Elhuyar Fundazioa
Pongamos en los años 70. En el Sur, el movimiento a favor del euskera —el mundo de las ikastolas, la alfabetización y la euskaldunización, etc.— está en pleno apogeo y va acompañado de la lucha política contra la dictadura. El régimen de Franco vive sus últimos años y no puede hacer frente al impulso de una cultura vasca en constante auge. En Iparralde, por el contrario, el ambiente es más tranquilo y el movimiento a favor del euskera, a pesar de ser mucho más lento, está haciendo su propio camino. Desde 1970, en Baiona se celebraban anualmente Semanas Culturales en el Expositor de Baiona (Museo Vasco), organizado por las asociaciones Euskaldunak, Ikas y Fededunak. El objetivo de los organizadores era trabajar la cultura vasca, aunque también trabajaban temas religiosos; otros objetivos eran el conocimiento mutuo de los vascos y la creación de grupos de trabajo. Piarres Xarriton y Jean Haritxelhar fueron los principales organizadores de estas Semanas Culturales.
Años antes, los catalanes, en la zona de Rosellò, habían puesto en marcha la iniciativa Universitat D’Estiu y el gran pensador y vascófilo vasco Karlos Santamaría propuso dar un nuevo toque a la Semana Cultural de Baiona y convertirla en Universidad de Verano, basándose en el modelo catalán. La idea fue tomada con entusiasmo por los organizadores de la Semana Cultural y se vinculó al trabajo. Manex Goienetxe del grupo Ikas asumió la organización y el programa. Jean Haritxelhar, a través de la Universidad de Burdeos, obtuvo la autorización del Ministerio de Educación francés y, con el visto bueno de los consejeros y alcaldes del País Vasco continental y el patrocinio de Euskaltzaindia, en el liceo Maurice Ravel de San Juan de Luz, la Universidad Vasca de Verano celebró su primera jornada del 28 de agosto al 8 de septiembre de 1973.
La jornada se organizó en ocho áreas. Cabe destacar que no se trata de cursos, sino de charlas impartidas por personalidades de la cultura vasca. En total participaron cerca de ochenta alumnos y profesores, la mayoría de los de Iparralde. En su pequeño acto, José Miguel de Barandiarán, Carlos Santamaría, Juan San Martín, Luis Villasante, Jean Haritxelhar, Patxi Altuna, Andu Saraslertxundi, Juan Juan San Martín, Juan Miguel de Murillo, Joseba Lausti, San Pedro, San José Miguel, José José, José, José, José, José, José, Murillo, etc.
El segundo acto tuvo lugar en el mismo lugar en 1974 y contó con cerca de 110 participantes. Siguiendo la línea del año anterior, fue una serie de conferencias, pero con la novedad de que, aunque no se modificó el modelo de clases magistrales, participaron dos grupos de trabajo: Los Seminarios Culturales Vascos de Leioa y Elhuyar Kultur Elkartea, ambos dinamizadores de la UEU desde el principio.
En los dos años siguientes, 1975 y 1976, la sede de la UEU fue la Casa de los Ocupados de Ustaritz. Se constituyó un grupo dinamizador, Euskal Kultur Mintegi, formado por representantes de Elhuyar, Jakin y Euskaltzaindia, que se encargó de organizar los cursos y recaudar subvenciones. Fueron muchos los estudiantes del Sur. Fue entonces cuando la UEU hizo su primer manifiesto (1975): reivindicó la necesidad de una verdadera universidad vasca, los puzzles universitarios que existían en aquella época en Euskal Herria (en el Sur la Universidad de Deusto y la Universidad de Navarra, ambas privadas, más públicas: La Universidad de Bilbao, la Universidad de Valladolid en Araba y Gipuzkoa y la Universidad de Zaragoza en Navarra; en Iparralde, las Universidades de Burdeos y Pau), por entender que no cumplía con las necesidades y aspiraciones de Euskal Herria. La UEU también definió las tres principales características que debería tener la futura Universidad Vasca: ser euskaldun (que hablará euskera), abarcar toda Euskal Herria y ser ciudadano (abierto a todos).
