Natural de Aiako Harria es una zona de gran valor naturalístico cuyos arroyos y ríos son uno de los más potentes del País Vasco. Dentro del parque se encuentra el embalse del Añarbe, que proporciona a la mitad de los guipuzcoanos agua de máxima calidad. Sin embargo, no todo es bueno en la zona y las investigaciones han encontrado dos problemas en los arroyos que desembocan en el Añarbe. Por un lado, las poblaciones de las especies del río no se encuentran en muy buen estado, ni los peces, ni los topos de agua amenazados o los visones europeos. Se sospecha que el hábitat fluvial no está lo suficientemente bien. Por otra parte, el embalse de Añarbe alberga grandes cantidades de sedimentos y manchas, muchas toneladas anuales, lo que puede afectar a la calidad del agua a largo plazo.
Con el objetivo de solucionar estos dos problemas, el proyecto LIFE incluirá la madera en varios arroyos que van al embalse. De esta forma se espera que se incremente la capacidad de adhesión y la acumulación de materia orgánica, aumentando la diversidad de hábitats y a la vez la biomasa y diversidad de organismos (algas, invertebrados, peces). A nivel funcional del ecosistema, tanto la capacidad de adhesión de los alimentos como la eficiencia en el uso de la materia orgánica serán mayores y el metabolismo del río será más activo.
En los tramos de arroyos seleccionados se depositará la madera hasta conseguir la cantidad de madera disponible en los ríos naturales. Un año antes y después de la introducción de la madera se determinarán los cambios en la morfología del cauce, granulometría, cantidad y distribución del sedimento, adhesión hidráulica, adhesión de alimentos y hojarasca, metabolismo, descomposición de la hojarasca y abundancia y comunidades de perifitos, macroinvertebrados y peces. Ya se ha realizado el seguimiento inicial y ahora el siguiente paso es introducir la madera.
Este proyecto permitirá conocer la complejidad del cauce y, sobre todo, la importancia de la madera en los ríos, así como su influencia en ambos y en el funcionamiento del ecosistema. De esta forma se obtendrá información relevante para futuras acciones posibles. En el proyecto trabajan investigadores de la Universidad del País Vasco, con la ayuda de técnicos de algunos ayuntamientos, del Gobierno y de la Diputación. Con este proyecto se pretende analizar las técnicas de recuperación de los ríos más silvestres, garantizar la calidad de las aguas y aumentar el valor del parque natural de Aiako Harria para el disfrute de visitantes tanto locales como externos.
Gracias a Arturo Elosegi y Joserra Díez por mostrar el paso entre maderas y Leire Ruiz por hacer el camino conmigo. Y, cómo no, a Igor Aristegui por su último impulso.