Secretos imprevistos del reciclaje

Lakar Iraizoz, Oihane

Elhuyar Zientzia

Sabemos que las baterías tienen una vida limitada: varias descargas de carga una vez completado el ciclo se acabaron. Fallan. Sin embargo, no se puede decir que aquí acaba la vida de las baterías. Es aquí donde comienza el proceso que nos ha dejado una serie de interrogantes: el reciclaje.
Secretos imprevistos del reciclaje
01/07/2009 | Lakar Iraizoz, Oihane | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: AEGGY/Creative Commons/confesar y compartir bajo la misma autorización)

Sabemos que reciclan las baterías. Son del tipo que son y han durado lo que han durado. En principio no parece una actividad de gran misterio, ya que para recuperar los componentes de las baterías son sometidos a diferentes procesos en plantas de reciclaje. Pero para nosotros no ha sido fácil recabar la información necesaria para contar todas las cosas que queríamos contar en este artículo.

La información sobre el reciclaje se puede encontrar en varias webs especializadas. Y parece que es un proceso bastante transparente. Como muchos otros productos que se reciclan, primero tienen que separar los componentes de las baterías, ya que cada uno se recicla a su manera. Para ello les hacen pasar por diferentes sesiones de trituración y separación: trituran, colocan en canaletas en vibración, limpian con agua, criban, etc.

Como se puede ver, son procesos puramente mecánicos, no hay secretos. En todo caso, cabe destacar que en ocasiones se requieren medidas especiales. En el caso de las baterías de litio, por ejemplo, deben tener en cuenta que deben estar completamente descargadas antes de abrir las carcasas y sacar los componentes internos. Si están cargados, los iones de litio pueden provocar explosiones.

Una vez separado, cada componente es tratado de forma adecuada. Cada uno tiene sus particularidades, pero no parecen que deban mantenerse en secreto. Para separar metales en polvo de baterías, por ejemplo, son tratados con ácidos y neutralizados para la extracción de sales metálicas.

Puede ser más controvertido qué se hace con las baterías más contaminantes, es decir, cómo se recicla el cadmio de las baterías de níquel cadmio. Pero no pienses que tenga algo especial. Para ello se utiliza el proceso denominado destilación, consistente en calentar los restos de las baterías trituradas hasta los 800-900 C para que el cadmio se evapore. Entonces el vapor de cadmio pasa por un tubo que va enfriándose. De este modo, el cadmio se va condensando, obteniendo finalmente un cadmio con una pureza del 99,95%.

En otras ocasiones se utiliza el método pirometalúrgico, que consiste en el calentamiento de los componentes hasta unos 1.450 C. A esta temperatura se generan aleaciones de diversos metales (cobalto, níquel, hierro y cobre, entre otros) y escorias inertes.

Finalmente, los materiales que se obtienen de estos procesos de reciclaje son reutilizables en la industria, por lo que comienza una nueva vida para las baterías.

Nadie sabe dónde

No parece que haya nada malo en el proceso de reciclaje de baterías, pero nos ha resultado muy difícil poner nombre y apellidos a estos procesos, es decir, saber dónde se realizan. En Europa sólo 40 empresas reciclan pilas y baterías, según la Asociación Europea de Baterías Portátiles (EPBA). Uno de ellos se encuentra en Erandio: Recypilas. Sin embargo, ellas sólo reciclan pilas botón y prismáticas (salinas y alcalinas) en sus instalaciones, no trabajan con baterías.

Aunque no reciclen, recogen todo tipo de pilas y baterías, ya que unas y otras están agrupadas en la recogida selectiva de residuos. Recypilas recoge las pilas y baterías de toda España de la mano de las entidades encargadas de la recogida selectiva. Diferencian las recogidas en función de los componentes químicos que contienen y tratan adecuadamente cada subgrupo.

Los que no reciclan los destinan a gestores finales debidamente autorizados, empresas que los reciclan. El que trabaja con ellos está en Francia, según nos cuentan en Recypilas. Pero no nos han querido dar el nombre de la empresa. Este es uno de los misterios. También hemos sabido que en España no hay entidades que reciclen baterías.

Sin embargo, muchas organizaciones que se ocupan de la recogida selectiva de pilas y baterías quieren ocultar esta información. La empresa barcelonesa Blipvert, una empresa especializada en el reciclaje y la recogida selectiva, por ejemplo, afirma en su web que reciclan baterías y pilas en las mismas instalaciones. Y que los envían a las instalaciones de Pilagest. Y nos llamaron a Pilagest para decirnos que no reciclan baterías. Lo mismo sucedió en la fundación Ecopilas de Madrid, fundada para la gestión integrada de pilas y baterías, en la que se nos indicó que las pilas y baterías que se recogían son enviadas a Recypilas y que son recicladas en su totalidad.

Sabemos, sin embargo, que esta información no es completa. Pero completar la información no es un reto fácil, ya que los representantes de unas y otras empresas empiezan a dar vueltas cuando se les pregunta cuáles son los últimos destinatarios de las baterías. ¿Por qué? La verdad es que no hemos podido encontrar razones para responder a esta pregunta.

Lakar Iraizoz, Oihane
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