En la conferencia titulada “Problemas éticos de la ciencia y la técnica”, el filósofo italiano habló de las dudas éticas surgidas ante la clonación. Agazzie considera que la clonación humana en sí misma no es mala, pero los problemas éticos pueden deberse al uso de la manipulación genética. Por otra parte, el filósofo no ve clara la necesidad de clonar a los seres humanos. En el caso de los animales, sin embargo, tiene una opinión favorable, ya que piensa que puede convertirse en una “fábrica de fármacos”.
En general, dice que en el debate de la clonación se olvida un dato básico: que los clones naturales los conocemos desde hace tiempo, los gemelos monocigóticos. Sin embargo, a pesar de que los gemelos crecen en la misma familia y escuela, cada uno quiere y crece de forma diferente. Según Agazzie, las copias nunca serán iguales y aunque se clone el patrimonio genético, éste es sólo una parte del ser humano.
Los medios de comunicación han exagerado el debate de la clonación con una emoción excesiva. Seguramente dentro de 15 años nadie se sorprenderá y en la actualidad no habrá reacción ante la clonación humana. Asimismo, el investigador italiano considera que toda la sociedad debería implicarse en la elaboración de normas técnicas y científicas cuando los proyectos puedan tener consecuencias negativas. Hay que tomar decisiones morales y cada ser humano tiene su propia responsabilidad en beneficio de la sociedad.
En su conferencia titulada “Científicos ante la clonación”, Félix Goñi destacó que la clonación humana era absolutamente imposible. Aportó una visión personal de un biólogo, una vez clarificados los organismos clónicos y transgénicos.
Las investigaciones sobre la clonación no han comenzado en esta década. El profesor de la UPV/EHU aportó datos significativos sobre: Los antecedentes de la oveja Dolly se remontan a tiempos inmemoriales y en 1952 se realizaron algunos experimentos. En la década de los 70 también se trabajó en este campo, pero hasta la década de los 90 no se ha conseguido lo conseguido con Dolly.
Pero Goñi no ve gran éxito en este último logro: se tomaron en primer lugar 434 óvulos de distintas ovejas (muchas de ellas murieron en el camino), de los cuales se obtuvieron 277 zigotos, de los cuales sólo 29 embriones se ejecutaron; posteriormente se obtuvieron 21 fetos, de los cuales, tras 20 abortos, surgió el famoso Dolly. Por lo tanto, el éxito fue de uno de los 434 y el original o la madre de Dolly ha muerto hace tiempo. Por el momento no tienen intención de repetir este experimento.
Goñi reconoce, sin embargo, que los animales clónicos transgénicos pueden ser útiles para la producción de medicinales ahora inalcanzables. Pero no tendría sentido clonar al hombre.
Por otra parte, la clonación humana sería imposible porque cada ser humano es el resultado de la interacción entre los genes y su entorno. Se puede crear una persona con genes iguales o casi iguales, a partir de ahí poco. Por lo tanto, las fantasías que actualmente se inventan en algunas tertulias sobre la clonación son falsas e imposibles.
Para terminar, Felix Goñi planteó la siguiente pregunta: ¿La investigación biomédica es muy cara y merece la pena gastar tanto dinero en estos experimentos?
“Confidencialidad de la información genética” Jose Mª. Mato habló de la investigación genética. Las técnicas de detección de enfermedades genéticas son cada vez más avanzadas, conociendo algunos genes se puede detectar la probabilidad de padecer una enfermedad.
A través del proyecto Genoma, el conocimiento de los genes será cada vez mayor en los próximos años. Tendremos la oportunidad de conocer qué enfermedades podemos padecer en el futuro, y cómo curarlas a través de la prevención. Pero ¿a quién debe estar la información genética de una persona? Ahí surgen mil problemas. Las condiciones son diferentes según el sistema sanitario público o privado. En EEUU, por ejemplo, es un sistema privado y las compañías aseguradoras quieren obtener información genética de sus clientes. Esto puede implicar el uso discriminatorio de la información genética.
Mato cree que cada individuo debería tener un genoma humano protegido y para ello los sistemas sanitarios públicos son los más adecuados. En el futuro se abaratará mucho la investigación genética, pero deberíamos saber utilizar la información obtenida. Sin duda, una información genética lo más amplia posible es positiva y mejorará la calidad de vida, pero habrá que protegerla.
