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XIV. En el siglo XX, Felipe VI de Francia. el rey pretendía invadir las islas británicas, iniciando una guerra de cien años entre franceses e ingleses. Hubo dos batallas importantes en el mar. Uno en la Costa de Flandes el 24 de junio de 1340 y otro en el Canal de la Mancha el año 1416.
En la Costa de Flandes, los ingleses destruyeron completamente la flota de Felipe, atacando a él sabiendo que iba a ser invadida.
El 15 de agosto de 1416, el ejército francés de Carlos VIII quedó completamente destruido en el Canal de la Mancha.
Y estas dos fueron las dos últimas batallas realizadas en el mar de forma antigua. Posteriormente, se inventó el cañón y se modificó la estrategia marina, la guerra y sobre todo las bases de la industria naval.
En la Costa de Flandes se reunió la flota de Felipe VI, como se ha mencionado anteriormente. Un total de trescientas embarcaciones, entre las que destacaban cuatro grandes pérdidas. Uno de ellos, "Cristophe de la Tour", utilizó por primera vez un cañón.
Los ingleses, a la vista de este conjunto de barcos, se preocuparon totalmente. Enseguida se reunió su flota y se embarcaron a las órdenes del IIL Eduardo.
En el ejército francés el genovés Barbavera aconsejó alejarse de la costa. Sin embargo, los franceses no le hicieron caso, y cuando llegaron los barcos del IIL Eduardo, la flota francesa fue destrozada.
A pesar de ser más numerosos, los ingleses se impusieron tácticamente por la habilidad de sus arqueros para lanzar flechas. Antes de empezar a usar armas, los ingleses eran los mejores. Cerca de medio millar de embarcaciones fueron apropiadas y las restantes fueron destruidas o destruidas. En consecuencia, los ingleses entraron hasta Poitiers.
Posteriormente, Carlos V intentó reconstruir la flota francesa. En el reinado de Carlos VI, los franceses perdieron otro puño bajo el almirante Gilen de Narbona, como ya se ha mencionado anteriormente, en el Canal de la Mancha. Los ingleses invadieron entonces Francia.
Posteriormente, en la época de Luis XI, los franceses retomaron la flota con la convicción de que de lo contrario su seguridad urbana, comercial y social estaría siempre en peligro.
Pero no sólo en los mares del norte, sino también en el Mediterráneo, el XIII fue el centro neurálgico. Desde el siglo XVI. Hasta el siglo XX. Allí los berberechos atacaban a cualquier otro barco. También los turcos. Ellos eran entonces los dueños del mar Mediterráneo. Sólo los caballeros de Rhodas podían defender un poco su partido. Pero fuera de ellos, allí no habría oposición.
Sin embargo, los españoles dirigieron su flota al Mediterráneo. En la composición de esta flota, los astilleros del País Vasco tuvieron especial relevancia. En las orillas del mar y del río había astilleros: Donostia, Pasaia, Lezo, Errenteria, Aginaga, Orio, Mundaka, Lean, Galindo, etc.
Sin embargo, los españoles bombardearon Túnez y conquistaron Argel. De allí tuvo que huir el jefe llamado "Barbarroja".
Pero en 1565 sufrieron el ataque turco en el Mediterráneo. Los cristianos apenas lograron salvar la isla de Malta. Pero en 1571, unidos por los cristianos, se enfrentaron a la flota turca en el golfo de Lepanto. De un lado, doscientas dos pérdidas cristianas y doscientas ocho turcas.
Los turcos perdieron el XVI. Esta última guerra general del siglo XX. A partir de entonces, las principales actividades marítimas se producirían en el Mediterráneo y en otros mares.
Durante el renacimiento, junto con las ciencias y las letras, la industria naval también sufrió un gran avance. Empezaron a construir embarcaciones más rápidas. Para ello colocaban varias velas. Cuatro a menudo. De esta manera se aprovechaba mejor la fuerza del viento. Por otro lado, el barco que suministró cañones y era militarmente más potente tanto para el ataque como para la defensa.
Sin embargo, había otro obstáculo para navegar. Las cartas de navegación del siglo XV tenían muy poca precisión. También era muy difícil medir la distancia, porque sabían muy poco de la rotundidad del terreno. La esfera de la Tierra tenía que cambiar el mapa al Señor, y en ese cambio surgían errores. Geradus Mercator dirigió en parte este error. Inventó un nuevo plano para proyectar el mundo, en el que la distancia real entre dos puntos se representaba mediante una línea recta. Pero los mapas de Mercator no se extendieron hasta 1585 y los principales exploradores no se aprovecharon de ellos.