Durante la jornada de 1976, varias personas y colectivos de Euskal Herria se mostraron a favor de la UEU, como Julio Caro Baroja, José Miguel Barandiaran, Xabier Arzallus, Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, etc. Hubo más alumnos y se dio el primer paso hacia la especialización: en los seminarios de la tarde se diferenciaron las ciencias y las letras. Manex Goihenetxe, que hasta entonces se había volcado en las labores de organización, presentó una dimisión llena de trabajo; no era fácil encontrar un responsable a la altura de Manex y, junto a esa preocupación, se abrió un debate sobre el traslado de la UEU de Norte a Sur: que la mayoría de los participantes fueran del Sur, que el peso principal de la cultura vasca y que la mayoría de los vascos fuera perjudicial en el Sur y que se veían las ventajas para el ambiente sociopolítico tras la muerte de Franco hacia el Sur Sur, pero al Sur, por el Sur, por otro lado, se veían las ventajas de sur. Finalmente, tras debatir los argumentos a favor y en contra, se decidió trasladar la UEU al Sur en la reunión del último día. Junto a ello, se eligió a Martín Orbe, nuevo secretario de la UEU.
Martin Orbe comenzó con gran entusiasmo la creación y consolidación de la estructura de la UEU en el Sur, junto al Grupo Colaborador. La obtención de la autorización para el acto resultó difícil (a través de las cartas recibidas entre Martín Orbe y el entonces ministro de Interior español, Rodolfo Martín Villa), pero, por último, a menos de un mes del comienzo de los cursos, llegó la autorización del Ministerio de Educación y Ciencia español. En Pamplona, capital histórica de Euskal Herria, la UEU comenzó la tercera edición que llega hasta hoy. La primera jornada en Hegoalde (1977) fue muy importante: por una parte, se organizaron por primera vez clases especializadas, departamentales. Por otro lado, la UEU publicó sus primeros libros, los primeros publicados en euskera a nivel universitario. En nombre de los parlamentarios vascos presentes en Madrid, Manuel de Irujo envió un telegrama de adhesiones que simbolizaba la voluntad de la UEU o, mejor dicho, de la UEU, de la Universidad Vasca. Esto hay que entenderlo bien, la principal aportación de la UEU a la vieja idea de la universidad vasca ha sido la necesidad de la euskaldunización, ya que la UEU ha lanzado y defendido –además, mediante prácticas– la necesidad de una universidad en euskera por primera vez.
En 1978 se consolida el camino iniciado el año anterior: se amplían los participantes, se fortalecen las especialidades y se avanza la producción de libros. Desde entonces, la UEU ha seguido en ese camino, ha llegado a la etapa adulta y ha sufrido cambios —los participantes, los departamentos, los responsables han cambiado— pero la línea de trabajo principal es la misma. La UEU se basó en la labor de los militantes del euskera y así sigue siendo. Tiene una secretaría profesional, pero el resto de responsables –el director, los miembros del Equipo Ejecutivo, los consejeros– no perciben ningún tipo de salario y los autores de los libros editados por la UEU tampoco cobran derechos de autor. La UEU recibe la ayuda de las instituciones públicas y es imprescindible, pero sin esa labor militante no habría UEU.
Desde su consolidación en el Sur, la UEU perdió la mayor parte de sus integrantes del Norte. Por ello, en 1985 comenzó a impartir en Baiona cursos adaptados a las necesidades culturales de Iparralde, y desde entonces ha mantenido esta doble vía: Pamplona y Bayona. El modelo organizativo, la duración y el volumen de los cursos de Baiona son bastante diferentes a los de Pamplona. Sin embargo, en los dos últimos años se han producido algunos cambios y los alumnos del Sur también han empezado a ir a Baiona, ya que la oferta de Baiona también es interesante para la gente del Sur.
La labor de la UEU no termina en verano; además de los cursos principales, organiza ciclos de conferencias de carácter divulgativo a lo largo del año desde 1985: En Donostia, Bilbao, Vitoria-Gasteiz, Pamplona, ... Y, además, la producción de libros es fruto de un trabajo de todo el año (casi 200 libros publicados en 25 años). No sólo eso, sino que los departamentos mantienen a lo largo del año reuniones de trabajo para la preparación de los cursos y a todo lo anterior hay que añadir la revista cuatrimestral de ciencias sociales y humanas Uztaro desde 1990.
Todo ello nos ha llevado a la realidad actual de la UEU. Aquí hemos echado un vistazo a esta veinticinco años. Pero ¿qué más es la UEU? Además de cursos, libros, etc., es un lugar de encuentro de universitarios de toda Euskal Herria, un espacio simbólico de la voluntad de la universidad vasca (utilizando la palabra de moda “Universidad “virtual” vasca), muy importante. A este objetivo, esa antorcha, la UEU se mantiene firme, sin ningún tipo de exclusivismo ni pretexto de protagonismo, humilde pero firme y siempre trabajando. Con la esperanza de que no se tarden otros veinticinco años en llegar a la Universidad Vasca.