Victoria Camps puso sobre la mesa muchas dudas en la conferencia “Ética ante la manipulación genética”. Reconoció que los no científicos tenemos poca información y poco tiempo para informarnos bien sobre estos temas. Sin embargo, en los medios de comunicación se habla tanto de la clonación como de las opiniones que surgen.
En el futuro, por ejemplo, habrá ocasión de hacer niños de “alta calidad”, y ahí la ética humana tiene mucho que ver. A medida que avanza la investigación hay que ver los usos. La investigación genética es un campo importante, pero una cosa es conocer el genoma humano y la otra, el uso de este conocimiento.
Ante el actual pluralismo ideológico hay posiciones muy diferentes, a menudo mezcladas. ¿Desde un punto de vista ético, tenemos que hablar de ética o de ética? Tenemos que ser relativistas y cada uno tiene su propia ética. Por ejemplo, ¿es positivo o negativo dar a una persona su información genética y decir qué enfermedades tiene posibilidades? La respuesta es dudosa, sobre todo si estas enfermedades son incurables.
Victoria Camps trabaja en bioética con investigadores de otras regiones. Y allí, el profesor catalán cree que la ciencia y la humanidad deberían ir más unidos. La ciencia no es neutra y estos temas deben abordarse en profundidad. La información genética es positiva y previsiblemente válida en el futuro, pero existe el riesgo de un mal uso.
Finalmente, Camps insiste en la necesidad de extremar la precaución con la información que se da en los medios de comunicación y advierte de que no vamos por el buen camino haciendo ciencia ficción.
“¿Se pueden patentar organismos y genes manipulados genéticamente?”, afirma Pascal Segura.
A través de las diapositivas, el experto de la Universidad de Barcelona explicó qué es una patente y sus ventajas.
Los medios de comunicación y algunos grupos están luchando duro contra las patentes porque están mal informados y no saben qué son las patentes. Segura explicó que las patentes están pensadas para impulsar el desarrollo tecnológico, para difundir la nueva tecnología y facilitar la investigación y el desarrollo (I+D) de las empresas. Cualquier invento puede ser patentado, siempre que sea innovación y no sea contrario al orden y a la moral pública.
En cuanto a las patentes de genes, todavía no hay una evolución clara. El científico Craig Venter intentó patentar parte de un gen, pero su uso no se aceptó porque no estaba claro. Para patentar algo es necesario conocer su uso. Por otra parte, las patentes son públicas y no son secretas. Las patentes, además, van por países y pueden ser reconocidas o no en cada país.
Los animales y las plantas transgénicas están patentando y Segura cree que esto sólo es beneficioso; le encanta la publicidad de las patentes. Pero al hablar del hombre las cosas cambian y cree que los embriones manipulados podrían estar fuera de las patentes. Las patentes son transparentes y fáciles de controlar, pero la biotecnología es mucho más difícil de controlar y a veces es imposible saber qué se hace.
José Luis Luján expuso en la conferencia “La anécdota pública de la ingeniería genética y la fecundación asistida” una investigación sociológica, presentando el conocimiento y la opinión de la sociedad sobre ciencia y tecnología. Luján reconoce que estas investigaciones son bastante limitadas, sobre todo porque no dice por qué la gente piensa lo que piensa.
Es muy difícil conocer la opinión de la gente, ya que la forma de hacer preguntas puede cambiar los resultados. A la sociedad le interesa más el producto final que los valores morales.
En una encuesta realizada entre 2.700 personas se plantearon una serie de cuestiones relacionadas con la ciencia, con un nivel de conocimiento superior al esperado, a pesar de la escasa información disponible. A la hora de opinar, más los encuestados aceptaron la manipulación genética con las plantas que con los animales, y más con los animales que con los humanos.
En cuanto a la fecundación asistida, la mayoría de la gente ve con buenos ojos esta técnica, pero los datos cambian si uno se encuentra en esa situación (un 20% menos, no lo ven mal, pero ellos no lo harían). Preguntando por la adopción o fecundación asistida, el 50% estaría a favor de cada opción. En cuanto al diagnóstico genético, la sociedad se muestra totalmente a favor.
Lujane considera que hay poco interés en estas encuestas y estudios, pero considera importante conocer la visión de la sociedad. Para finalizar, una gran mayoría de la sociedad señaló que la televisión es la principal fuente de información en estos temas.